Gran Asamblea de Chisinau dedicada al Centenario de la Unión de Besarabia con Rumanía
El 100 aniversario de la unión de Besarabia con Rumanía fue celebrado el pasado domingo en Chisinau.
Roxana Vasile, 26.03.2018, 15:59
El 27 de marzo es día feriado nacional en Rumanía. Se celebra un momento importante de la historia del país: la unión en 1918 con Besarabia. Entonces, a finales de la Primera Guerra Mundial, Besarabia, provincia mayoritaria rumana que estuvo bajo ocupación zarista durante 106 años, se unió con la Patria Madre. La Unión Soviética la volvió a anexionar tras un ultimátum en 1940 y en una parte de su territorio se creó la actual República de Moldavia. El domingo pasado, en la víspera del 100 aniversario de la Unión, en Chisinau, miles de rumanos de ambas orillas del río Prut participaron en una manifestación simbólica denominada Gran Asamblea dedicada al Centenario de la Unión y adoptaron una proclamación a través de la cual se comprometen a contribuir a la reunificación nacional de Rumanía. Entre los participantes figuraron también los alcaldes de 140 localidades de la República de Moldavia que recientemente han firmado declaraciones de unión con Rumanía. Uno de ellos es Vladimir Susarencu de Sadova:
“En el presente, hay más de 600 habitantes de Sadova que desean la unión. Es normal desearla porque tenemos una lengua y una cultura comunes así como becas rumanas. La guardería del pueblo de Sadova fue reparada con fondos del Gobieno rumano”.
En Chisinau ha estado presente también el antiguo presidente de Rumanía, Traian Basescu, así como el senador del PSD, en el poder en Rumanía, Titus Corlatean, que ha subrayado la importancia de las declaraciones de unión firmadas por 140 ayuntamientos.
Escuchemos a Titus Corlatean:
“Estas declaraciones son importantes aunque se trate de un gesto simbólico simple. Siempre se ha dicho en Bucarest: cuando vosotros, los rumanos de Besarabia y de la República de Moldavia, vais a estar preparados, porque nosotros ya lo estamos. Si la identidad rumana, pisoteada y negada en el período de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, fue pervertida por los soviéticos a través del invento de una lengua moldava y de una identidad moldava separada de la rumana, estas cosas no pueden ser olvidadas y deben ser aclaradas.”
Los habitantes de la República de Moldavia desean la unión, pero son conscientes de que los políticos de Chisinau no tomarán semejante medida muy pronto. El Partido Liberal, parlamentario, en la oposición, así como numerosas formaciones extraparlamentarias y organizaciones cívicas abogan por la reunificación. En el centro, el Gobierno de coalición, declarado prooccidental, dominado por el Partido Demócrata, apuesta por la carta de la integración europea pero, sin compartir el objetivo unionista, cultiva relaciones excelentes con Bucarest y glaciales con Moscú. Por fin, a la izquierda, los miembros del antiguo partido único comunista y los socialistas dirigidos, en realidad, por el jefe del Estado, el filorruso Igor Dodon, no ocultan su intención de reubicar a la República de Moldavia en la órbita rusa. En este contexto, por el momento, la única solución es la reafirmación permanente de las convicciones prooccidentales de los moldavos, de hecho los más pobres de Europa. Su ingreso en la UE y admisión en la OTAN, apoyados por Bucarest, les pueden asegurar la libertad y el bienestar.