Mineriada – en búsqueda de los culpables
La Fiscalía rumana ha acusado el pasado miércoles al expresidente de Rumanía, Ion Iliescu de “crímenes contra la humanidad en el expediente de la llamada “Mineriada de Bucarest del 13 al 15 de junio de 1990.
Bogdan Matei, 22.10.2015, 16:36
El 20 de mayo de 1990, cinco meses después de la caída de la dictadura comunista de Nicolae Ceauşescu, el exministro de los años 70, Ion Iliescu, percibido como líder de la Revolución, había sido practicamente plebiscitado, al ganar las primeras elecciones libres con el 85% de los votos. Su partido, una combinación heterogénea de revolucionarios auténticos y comunistas de segundo plano, se habían adjudicado dos tercios de los escaños del Parlamento.
En Bucarest, la Plaza de la Universidad, ocupada desde el mes de abril por estudiantes y proclamada “zona libre de neocomunismo, estaba vacía ya porque los manifestantes habían aceptado el veredicto rotundo de las urnas. De los decenas de miles de manifestantes muy impetuosos pero no violentos, permanecían en la Plaza solo varias decenas en huelga de hambre, que parecían incapaces de continuar su vida fuera del espacio de protestas.
La noche del 13 de junio la Policía tomó medidas desproporcionadas para evacuarlos, lo que despertó los temores a la represión de los días de la Revolución. Ni siquiera hoy en día está claro si los que, al día siguiente, reaccionaron con luchas en la calle con la policía, ocupando las sedes del Ministerio de Interior y de la Televisión, eran realmente manifestantes de la Plaza de la Universidad. Iliescu y sus allegados los tacharon de “legionarios (extrema derecha rumana del período de entreguerras), y aunque el ejército había conseguido restablecer el orden, llamaron a la población para salvar “la democracia en peligro. Los mineros de la cuenca minera de Valle del Jiu respondieron a sus llamadas. Durante dos días, el 14 y el 15 de junio los mineros se habían apoderado de la capital, sustituyendo a las autoridades legales. Tiempo suficiente para dejar cientos de heridos, más de mil personas detenidas abusivamente y al menos cuatro muertos. Esta inédita invasión dejó la Universidad profanada y las sedes de los partidos de la oposición y de los periódicos independientes devastadas.
Para la ex fiscal general de Rumanía, Laura Codruţa Koveşi, actualmente Fiscal Jefe de la Fiscalía Anticorrupción, la instrucción del expediente de la Mineriada es uno de los grandes logros de toda la historia del Ministerio Público. Los comentaristas dicen que es muy probable que el caso habría sido archivado si el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no hubiera exigido a Bucarest reanudar las investigaciones.
Hoy en día Iliescu de 85 años de edad es el presidente de honor del Partido Social Demócrata, principal partido de la coalición en el poder. Es un personaje muy respetado en este partido con los efectivos diezmados por los fiscales anticorrupción, porque el siempre ha sido, según sus propias palabras, “pobre y honesto. El exministro de Defensa, el general Victor Antanasie Stănculescu también octogenario, ha pasado ya un tiempo en la cárcel por su implicación en la represión sangrienta de la Revolución. Otro acusado en el caso “Mineriada es el jefe del Servicio Rumano de Inteligencia de la época, Virgil Măgureanu, actualmente catedrático de la Facultad de Sociología de la Universidad de Bucarest. A los tres, el pasado les perturba la vejez muy tranquila hasta ahora.