La geopolítica del escudo antimisiles
Las bases de defensa antimisiles instaladas en Polonia y Rumanía podrían afectar gravemente a la seguridad militar. Moscú va a evaluar de manera independiente en qué medida el desarrollo de la capacidad militar de la OTAN en el Este puede afectar a la se
Corina Cristea, 02.03.2015, 17:47
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El proyecto del escudo antimisiles desarrollado en Europa por la OTAN ha suscitado una fuerte polémica desde su comienzo y las numerosas reuniones sobre este asunto no han hecho más que ampliar las divergencias entre Rusia y la Alianza del Atlántico Norte. Moscú ha criticado en reiteradas ocasiones la iniciativa de Washington y ha declarado que considera el futuro escudo como una amenaza, mientras que los países occidentales mantienen su posición según la cual este sistema es defensivo y no está dirigido contra Rusia. Moscú pide garantías jurídicas de que el sistema europeo no apuntará hacia sus defensas, mientras que la OTAN destaca que ya ha ofrecido dichas garantías. Según advierte el Kremlin, el escudo podría “violar el equilibrio estratégico y socavar la estabilidad internacional”.
En Europa, continúa la instalación de elementos del escudo antimisiles, incluso en Rumanía. Además, recientemente la OTAN ha decidido abrir algunos centros de mando y control en Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía. Durante una reunión en Bruselas, los ministros de Defensa de los países miembros de la OTAN anunciaron que la Alianza duplicará su fuerza de reacción rápida, que aumentará a 30.000 hombres. Moscú ha reaccionado: «La instalación de nuevos centros militares en nuestras fronteras no es otra cosa que un intento de ejercer presión sobre Rusia. La respuesta de Moscú será ”adecuada», declaró Alexandr Grushkó, el representante de Moscú en la Alianza.
Según el mandatario ruso, los cambios políticos y militares significativos en los países fronterizos tendrán una respuesta militar por parte de Rusia, destinada a garantizar la seguridad del país. Según el enviado de Moscú, las decisiones de la OTAN «generan un alto riesgo para Rusia», en primer lugar en los Países Bálticos, que podrían llegar a ser una región de «enfrentamiento militar», y la instalación de una base de entrenamiento común en Georgia, anunciada por el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también contribuirá al incremento de las tensiones geopolíticas y al deterioro de la seguridad regional.
«El centro de entrenamiento de Georgia representa un paso considerado por los rusos como un grave desafío. Este centro de la OTAN ya no era necesario», declaró Grushkó, que además dijo que los países de la región del mar Negro son capaces de garantizar su propia seguridad. Grushkó también dijo que para Moscú, el Acta fundacional sobre las relaciones entre Rusia y la OTAN «sigue siendo uno de los acuerdos fundamentales que derivan del entendimiento de que la seguridad solo se puede conseguir a través de la cooperación».
(Traducido por Simona Sarbescu)
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