República de Moldavia, 27 años de independencia
27 años después de la proclamación de su independencia, la República de Moldavia no atraviesa el mejor período de su frágil estatalidad. Más detalles al respecto en un material firmado por Stefan Stoica.
Ştefan Stoica, 27.08.2018, 11:37
El 27 de agosto de 1991, en el mapa de Europa apareció un nuevo Estado, la República de Moldavia, creado en una parte de los territorios rumanas orientales englobados por la Rusia soviética, en 1940. Rumanía, convaleciente después del comunismo, fue el primer país en reconocer a la nueva república. Después de 27 años, Rumanía miembro de la UE y la OTAN es el país que más aboga por la integración europea del pequeño Estado vecino, con mayoría de rumanohablantes, apoyando las aspiraciones declaradas de las autoridades de Chisinau. Y las cosas seguirán igual también en el período en que asumirá la presidencia semestral de la UE en la primera mitad del próximo año.
Los casi 3 decenios transcurridos desde la proclamación de la independencia no fueron años de prosperidad y paz social. En 1992, Transnistria, apoyada por Moscú, gana su independencia tras un conflicto saldado con centenares de muertos. El estatuto de la región oriental no se ha reglamentado en el presente. Siguieron crisis económicas agudas que le consolidaron a la República de Moldavia la postura indeseada de Estado europeo más pobre y provocaron una migración externa masiva. Las convulsiones internas y las protestas amplias determinaron cambios en las estructuras políticas y en la administración. Después de haber declarado en 2009 como principal objetivo externo el acercamiento a la UE, la República de Moldavia obtuvo una serie de éxitos importantes en este sentido tales como el levantamiento del régimen de visados y la firma del acuerdo de libre cambio con los Estados de la Unión. Sin embargo, las relaciones con Bruselas se enfriaron después de la desaparición de mil millones de dólares del sistema bancario de la República de Moldavia, en 2014, y de la ralentización del ritmo de las reformas, entre las cuales figuran las reformas obligatorias del sistema judicial. A esto se añadió la elección de un presidente prorruso en 2016.
Los socios occidentales de Chisinau se mostraron preocupados por el abandono del antiguo modelo electoral basado en listas de partido y la transición hacia un sistema mixto. Los descontentos alcanzaron su punto culminante después de la anulación de la victoria en las elecciones municipales del líder de la plataforma proeuropea DA, Andrei Nastase. Los retrasos en la construcción del Estado de derecho, de la democracia y de una economía sana siguen fragilizando el pequeño Estado oriental y fomentan los temores sobre su futuro. Por esto, miles de simpatizantes de la oposición proeuropea participaron el pasado domingo en una protesta delante del Gobierno de Chisinau, organizada por el Movimiento de Resistencia Nacional ACUM, creado después de la cancelación de las elecciones municipales. Los participantes en la protesta han criticado la corrupción de los que están en el poder y pidieron la dimisión del Gobierno de Filip, considerado responsable por el empeoramiento de la situación de los ciudadanos y por el aislamiento de la República de Moldavia en el plano europeo. “La mayoría de los jóvenes se fueron del país. Ya no quedamos muchos aquí. No podemos aceptar más mentiras, robos y humillaciones de este régimen corrupto, ha declarado Maria Sandu, líder del Partido Acción y Solidaridad.