Incertidumbres políticas en Bucarest
Es posible que el voto de investidura para el segundo gabinete de Ludovic Orban no tenga lugar el próximo lunes, 24 de febrero, tal como está previsto.
Ştefan Stoica, 20.02.2020, 13:27
El año pasado los socialdemócratas rumanos perdían en una serie negra sin precedentes las elecciones europarlamentarias, el Gobierno y las elecciones presidenciales. El PSD también se quedó en 2019 sin su líder autoritario, Liviu Dragnea, encarcelado por corrupción. Después de estos golpes, nadie se hubiera imaginado que la principal formación de izquierda continuaría moviendo los hilos o al menos lograría estropear los planes de sus adversarios políticos. Sin embargo, la mayoría relativa con la que cuenta en el Legislativo desde 2016 le otorga este poder, mayoría que obligó al primer gabinete liberal minoritario dirigido por Ludovic Orban a evitar el debate parlamentario sobre algunos proyectos asumiendo la responsabilidad en el Parlamento. Lo mismo hizo en el caso de la reintroducción del sistema electoral a dos vueltas, cosa que resultó ser fatal. Por miedo a que esta modificación de la legislación electoral causara daños importantes en el escrutinio del verano, el PSD coaguló las fuerzas hostiles al proyecto y provocó la destitución mediante moción de censura del Ejecutivo de Orban I. En el presente se sirve de la misma mayoría para estropear los planes del PNL que intenta provocar elecciones anticipadas.
Los socialdemócratas boicotearán el próximo lunes, 24 de febrero, la reunión del pleno en la que se votará el gabinete de Orban II. El PSD, según ha precisado su líder interino Marcel Ciolacu, desea esperar la decisión del Tribunal Constitucional que también el lunes analizará el posible conflicto entre el Parlamento y la Administración Presidencial sobre la designación de Orban para el cargo de primer ministro. Los socialdemócratas consideran que el presidente ha infringido la voluntad del Parlamento designando a un primer ministro destituido. Los expertos en derecho constitucional afirman que la interposición del PSD no tiene fundamento y que el derecho del presidente de designar a quien desee, en ausencia de un partido que tenga la mayoría absoluta, ya ha sido aprobado por el Tribunal Constitucional. Los observadores están convencidos de que se trata de una trampa del PSD, formación que haría lo imposible por evitar que se respete el período de dos meses en el que deben ser rechazados dos Gobiernos para que el Parlamento sea disuelto y si se organicen elecciones anticipadas. Si el lunes no se consigue reunir el cuórum, el PSD votará en contra de la ordenanza de urgencia que reglamenta estas elecciones y que trae modificaciones importantes para la diáspora, desde la votación ampliada a tres días hasta la duplicación de la representación en el Legislativo. Precavido y atento a la reacción de los rumanos del extranjero, Ciolacu ha anunciado que todas las medidas para la diáspora figurarán en un proyecto legislativo iniciado por su propio partido. Entre tanto, los liberales vuelven a afirmar que no abandonarán el escenario de las elecciones anticipadas que consideran una modalidad para superar el actual bloqueo porque permitirían la construcción de una mayoría sólida de centroderecha. La Unión Salvar Rumanía apoya los comicios anticipados, pero las demás formaciones parlamentarias no están de acuerdo porque podría significar menos escaños en el futuro Legislativo.