Disputas políticas en Bucarest
La crisis de la Unión Salvar Rumanía y un incidente violento en el Parlamento dominan los informativos en Bucarest.
Ştefan Stoica, 08.02.2022, 11:05
El ex primer ministro tecnócrata y comisario europeo de Agricultura, Dacian Ciolos, tiene mala suerte en la política. Cuatro meses después de ser elegido presidente de la Unión Salvar Rumanía, optó por dimitir porque el proyecto de reforma que había propuesto a la dirección nacional del partido, dominada por allegados al antiguo líder Dan Barna, fue rechazado. Esta fue una lucha que perdió, pero no significa que abandonará la formación política. En declaraciones para RRI, Dacian Cioloş:
«Al no gozar de apoyo en la Dirección Nacional para este plan, consideré natural y de sentido común presentar mi dimisión. Yo sigo en el partido. Este partido, para tener un futuro, y creo que debe tener un futuro, necesita refrescarse, reconectarse con la sociedad, necesita valentía para admitir los límites que debe superar en el período que se avecina.»
El tan apreciado ex ministro de Transportes, Cătălin Drulă, ha asumido el cargo de líder interino del partido. Inmediatamente anunció un cambio de visión política hacia una orientación liberal e hizo un llamamiento a la unidad de los miembros. Con el Partido Social Demócrata, el Partido Nacional Liberal y la Unión Demócrata de Los Húngaros de Rumanía en el poder, unidos en una mayoría del 70%, la crisis de la Unión Salvar Rumanía es, de facto, la crisis del único partido que representa a la oposición democrática en la actual legislatura rumana.
Los que se nutrían de la ilusión de que la Alianza para la Unión de los Rumanos es algo más que el heredero ideológico de la extrema derecha del período de entreguerras estaban muy equivocados. Así lo demuestra otro incidente «AUR», ocurrido el lunes en la Cámara de Diputados, durante el debate de la moción simple sobre energía. El ministro responsable, Virgil Popescu, vino a dar cuenta, nada menos que democrática, de las elevadas facturas de gas y electricidad, y fue maltratado por el líder de la AUR, George Simion, que subió nervioso a la tribuna y le agarró por la nuca. El Parlamento de Bucarest sólo había conocido hasta ahora la violencia del lenguaje. La sesión se suspendió y se reanudó sólo con la participación de los diputados de AUR y USR, iniciadores de la moción.
La dirección de la Cámara no pudo anunciar ninguna sanción, porque no hay ninguna disposición en el Reglamento de Procedimiento a tal efecto. El líder liberal Florin Cîțu, que ya había advertido en el pasado sobre el extremismo de la AUR, anunció que propondría la introducción de medidas claras y duras para estos incidentes. El mismo partido organizó la violenta protesta frente al Parlamento contra la introducción de certificados verdes obligatorios en el trabajo. El mismo George Simion entró a la fuerza en el ayuntamiento de Timisoara sin estar en la lista de audiencias. También intimida a sus indeseables compañeros diputados, en su mayoría del PNL y USR, filmándolos sin su consentimiento y acosándolos físicamente. La AUR, a través de sus dirigentes, promueve agresivamente las corrientes antivacunas, ultranacionalistas y soberanistas. Recientemente, en un comunicado de prensa, la AUR describió el Holocausto como un tema menor, que no merece un lugar especial en el plan de estudios, provocando reacciones vehementes por parte de la embajada israelí y del Instituto Nacional Elie Wiesel para el Estudio del Holocausto en Rumanía. La violencia con la que promueve sus supuestas ideas parece estar dando sus frutos: de ser la cuarta fuerza parlamentaria, ha subido en la clasificación de las preferencias del electorado, ocupando la segunda posición en las encuestas.
Versión Española: Valeriu Radulian