Apoyo al sector económico
Después de la última reunión del Gobierno, el ejecutivo anuncia nuevas medidas de apoyo a la economía rumana.
Daniela Budu, 03.04.2020, 14:17
El Gobierno de Bucarest adoptó el jueves una ordenanza de emergencia cuyo objetivo es ayudar a las empresas en dificultades durante este período. La ley reguladora prevé dos esquemas de ayuda para las pequeñas y medianas empresas destinadas al suministro del capital de trabajo o del capital de inversión. Así, el Gobierno proporciona a las pymes 15 000 millones de lei (más de 3.000 millones de euros). También se han adoptado normas metodológicas para la aplicación de la ordenanza de emergencia que suspende los pagos mensuales de préstamos de los rumanos en el contexto de la crisis económica generada por la pandemia de COVID-19.
El ministro de Finanzas, Florin Cîțu, afirma que Rumanía tiene las mejores condiciones para posponer los pagos mensuales. Según el funcionario, el impacto de esta decisión sobre el Producto Interior Bruto se estima en el 3%. Por su parte, el primer ministro Ludovic Orban habló sobre el impacto de la pandemia del coronavirus en la economía que ya habría alcanzado el 30%, lo que significa que entre 800.000 y un millón de personas estarán técnicamente desempleadas. El jefe del Gobierno señaló asimismo que no está a favor de las medidas de austeridad ni de limitar los precios. Ludovic Orban:
”Más del 30% de la economía está afectada y existe el claro riesgo de reducir el crecimiento económico, los ingresos al presupuesto estatal, al presupuesto de la seguridad social, incluido el de desempleo. Las medidas de austeridad no sólo no aportaron una solución a la última crisis, sino que, por el contrario, retrasaron la recuperación económica e incluso aumentaron los efectos de la crisis. En estas circunstancias, es necesario mantener el poder adquisitivo de la población”.
Entre las medidas que deben adoptarse en el contexto de la pandemia de COVID-19, el presidente del Consejo Fiscal, Daniel Dăianu, menciona el aplazamiento de los gastos menos necesarios, la absorción máxima de fondos de la UE y el uso de préstamos a largo plazo tomados de instituciones financieras internacionales para apoyar las inversiones y la actividad económica. En un artículo, Daniel Dăianu señala que el aumento del déficit presupuestario debe estar estrictamente vinculado a la lucha contra la COVID-19, al desempleo y al apoyo a determinadas actividades económicas. Él subraya asimismo que el Banco Central puede ayudar a relajar los circuitos financieros internos y las condiciones monetarias (a través de la tasa de política monetaria y la gestión de la liquidez), pero no puede inyectar liquidez. Daniel Dăianu añade que cuando pase la pandemia, se debe idear una estrategia que aumente la solidez de la economía, dotándola de raíces internas duraderas en los sectores básicos, la industria y la agricultura, «que constituya un presupuesto público sólido con ingresos fiscales adecuados y que garantice los bienes públicos esenciales, permitiendo una financiación adecuada para la sanidad y la educación”.