Relaciones rumano estadounidenses
Aunque las relaciones entre Bucarest y Washington no sean perfectas, EE.UU. siguen siendo el socio más importante de Rumanía.
Bogdan Matei, 14.02.2014, 17:20
Los EE. UU. quieren que Rumanía tenga éxito como socio democrático, dado que ambos países comparten responsabilidades globales mutuas así como una cooperación estratégica. Positiva para Bucarest, esta declaración pertenece al vicepresidente estadounidense Joe Biden, que este jueves ha mantenido una conversación telefónica sobre la situación regional con el jefe del Estado rumano, Traian Băsescu. Con este motivo, el número dos de la Casa Blanca, posible candidato del Partido Demócrata a las elecciones de 2016, ha expresado su apreciación frente a las contribuciones constantes de Rumanía a las misiones de la OTAN. Sin embargo, las relaciones más sólidas se desarrollan en el ámbito militar. Rumanía ha tenido una orientación pro-estadounidense desde mediados de los años 90, cuando, recién salida del comunismo y del antiguo Pacto de Varsovia, presentó su candidatura a la OTAN.
El permiso de sobrevuelo otorgado a los aviones militares de EE. UU. en 1999, durante la guerra de Kosovo, la participación activa con tropas en las campañas del Pentágono en Afganistán, en 2001, y en Irak, en 2003, abrieron el camino de Bucarest hacia la Alianza del Atlántico Norte, a la que se incorporó en 2004. Posteriormente en Rumanía se han instalado tanto bases militares, en Dobrogea, en la costa del Mar Negro (sudeste de Rumanía), como también elementos del escudo antimisiles en Deveselu, en Oltenia (sur). Todos estos aspectos han marcado los mandatos de tres presidentes rumanos, Emil Constantinescu (demócrata cristiano), Ion Iliescu (de izquierda), Traian Băsescu (popular) así como de algunos gobiernos de varios colores políticos, y han demostrado que Rumanía es, tanto desde la perspectiva de la opinión pública como desde la de los políticos, uno de los países más pro-estadounidenses de Europa. Sin embargo, no todo es perfecto en las relaciones entre Rumanía y EE. UU. Aunque es un socio estratégico, EE. UU. no tiene un embajador en Bucarest, tras haber terminado su mandato el último embajador Mark Gittenstein, un mandato bastante controvertido. Es más, Rumanía es uno de los únicos cinco estados miembros de la UE cuyos ciudadanos necesitan visados para viajar a EE. UU.
Esta realidad ha generado frustración no solo en Bucarest sino también en Bruselas donde los mandatarios comunitarios advierten que podrían aplicar requisitos similares para los ciudadanos estadounidenses. Por otro lado, el mes pasado, durante su visita a Bucarest, la vicesecretaria de Estado Victoria Nuland no descartó la inquietud de EE. UU. en cuanto a la violación por parte de Rumanía de los principios del estado de derecho. Según los analistas, esta declaración se refiere al presunto intento de la actual mayoría parlamentaria de limitar la libertad de la prensa y sobre todo las prerrogativas de la justicia, con el fin de crear una inmunidad absoluta para los políticos.
(trad S.Sarbescu)