Antes de la cumbre de la OTAN
La cumbre de la Alianza Noratlántica que tendrá lugar el viernes y el sábado en Varsovia tiene por objetivo redefinir la estrategia de la OTAN en el contexto de los actuales retos de seguridad en el flanco sur y este de Europa.
Valentin Țigău, 04.07.2016, 15:31
Un fortalecimiento militar sin precedente de la OTAN en el este de Europa tras el conflicto ruso-ucraniano iniciado el 24 de febrero de 2014 es el elemento clave que centrará la atención de los líderes de los 28 Estados de Europa y América del Norte que se reunirán a finales de esta semana en Varsovia en el marco de una cumbre de dos días, un acontecimiento muy importante para Rumanía, país que se encuentra en la frontera este de la Unión Europea y de la OTAN. La cumbre trazará también las futuras líneas de la estrategia de la OTAN, asegurándose de que la Alianza siga siendo una fuente esencial de estabilidad en un mundo inseguro e imprevisible. Según el corresponsal de Radio Rumanía en Bruselas, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, podría someter a la atención de los jefes de Estado las consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. El mandatario ha declarado recientemente que, después de que el Reino Unido decidiera salir de la Unión, la OTAN se ha convertido en una plataforma aún más importante de cooperación entre Europa y Estados Unidos, pero también de cooperación militar y de seguridad entre los aliados europeos de la OTAN.
La cumbre de Varsovia es también de gran interés para Bucarest. El año pasado, el escudo antimisiles estadounidense de Deveselu (en el sur) comenzó a estar activo, colocando a Rumanía en el mapa del sistema defensivo de la OTAN en Europa del Este. Es una de las bases estadounidenses más importantes de Europa, concebida como un “sistema de defensa contra los peligros procedentes de fuera de Europa”, según ha declarado Hans Klemm, embajador de Estados Unidos en Bucarest, quien ha destacado que “el escudo no se dirige contra Rusia”. Este viernes, Canadá ha anunciado que enviará 1000 militares a Letonia, en el marco del despliegue por parte de la OTAN de cuatro batallones en el este de Europa, expresando su deseo de ser, junto con Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, una de las cuatro naciones marco que fortalecerán la presencia avanzada de la OTAN en Europa Central y del Este. Pero, del otro lado, Moscú ha acusado a la Alianza de involucrar a Rusia en una competición frenética de armamento que rompe el equilibrio militar vigente tras la caída de la URSS, en 1991. Vladimir Putin denunció la semana pasada las maniobras militares de la OTAN cerca de la frontera rusa, sobre todo en el mar Negro y en el mar Báltico, advertiendo que Moscú responderá “de manera adecuada” a estos retos. Los observadores han estimado que, a pesar de ello, la cumbre de Varsovia fortalecerá la dura posición de la OTAN frente a Rusia. Una señal de esta estrategia se puede leer también en el reciente nombramiento de un especialista en asuntos rusos, Rose Gottemoeller, en el cargo de secretario general adjunto de la Alianza Noratlántica. Gottemoeller ha llegado a la dirección de la Alianza del cargo de subsecretario estadounidense para el Control de Armas y Seguridad Internacional.