La semana de las negociaciones decisivas
El primer ministro designado, el liberal Ludovic Orban, continúa las negociaciones para crear un nuevo Gobierno y reemplazar al Ejecutivo del PSD, destituido mediante moción de censura.
Bogdan Matei, 21.10.2019, 14:09
En la actual aritmética parlamentaria de Bucarest, es más fácil derribar un Gobierno que instalar uno nuevo. El pasado 10 de octubre, el legislativo bicameral aprobó la moción de censura introducida por la oposición liberal en contra del Gobierno del PSD dirigido por Viorica Dancila. Denominada “Para reconstruir Rumanía, el Gobierno de Dancila debe ser destituido de inmediato”, la moción fue votada por 238 senadores y diputados después de haber sido firmada por parlamentarios de todos los colores políticos: el PNL, la Unión Salvar Rumanía, el Partido Movimiento Popular, la Unión Demócrata de los Húngaros de Rumanía, PRO Rumanía, la ALDE, las minorías nacionales, un independiente e incluso por algunos socialdemócratas. Para que la moción fuera aprobada y el Gobierno destituido, fueron necesarios tan sólo 233 votos favorables. Los firmantes habían calificado al equipo ejecutivo del Gobierno como el más nocivo de los últimos 30 años y habían afirmado que después de su destitución adoptarían un programa gubernamental responsable, orientado hacia el desarrollo y la modernización del país y hacia la prosperidad real de cada rumano. Ahora, los liberales declaran que han preparado una estrategia para movilizar a los parlamentarios que votaron la moción de censura para que también apoyen al gabinete que será formado por el primer ministro designado por el presidente Klaus Iohannis, el líder del PNL, Ludovic Orban.
Para ser validado, el gabinete necesita 233 votos, es decir mitad más uno del número de senadores y diputados. Este domingo Orban ha declarado que el programa gubernamental incluye medidas solicitadas por las formaciones que podrían apoyar al Ejecutivo liberal. Sin embargo, a veces sus solicitudes son contradictorias. La USR y el PMP solicitan dos turnos de elecciones locales, versión rechazada categóricamente por la UDHR que trata de conservar la supremacía política local en muchas regiones de Transilvania.
La mayoría de las voces de la oposición pide la supresión de la denominada sección especial de la Fiscalía que investiga delitos, reales o hipotéticos, cometidos por los magistrados. A la ALDE, exsocio y colaborador del PSD en sus políticas consideradas por la sociedad un intento de frenar la lucha anticorrupción, no le agrada esta idea. Además, la primera ministra en funciones Viorica Dancila confía en que ningún parlamentario socialdemócrata votará la instalación del gabinete de Orban. Si éste fracasa, existe la versión de que el actual Gobierno de Dancila continúe su interinidad con atribuciones limitadas hasta después de las elecciones del próximo mes cuando el futuro presidente designe a un nuevo primer ministro. Son posibles también elecciones anticipadas si los parlamentarios no conceden el voto de confianza para formar el Gobierno en un plazo de 60 días desde la primera solicitud y rechazan dos solicitudes de investidura.