Referéndum para redefinir la familia
El Senado de Rumanía ha adoptado la iniciativa ciudadana que defiende revisar la Constitución para definir a la familia como un matrimonio entre un hombre y una mujer. Este proyecto legislativo necesita validación por referéndum.
Ştefan Stoica, 12.09.2018, 15:00
El pleno del Senado de Rumanía, como órgano decisorio, ha adoptado este martes, por amplia mayoría, el proyecto legislativo que propone la revisión de la Constitución, en el sentido de redefinir la familia basada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, y no entre cónyuges, como es actualmente. En mayo de 2017, el proyecto fue aprobado por la Cámara de los Diputados. La iniciativa ciudadana pertenece a una gran coalición de organizaciones y asociaciones cristianas apoyadas con entusiasmo por la mayoría de la Iglesia ortodoxa, una coalición que no ha ocultado que quiere cambiar el artículo constitucional que define a la familia para bloquear cualquier posibilidad de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Los iniciadores han conseguido juntar 3 millones de firmas a favor de esta propuesta. Después de pasar por los trámites legislativos, dicho proyecto de ley debe ser validado por referéndum en octubre.
Los debates en el Parlamento han reconfirmado que Rumanía es un espacio propenso a la paradoja. El Partido Social Demócrata (PSD) que pertenece a una familia ideológica sensible a las minorías y con tendencia a la tolerancia y la inclusión y su aliado en el poder, ALDE , liberales defensores en teoría de los derechos y las libertades civiles se han pronunciado a favor de esta nueva definición de la familia invocando la tradición cristiana bimilenaria e inducir la idea de que la homosexualidad es un pecado. Del mayor partido de la oposición, el Partido Nacional Liberal, sólo unos pocos senadores se han abstenido en la votación. También ha votado a favor la Unión de los Húngaros de Rumanía sin perfil ideológico definido. El único partido que ha votado en contra es la Unión Salvar Rumanía, advirtiendo que este referéndum es inútil para el país, que no va a mejorar en nada la vida de los rumanos, pero que corre un gran riesgo de dividir a la sociedad.
Una pequeña protesta contra la redefinición de la familia en la Constitución ya se ha llevado a cabo en el centro de la capital rumana. También han reaccionado los representantes de la organización no gubernamental ACCEPT, que defiende los derechos de las minorías sexuales, diciendo que el Senado, en su voto del martes, «eleva la homofobia a valor de Estado y sacrifica la protección constitucional para muchas familias en Rumanía». Este voto, acusan los de ACCEPT, es una violación del derecho a la vida privada y a una familia, un derecho inalienable de todas las personas, independientemente de su género y orientación sexual, de acuerdo con la Convención Europea de Derechos Humanos. Esta es una advertencia muy seria.
Recientemente, la proyección, en un cine de Bucarest, de una película sobre la lucha por los derechos de las minorías sexuales en Francia en la década de los 80 fue interrumpida por un grupo fundamentalista ortodoxo que se manifestaba agresivamente contra las personas homosexuales. El debate que precederá al referéndum mostrará si la sociedad rumana es capaz de cambiar y modernizarse, sin abandonar las tradiciones invocadas en exceso con fines manipuladores y propagandísticos. También es un examen para los políticos rumanos, pero ellos ya están a punto de suspenderlo. El voto del Senado ha sacado a luz las confusiones ideológicas, los intentos de aprovechar los temas delicados para fines electorales populistas, y su desinterés por defender los valores y los principios de su propia ideología.