Manifestaciones a favor de la unión de Rumanía con la República de Moldavia
La unión de Rumanía con la República de Moldavia, vecina, exsoviética, donde la mayoría de la población es rumanohablante, dominó nuevamente la actualidad política de la capital al final de la semana pasada.
Bogdan Matei, 24.10.2016, 14:12
Solamente dos mil personas, es decir menos de lo que esperaban los organizadores, participaron el pasado sábado en el centro de Bucarest en una nueva marcha de respaldo de la unión de Rumanía con la República de Moldavia. Los participantes, muchos de ellos venidos especialmente de Moldavia, han declarado que en el actual contexto geopolítico, la unión de los dos Estados representa la única solución para que los rumanos de la República de Moldavia se beneficien de la protección de la OTAN y la UE, organizaciones a las cuales Rumanía pertenece, para no caer víctimas de una agresión rusa, semejante a la desatada en contra de Ucrania. Además, el estatuto de ciudadanos rumanos, y en consecuencia europeos, les garantizaría el acceso a los estándares occidentales de legalidad, prosperidad y democracia. Ya tradicionales en Bucarest, las marchas a favor de Basarabia fueron inauguradas en el año 2012, cuando se conmemoraron 200 años desde la primera anexión de esta provincia rumana por la entonces Rusia zarista. En una parte del territorio de la Basarabia histórica, integrada a Rumanía después de la Primera Guerra Mundial y anexionada nuevamente por la Unión Soviética en 1940, fue creada la actual República de Moldavia.
Durante la marcha del pasado sábado, los manifestantes solicitaron que la unión se transformara en el futuro proyecto de país de los políticos rumanos. Al día siguiente, tras entrevistarse con los líderes de los más importantes partidos que participarán en las elecciones parlamentarias del próximo 11 de diciembre, los militantes unionistas declaraban que habían recibido garantías de que las cosas iban por el buen camino. Estos se reunieron con los los representantes del PSD, la formación con el grupo parlamentario más numeroso en el Legislativo actual, de la Alianza Liberal Demócrata, encabezada por el presidente del Senado, Calin Popescu Tariceanu y del Partido Movimiento Popular dirigido por el ex jefe del Estado, Traian Basescu, así como con representantes de la Unión Salvad Rumanía y del Partido Rumanía Unida, ambos extraparlamentarios. Desgraciadamente, el final de la semana se oscurecía por los incidentes sin precedentes en las marchas unionistas pacíficas y exhuberantes de los años pasados, entre los gendarmes y los manifestantes. Varios participantes trataron de forzar la barrera levantada por las fuerzas del orden en la Avenida de la Victoria, una de las más importantes de la capital para cuya utilización no habían rebibido el visto bueno por parte del Ayuntamiento General. Inmovilizados por las fuerzas de orden, cinco de ellos al frente con el propio líder del movimiento unionista, George Simion, fueron detenidos durante varias horas en una comisaría y puestos en libertad horas después. Pero las imágenes de una violencia moderada, de rumanos peleando con rumanos, dieron ya la vuelta al mundo con ayuda de las cadenas de televisión locales y del extranjero, haciendo las delicias de los adversarios de la unión. Incluso los participantes pacíficos en la marcha o los comentaristas de prensa favorables a la causa unionista han declarado que el gran ganador de los empujones dados el pasado sábado es el líder de los socialistas rusófilos de la República de Moldavia, Igor Dodon. Antioccidental y rumanófobo virulento, del que muchos comentan que responde a las ordenes de Rusia, Dodon figura en los sondeos sobre las intenciones de voto, como favorito de las elecciones presidenciales del próximo 30 de octubre y el pasado sábado recibió un regalo no merecido precisamente de donde menos esperaba.