El Tribunal Constitucional restablece el juego político
La confusión política en Bucarest se está profundizando.
Bogdan Matei, 25.02.2020, 13:55
El Tribunal Constitucional de Rumanía es un árbitro que no simpatiza con la clase política, pero sus decisiones son implacables. El lunes, los jueces del Constitucional dictaminaron que existe un conflicto legal entre el presidente Klaus Iohannis y el Parlamento por el nombramiento del líder del PNL, Ludovic Orban, como primer ministro. Los presidentes de las dos Cámaras del Parlamento, miembros del partido de oposición, el PSD, habían reclamado ante el Constitucional la decisión del jefe del Estado de nombrar como primer ministro a Ludovic Orban quien había liderado el Gobierno recientemente destituido por una moción de censura. No obstante, el presidente del Tribunal Constitucional, el expolítico socialdemócrata Valer Dorneanu, ha dicho que esta sentencia tiene otros resortes.
«No sé de dónde se ha entendido que nosotros, en nuestra decisión, hemos establecido que el presidente no puede nombrar al primer ministro Orban. Lo que reprochamos y consideramos que es un conflicto legal es el hecho de que la persona nominada, no hablo aquí de Ludovic Orban, el candidato nominado no fue propuesto para formar, para coagular un Gobierno, sino para ser destituido. El candidato mismo lo ha declarado y esto es lo que se entiende de la evolución de las cosas».
Efectivamente, el plan del PNL, es forzar las elecciones anticipadas porque sale favorecido en las encuestas sobre intención de voto. Así pues su intención es que dos propuestas de Gobierno sean rechazadas en un plazo de 60 días, para que el Parlamento pueda ser disuelto y se inicien elecciones legislativas anticipadas. Un firme partidario de este escenario, el presidente Iohannis ha dicho que no quiere comentar la decisión del Constitucional. Ha criticado sin embargo con vehemencia lo que la prensa llama el “antijuego” del PSD:
“La solución más legítima es devolver el voto a los ciudadanos lo antes posible y crear una nueva mayoría parlamentaria que pueda apoyar un Gobierno estable. No podemos continuar de esta forma con bloqueos permanentes, con Gobiernos destituidos trimestralmente. Pero vemos que el PSD le tiene miedo al voto de los ciudadanos y aunque durante tres años no fue capaz de gobernar, ahora quiere impedir que lo haga los que han demostrado que quieren y saben hacer lo que hay que hacer en Rumanía».
El jefe del Estado reconoce que las posibilidades de organizar elecciones anticipadas han caído ahora por debajo del 50%. Según los expertos, el 21 de junio sería la fecha límite para elecciones, porque después de esta fecha el Legislativo actual entraría en los últimos seis meses de legislatura y ya no se puede disolver. En las tres décadas de democracia poscomunista, no importa cuán inestable haya sido la escena política, nunca se han organizado elecciones legislativas anticipadas. Los comentaristas dicen que, esta vez tampoco habrá anticipadas. Lo más probable es que prevalezcan tanto el temor de algunos partidos parlamentarios de no exceder el umbral electoral del 5%, como el temor de muchos diputados y senadores de no obtener un nuevo mandato, con todos los privilegios que se derivan de él.