Medidas para la infraestructura de transporte
La situación de la infraestructura de transporte de Rumanía requiere medidas rápidas y de gran alcance.
Roxana Vasile, 15.03.2019, 14:36
«Rumanía quiere autopistas». Bajo este lema, nacido de la exasperación, este 15 de marzo, a las 15 horas, durante 15 minutos, los rumanos han sido llamados a unirse a la protesta iniciada por un empresario de Suceava. Enfadado por la falta de iniciativa de las autoridades y la falta de interés en la construcción de autopistas, Ştefan Mandachi contrató a una empresa especializada que, a principios de marzo, construyó simbólicamente un metro de autopista, la primera y única en la región rumana más pobre, Moldavia, al este del país.
Ahora el empresario ha iniciado una manifestación de protesta, a la que se han unido desde simples ciudadanos, empresarios, concejales de alcaldías y distritos, hasta pastelerías, escuelas, asociaciones, sindicatos y ONG. «Queremos una autopista para transportar la mercancía más rápido. Y esto porque el parque nacional de vehículos se está deteriorando rápidamente a causa de la mala calidad de las carreteras, lo que aumenta los costos de mantenimiento. Debido a que el transporte se hace con dificultad, los precios de los productos son más altos y el coste de la mano de obra es mayor. El riesgo de accidentes es mayor en las carreteras que pasan por cada localidad, ya que Moldavia ha sido descuidada totalmente en este capítulo.», se muestra en un mensaje enviado para apoyar la protesta.
Sin embargo, la situación de la infraestructura vial es grave y no solo en Moldavia, sino en todo el país. En 2018, casi tres décadas después de la caída del comunismo y más de 10 años después de su adhesión a la Unión Europea, Rumanía tenía solo unos 800 kilómetros de carreteras, de los cuales casi 100 fueron heredados de la época del dictador Nicolae Ceausescu.
El actual ministro de Transportes, Răzvan Cuc, ha dicho que entiende las protestas de los rumanos, porque, según reconoce, la paciencia tiene un límite. Esto solo puede estimularnos a acelerar los proyectos, cambiar la legislación, hacer que los procedimientos sean más sencillos, ha destacado Cuc, ya que la burocracia es uno de los obstáculos que han contribuido a la situación actual.
El transporte ferroviario tampoco va bien. Se dice que viajar en tren en Rumanía es como cuando tienes que seguir viendo la película más triste jamás hecha en la historia. Retrasos frecuentes, velocidades de los trenes que, en el siglo de la velocidad de la luz, son comparables a las de los caracoles, vagones que parecen de la Segunda Guerra Mundial, malas obras de modernización de los ferrocarriles, todo esto significa que la infraestructura necesita amplias reparaciones. En estas condiciones, el ministro Răzvan Cuc promete que en el presupuesto de este año hay fondos suficientes para el mantenimiento de la infraestructura ferroviaria.
(versión española Simona Sarbescu)