Día Mundial de la Radio 2016
Varios amigos oyentes aceptaron nuestra invitación y nos mandaron sus opiniones acerca del tema de este año “La radio en tiempos de desastre y emergencia
Victoria Sepciu, 13.02.2016, 11:32
La UNESCO proclamó como Día Mundial de la Radio el 13 de febrero, para llamar la atención sobre la importancia de este medio de comunicación, sin el cual numerosas personas no tendrían acceso a la información. El tema del Día Mundial de la Radio 2016 es “La radio en tiempos de desastre y emergencia”, con este tema nos proponemos celebrar la importancia de la radio en nuestras vidas, en tiempos de paz, pero sobre todo en circunstancias difíciles.
Varios amigos oyentes aceptaron nuestra invitación de participar activamente en este programa especial y nos mandaron sus opiniones acerca de este tema.
David Iurescia, de Ezpeleta, Buenos Aires, Argentina nos mandó este comentario:
Me parece muy acertado el tema para este año del “Día Mundial de la Radio”: “La radio en tiempos de desastre y emergencia”.
Mi participación la estaré contestando en mi rol como radioescucha, y también como radioaficionado.
La radio no pierde su vigencia. Vemos en estos momentos países que están en guerra como Siria e Irak, donde ha sido devastada toda la infraestructura; y la única forma que pueden tener estas personas de informarse, es a través de la radio, y en particular, la de onda corta.
En las últimas semanas, ha resurgido el problema de una gran epidemia que podría tornarse mundial de dengue y zika. ¿Cuál es la mejor manera de llegar a toda la población, especialmente a las de zonas rurales para informarla sobre las maneras de prevención y los síntomas de esta enfermedad? Sin dudas, lo es la radio.
Con respecto a los desastres y emergencias, el servicio mundial de radioaficionados siempre ha estado presente, y ha demostrado que como dice el viejo lema: “Cuando las comunicaciones fallan, los radioaficionados comunican”. Cuando ocurrió el tsunami de 2004, un grupo de radioaficionados que estaban en las islas Andaman fueron los que le dieron esta noticia al mundo.
Lo mismo ocurre cuando ocurren huracanes en la zona de Caribe y Norteamérica; cuando se producen inundaciones, cuando se declaran en emergencia veleros alrededor del mundo.
Cuando se corta Internet, cuando se caen las antenas de telefonía celular, los radioaficionados con un equipo, una batería y un poco de cable para hacer una antena, siguen comunicando.
La radio salvó y seguirá salvando miles de vidas, desde aquel llamado de emergencia que lanzó el Titanic el 15 de abril de 1912.
En mi condición de aficionado del mundo de la radio lo único que recuerdo es el papel de la radio en tiempos de la dictadura franquista que era una de las pocas cosas que podía burlar la censura a la que estaba sometida España, escribe José Luis Corcuera de Vitoria-Álava-España.
Luego ya en democracia quedó denominada “La noche de los transistores” la del 23 de febrero de 1981 con el fallido intento de golpe de Estado cuando todo el país, con sus receptors, seguía los acontecimientos del golpe que por suerte acabaron en nada.
Creo que durante la II Guerra Mundial la BBC jugó un importante papel, por ejemplo era la emisora que emitía para la Francia ocupada por los nazis donde se da por supuesto que todas las emisoras francesas estaban controladas por los nazis.
Pero muchas veces escuché el papel importante de la radio en terremotos, huracanes y otros desastres porque los primeros problemas llegan por la falta de electricidad y la caída de redes de telefonía. Los radioficionados con sus equipos pueden enviar información de lo ocurrido porque sus equipos pueden ser alimentados sin problemas con baterías de automóvil. Otro asunto es que la población puede recibir noticias y ordenes en sus receptores de radio, hoy en día tenemos más cerca que nunca un receptor de radio porque lo más normal es que nuestros teléfonos celulares lleven un receptor de FM que funciona independientemente de que tengamos cobertura de red telefónica.
En muchas ocasiones se instalan emisoras portátiles en campos de refugiados o en campamentos de campañas militares. Su utilidad es grande aunque con las limitaciones de la FM que no tiene una cobertura de muchos kilómetros. Una emisora de campaña no es demasiado costosa y puede tener informada a la población a los mismos militares y a otras organizaciones que intervienen en la operación. Por suerte nunca tuve que vivir una situación así pero supongo que la radio puede comunicar a la población dónde y a qué hora llegan las cisternas con agua, las mantas o los alimentos.
Otro tema puede ser la radio en aviones y barcos para comunicar sus problemas y que desde tierra estén al corriente de lo que ocurre en todo momento.
Algunas formas de radio más desconocidas para la mayoría de las personas. Hace pocos días en un programa de una emisora española se hablaba de los naufragios y un marino contó sus vivencias y habló de las balizas que lanzan una señal cuando el barco se hunde y por medio de dicha señal pueden localizar el lugar del siniestro. Parece ser que las balizas son unas pequeñísimas emisoras que quedan a flote en el lugar del accidente lanzando la señal que permite encontrar el fatídico lugar.
Para finalizar solamente quiero saludar a todos los aficionados del mundo de la radio en este día tan especial para nosotros y claro está que también a todos los que hacen posible que nosotros disfrutemos con sus emisiones.
He aquí lo que opina sobre este tema Juan Franco Crespo de Valls-Tarragona/España:
Este año, la redacción española de Radio Rumanía Internacional, nos propone un tema abierto para celebrar el día de la radio:
LA RADIO EN TIEMPOS DE DESASTRE Y EMERGENCIA
Difícil panorama, aunque la realidad nos desborde en el mundo globalizado que nos ha tocado vivir. Posiblemente nada haya tan efectivo en tiempos de emergencia y desastres como la radio, sobre todo la radio que conocimos antes de la irrupción, masiva, de las nuevas tecnologías. Esa radio analógica que, imperturbable, surcaba el éter y llegaba a los más lejanos confines donde ciudadanos de las más inusitadas culturas se impregnaban de otros puntos de vista, otras formas de encarar el cotidiano devenir. En definitiva, la radio de nuestros recuerdos que penetraba, incluso, en los más alejados territorios como tantas veces tuve ocasión de comprobar e incluso valorar su efectividad cuando la prensa del día siguiente prácticamente no decía nada de lo que la radio anticipó. Ahí está su gran protagonismo, al menos en la onda media, larga y corta que es la franja que permite un alcance prácticamente planetario.
¿Qué nos aporta la radio digitalizada cuyas señales en FM apenas cubren un radio de 20 o 30 kilómetros alrededor del punto emisor? Prácticamente nada, porque en tiempos de catástrofe esas señales caen y no llegan al destinatario final como es el gran público. De ahí que no me sorprendiera nada cuando en uno de mis viajes por las tierras patagónicas que tan bien conocía el inolvidable Julio Popper, en mi periplo naval, al ser el único extranjero en aquel navío, el capitán me invitara a compartir el puente de mando donde, al margen de todas las maquinarias de ayuda a la navegación de nuestro tiempo, también estaba, encendido, el transmisor/receptor de OC, algo que me hizo preguntarle el porqué. Es el único que nunca me falló, así que en todas mis singladuras, me contestó, ese aparato me sigue acompañando y con él en las frecuencias asignadas, siempre obtengo respuesta. Es mi ángel de la guarda. Todo lo demás queda muy bien, pero cuando, en una emergencia, te fallan los modernísimos y costosísimos equipos, no merece la pena desmontar un equipo que funciona: el único problema era que las tripulaciones ya ignoran su funcionamiento y eso nos está creando problemas que en determinados momentos nos puede dejar, literalmente, “olvidados en el peligroso Océano”.
Y nuestra charla se extendió sobre el mundo de la radio sin fronteras (algo que no sucede con la FM) y su futuro en unos momentos en los que, parece, todo lo anterior es algo obsoleto. Sólo hago votos para que la radio analógica siga surcando el éter. Que no se cometa el error de confinar la radio al espectro pueblerino y tribal de la FM ya que ello nos dejaría sin recibir esa materia prima tan esencial como es el conocer lo que pasa allende nuestras fronteras. La radio sigue siendo una fuente vital para estar conectado con el mundo, sobre todo en los grandes espacios, lejos de las grandes ciudades o los inmensos espacios urbanos de nuestro tiempo. Así que la radio pública sigue siendo esencial no sólo para las poblaciones nacionales, sino para otras gentes que obtienen de ella ayuda y conocimiento.
La radio, aunque esté siendo acosada por intereses globalizadores que anulan la gran riqueza cultural que heredamos de nuestros antepasados, puede seguir prestando grandes servicios, sigue siendo relativamente barata [en comparación a la potencial audiencia que ha sido canibalizada y fragmentada de manera inmisericorde], fácil de elaborar y barata para el usuario final: un receptor y sus pilas apenas pueden suponer unos dólares y contrasta con el alto coste de las nuevas tecnologías [algo que nos quieren hacer creer que llega a nuestros hogares de forma gratuita] y la imprescindible energía que suele dejarte colgado cuando más lo necesitas. Unas pilas de reserva pueden darte varias jornadas de placentera escucha sin necesidad de otros aditamentos como muy bien pude disfrutar en mis tiempos de voluntario con los refugiados guatemaltecos en la selva del Petén. Larga vida a la radio y no cometamos el error de prescindir de ella aunque, al parecer, las grandes transnacionales de las comunicaciones hagan todo lo posible para arrinconarla.
FELIZ DÍA DE LA RADIO 2016 Y ENHORABUENA A TODOS POR HABER PODIDO CUMPLIR UN AÑO MÁS EN LA HISTORIA DE LA RADIODIFUSIÓN INTERNACIONAL.
-Ésta ha sido, queridos oyentes, la edición 2016 del programa especial Día Mundial de la Radio. Soy Victoria Sepciu y quisiera agradecer, primero, a nuestros colaboradores de hoy los materiales enviados y a todos vosotros, queridos oyentes, la fidelidad y la atención dispensada.
-También os quiero recordar que todos vosotros sois importantes para nosotros, ya que sin vuestras cartas, sin vuestro constante apoyo, la labor que estamos desarrollando aquí no tendría sentido. Sin sus oyentes RRI no existiría.
-Gracias por todo, amigos, Un cariñoso saludo y un fortísimo abrazo y ¡Feliz Día de la Radio!
