La monarquía rumana, 150 años
El 10 de mayo es día de fiesta ya que se celebran los 150 años desde el inicio del reinado de Carlos I, la proclamación de la Independencia del Estado y la coronación del primer rey de Rumanía. El Día del Rey fue el día nacional de Rumanía entre 1867 y
Mihai Pelin, 10.05.2016, 13:08
El 10 de mayo es el Día de la Realeza, marcada a partir de este año como fiesta nacional en Rumanía. Esta fecha tiene varios significados importantes en la historia del país. Pero este año tiene un significado especial, porque se cumplen 150 años desde que Carlos de Hohenzollern-Sigmaringen fue proclamado príncipe soberano de los Principados Unidos. El 10 de mayo de 1866 tomó juramento como jefe del Estado rumano. Su instalación en Bucarest se hizo tras un acuerdo entre los políticos rumanos de la época. Ellos consideraron que sólo un príncipe extranjero podría estar suficientemente lejos de la encarnizada rivalidad entre varias familias políticas del país y, por lo tanto, traer la objetividad y la neutralidad que hacía falta. Con la aceptación del emperador francés Napoleón III y del rey de Prusia, Guillermo I, el príncipe Carlos se fue a Rumanía a finales de abril de 1866. Deja el castillo de Sigmaringen, cerca de Düsseldorf, y cruza Suiza y Austria. Llega en barco a Turnu Severin y entra en Bucarest el 10 de mayo de 1866.
Comienza así un reinado de 48 años, el más largo de la historia de Rumanía. Es el período en el que el 10 de mayo entra en la conciencia de los rumanos como el Día Nacional y el Día de la Dinastía. Los años del reinado de Carlos I estuvieron entre los mejores. Fueron tiempos de estabilidad, y Rumanía prosperó y se consolidó económica y políticamente. Otro importante significado del 10 de mayo es la proclamación de la independencia en 1877. En el Parlamento, la oposición estaba esperando la reacción del gobierno ante una interpelación sobre la preparación del ejército y, en el discurso de respuesta, el ministro de Exteriores Mihail Kogălniceanu pronunció la célebre frase: “Somos independientes, somos una nación soberana”. El parlamento votó después por unanimidad una resolución, proclamando la total independencia del país.
El 10 de mayo de 1877, los parlamentarios fueron todos al Palacio Real y el príncipe Carlos respondió a la proclamación de la independencia. Cuatro años más tarde, el mismo 10 de mayo, en una Europa monárquica, Rumanía se convirtió en reino. La proclamación del reino significó muchísimo para el país, porque marcó la aceptación de Rumanía con estatuto de igualdad por parte de los demás Estados europeos. Carlos I fue el primer monarca de la dinastía de Hohenzollern-Sigmaringen, cuyo nombre se convierte a partir del rey Fernando I en Casa Real de Rumanía, dinastía que lideró después el país mediante Carlos II y su hijo, Miguel I.
En 1917, la ocupación alemana prohibió por primera vez que se celebrara el 10 de mayo y el régimen comunista lo prohibió por segunda vez, tras la abdicación forzada del rey Miguel en 1947. Los comunistas confiscaron esta gran fiesta y la borraron de manera deliberada de la memoria colectiva mediante una propaganda típica de un régimen totalitario. El Día de la Realeza está recuperando el lugar que merece en la historia y ha vuelto al alma de los rumanos mediante varios acontecimientos desarrollados estos días en todo el país.