Comienza a regir la ley antitabaco
En Rumanía ya no se puede fumar en espacios públicos cerrados. La Ley antitabaco ha dividido a los rumanos en dos grupos opuestos.
Corina Cristea, 17.03.2016, 14:28
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A partir del 17 de marzo, en Rumanía ya no se puede fumar en espacios interiores públicos. La Ley Antitabaco, adoptada hace 2 meses, prohíbe fumar en los puestos de trabajo y en las instituciones públicas, en el transporte en común y los parques infantiles. Además, se prohíbe fumar en hospitales y centros educativos públicos y privados destinados a la protección y la asistencia infantil. Tampoco se puede fumar en tiendas y centros comerciales, exposiciones o ferias en espacios interiores, ni tampoco en mercados cerrados.
Este miércoles, el Gobierno de Bucarest ha publicado en su página web una guía de aplicación de la ley, según la cual está prohibido fumar en restaurantes, bares, cafés, terrazas y clubes cerrados incluidos los con acceso limitado, casinos, centros cultural-artísticos, deportivos o de ocio. Tampoco se puede fumar en estaciones de tren y de autobús, aeropuertos y taxis. Además, en el transporte público ya no se puede utilizar el cigarrillo electrónico. Así, Rumanía se convierte en el 94º país que prohíbe fumar en todos los espacios interiores públicos. Los fumadores podrán encender un cigarrillo en espacios al aire libre, en los puestos de trabajo no encubiertos o semicerrados con menos de 2 paredes, como patios, balcones abiertos, terrazas o taquillas.
La ley permite fumar en las cárceles de máxima seguridad y los espacios especiales acondicionados en los aeropuertos internacionales. A las personas físicas que violan la ley se aplicarán multas de entre 100 y 500 lei (20 – 120 euros), y a las personas jurídicas, de entre 5 y 15.000 lei (unos 1100 –3300 euros). Las empresas podrían recibir sanciones suplementarias, como el cierre de su actividad. Fumar en el trabajo puede ser motivo de despido o de recortes salariales por un periodo limitado.
Tal como se esperaba, la nueva ley ha dividido a la sociedad, ya que los fumadores se consideran discriminados. Los más vehementes proponen soluciones que les permitirían encenderse un cigarrillo tranquilos, sentados en la mesa en un bar y no en la calle, enfrentando la lluvia y el frío. La idea es transformar los bares en clubes privados o en centros para la investigación del tabaquismo, como ocurrió en Reino Unido hace tiempo. Los que tienen mayor sentido del humor proponen construir habitaciones de forma circular, para evitar la regulación sobre el número de paredes. Algunos fumadores creen que la ley es útil y los médicos afirman que de esta forma disminuirán las cifras de mortalidad y los factores de riesgo generados por el consumo de tabaco.
(traducido por: Simona Sarbescu)