Acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos del sistema sanitario
Una tregua, más bien frágil, ha sido el resultado del maratón de negociaciones celebradas este martes entre algunos ministerios clave en el Gobierno rumano y los líderes de los sindicatos del sector sanitario.
Bogdan Matei, 09.05.2018, 14:28
Tras las negociaciones entre el Gobierno y los sindicatos, la única certidumbre ha sido que la huelga general en el sistema sanitario rumano, programada para el próximo viernes, ya no tendrá lugar. El pasado mes de abril, la huelga había sido anticipada por una ola de protestas espontáneas en casi todo el país y el pasado lunes, por una huelga de advertencia de 2 horas. Estas han sido las consecuencias, por lo menos paradójicas, de las reformas aplicadas en el sistema por la coalición gobernante formada por el PSD y la ALDE. El Gobierno había prometido aumentos generosos de los salarios para traer al país a los casi 15.700 médicos rumanos que trabajan en el extranjero. Es verdad que desde el principio del año los salarios de los médicos han subido de manera espectacular, del equivalente de varios cientos a varios miles de euros y además han aumentado generosamente los salarios de los asistentes. Pero la decisión del ministerio de limitar en un 30% el pago de las horas extras y guardias ha provocado una reducción de los ingresos obtenidos por los enfermeros, los camilleros, los biólogos y los farmacéuticos.
Ahora, la ministra de Sanidad, Sorina Pintea, ha anunciado que el Gobierno volverá a modificar la ley de salarios en el sistema público. Las modificaciones se refieren solo al pago de los sobresueldos, ha precisado la ministra de Trabajo, Lia Olguţa Vasilescu. También ha dicho que se eliminará el umbral del 30% para las guardias realizadas por médicos y asistentes. El oficio de partero y el de enfermero serán equivalentes al de asistente. Los hospitales de única especialidad y algunos servicios de ambulancia podrán aumentar los sobresueldos, según criterios claros y justificados. El acuerdo entre el Gobierno y los sindicatos también prevé que todos los empleados cuyos ingresos hayan disminuido reciban compensaciones. Además, se reanudarán las negociaciones sobre el contrato colectivo laboral. Leonard Bărăscu, el líder de SANITAS, el sindicato más importante del sector, ha anunciado que a través de este acuerdo se solucionará el conflicto laboral.
Pero los analistas creen que el acuerdo no puede curar las enfermedades crónicas del sistema: hospitales antiguos con dotaciones precarias y llenos de bacterias, escasez de medicinas en su mayoría esenciales para los tratamientos, personal médico insuficiente y desinteresado, a menudo hostil al paciente. La percepción de estos últimos es relevante. Según un informe de la CE, casi un 60% de los rumanos afectados por el fenómeno de la corrupción afirman que esto se manifiesta en primer lugar en el sistema público de sanidad. Por su parte, la fiscal jefa de la DNA, Laura Codruţa Kovesi, ha dicho que los principales sectores afectados por la corrupción son los servicios médicos, la financiación de los hospitales y la contratación de personal en el sistema. Así, para obtener un empleo de enfermero se pide un soborno de 1.500 euros, para un asistente médico, uno de 2.500, y para un conductor de ambulancia, se ofrecen 1.000 euros, ha explicado la jefa de la DNA, proporcionando argumentos a los que no creen que el sistema reciba fondos insuficientes, sino que los empleados en el sistema roban demasiado.