Rumanía y la República de Moldavia
Bogdan Matei, 17.06.2015, 14:56
Este martes, el Gobierno de Chişinău ha decidido que los
ciudadanos de la UE, incluso los ciudadanos rumanos, podrán entrar en
territorio moldavo utilizando su documento de identidad en vigor y no solo el
pasaporte. »Esta medida representa una clara señal política del objetivo de la
integración europea asumido por la República de Moldavia, un instrumento
concreto destinado a estimular las visitas y los intercambios más diversos
entre los ciudadanos de más allá del río Prut y los de la UE, incluso de
Rumanía, así como un apoyo concedido a la integración de este país vecino
al espacio europeo , ha declarado, en
un comunicado, el Ministerio rumano de Exteriores.
De esta forma se ha
corregido un error señalado por la prensa y criticado por la sociedad civil y
la diplomacia de Bucarest. !Sin pasaportes! había sido en primavera el lema
de las consignas que se podían escuchar durante las manifestaciones de
protesta organizadas por los
ciudadanos de ambos países delante de
las sedes situadas en la misma calle en Bucarest, del
Ministerio de Exteriores y la Embajada de la República de Moldavia.
Podemos viajar a Bruselas solo con el documento de identidad, al otro lado de
Europa, pero no lo podemos hacer aquí cerca de casa, a Chişinău, decían
entonces los manifestantes. La diplomacia de
Bucarest ha escuchado los argumentos y ha solicitado a las autoridades
de la República de Moldavia eliminar estas restricciones absurdas.
El requisito
impuesto a los rumanos, de viajar con el pasaporte al país vecino donde muchos
tienen amigos y familiares, data de la época comunista filorrusa de Chişinău.
Violento opositor de los rumanos, el Gobierno de aquella época había intentado
limitar el contacto entre los ciudadanos de los dos países. Así, los comunistas
del expresidente Vladimir Voronin se mantenían fieles a su orientación
soviética. En 1940, a través de un ultimátum, se produjo la anexión por parte
del Moscú de Stalin, de los territorios rumanos orientales donde fue creada la
actual República de Moldavia, lo que hizo que la frontera en el río Prut se
convirtiera en la más hermética de todos los países comunistas. Igual que en
Berlín, vallas de alambre de púas y centinelas con armas empezaron a dividir a
un pueblo en dos, un pueblo que solo ha podido recuperar su comunidad de
lengua, cultura e historia tras la disolución de la URSS.
Después de unas
elecciones legislativas falsificadas, que generaron violentas rebellones en la
calle, los comunistas se vieron obligados en 2009, a abandonar el poder.
Posteriormente, los Gobiernos prooccidentales han postergado, hasta la decisión
de este martes, la eliminación del requisito de presentar el pasaporte al
cruzar la frontera. Firme partidario de
la integración europea de la República de Moldavia, Bucarest tiene ahora todas
las razones para felicitarse. Es más, la decisión de Chişinău se produce en un
momento delicado, dado que la continuación de su orientación prooccidental se
ha visto afectada por los escándalos de
corrupción, el retraso de las reformas y los resultados económicos
catastróficos durante solo 4 meses de mandato del exjefe del Gobierno, Chiril
Gaburici, que dimitió de su cargo. (traducido por Simona Sarbescu)