El primer ministro renuncia a la presidencia del Partido Social Demócrata
Problemas políticos, médicos y sobre todo penales. Victor Ponta anunciaba el pasado domingo en su página de Facebook que renuncia al cargo de jefe del Partido Social Demócrata (PSD). Sin embargo, queda el frente del Gobierno.
Ştefan Stoica, 13.07.2015, 17:58
Tras dirigir durante casi 5
años y medio el mayor partido de Rumanía, Victor Ponta ha
decidido renunciar a cualquier cargo en el Partido Social Demócrata hasta que se demuestre su inocencia ante las acusaciones
de corrupción presentadas por la Direccción Nacional Anticorrupción. En el
presente, Victor Ponta está siendo investigado
por falsedad documental, evasión fiscal, blanqueo de dinero y conflicto de
intereses. En su mensaje publicado en la red social, Ponta ha añadido que
también otros miembros del PSD han abandonado temporalmente
los cargos públicos para aclarar su situación jurídica y él no puede pedir
a otras personas que hagan un sacrificio que,
por su parte, no estaría dispuesto a asumir. Éste es su primer paso atrás
después del fracaso en las elecciones
presidenciales cuando prácticamente empezó el declive de uno de los políticos
jóvenes más prometedores de Rumanía.
El fracaso en la competición por el cargo supremo
del país, causado por el grave error táctico de tratar con desprecio al
electorado del extranjero, tal como lo calificaron los comentaristas, le afectó
en su posición en el
partido. Sin embargo, a pesar de la tradición del Partido Social Demócrata
según la cual el líder perdedor en las elecciones presidenciales se queda
también sin partido, Victor Ponta, logró milagrosamente mantenerse
en el cargo. Un novedad absoluta en la historia del PSD, seguida, por otra
parte, por una triste para Rumanía, cuyo protagonista es también Ponta. Éste se
convierte en el primer jefe de Gobierno contra el cual los fiscales han abierto
una investigación penal.
El presidente Klaus Iohannis y la oposición de
derecha le pidieron la dimisión para no dañar la imagen de un país que se está
esforzando en convencer a los socios occidentales de que la lucha contra la
corrupción es real. Ponta se niega a dimitir, hecho que una vez más debilita su
posición política. Cabe recordar que precisamente el día en que tenía que
presentarse a la Dirección Nacional Anticorrupción, él se fue a Turquía para
una operación de rodilla. Volvió al país casi un mes después, período en que la
coalición formada alrededor del PSD se enfrentó al primer reto: el voto
favorable de la UNPR concedido a Mihai Razvan Ungureanu en la
propuesta de la presidencia para la dirección del Servicio de Inteligencia
Exterior.
Tras haber anunciado que renuncia al cargo de
jefe del PSD, el Partido Nacional Liberal ha vuelto a pedir a Ponta que se vaya
también del Gobierno. Victor Ponta ha entendido que si sigue liderando el
PSD, la imagen de este partido se verá afectada y
lógicamente tendría que entender que la imagen del Gobierno y de Rumanía es
mucho más importante, ha declarado la copresidenta liberal Alina Gorghiu.
Un final de la historia tal como lo desean los
liberales es posible, aunque a corto plazo. Al renunciar al cargo de jefe del
PSD, Victor Ponta corre el riesgo de enfrentarse a daños mayores
en el Gobierno, pero sobre todo en el interior de una coalición que parece
estar lejos de la armonía inicial y que muy pronto podría estar peor.