La evolución de los casos anticorrupción
¿Una víctima de los servicios secretos, como ella se considera, o una persona de importancia en una red política y económica criminal, como la consideran los fiscales? Elena Udrea, la femme fatale de la política rumana, está pasando por los momentos más
Ştefan Stoica, 05.02.2015, 17:39
La diputada, exministra y excandidata presidencial Elena Udrea tiene problemas cada vez mayores y más graves con la justicia. Y la manera en la que ha elegido defenderse de las acusaciones, reclamando una supuesta conspiración de los servicios secretos, es poco creíble e inadecuada.
Este miércoles, los fiscales anticorrupción han solicitado dos veces el consentimiento para detener preventivamente a Elena Udrea, quien está acusada en dos casos de corrupción: “la Gala Bute” y “Microsoft”. El primero se refiere a la organización, en 2011, junto con el Ministerio de Desarrollo Regional y Turismo, que lideraba en aquella época Udrea, de una gala cuyo protagonista era el antiguo campeón mundial de boxeo, Lucian Bute. El segundo caso se refiere a la concesión ilícita de licencias de software en el Ministerio de Educación.
Udrea está acusada de falsa declaración de bienes y lavado de dinero, tráfico de influencias y de haber aceptado sobornos. Asimismo, los fiscales afirman que Elena Udrea no ha respetado las condiciones impuestas por el régimen de control judicial, lo que conlleva la detención. Udrea ha negado nuevamente las acusaciones y considera que se deben a sus declaraciones contra el director en funciones del Servicio Rumano de Inteligencia, el general Florian Coldea. Ella declaró en la televisión pública que éste intentaría liderar Rumanía a través de medidas ocultas, manipulación y haciendo uso de lo que Udrea denomina la relación especial que tiene con la fiscal jefe de la Dirección Nacional Anticorrupción, Laura Codruţa Kövesi. Sin embargo, la exministra ha admitido que no tiene pruebas y que sus afirmaciones se basan en las conversaciones privadas que ha tenido con varias personas.
Esto no es mucho viniendo de alguien antes considerada como la mujer más poderosa en la política rumana, en virtud de su relación con el expresidente Traian Basescu. Sin embargo, su mentor no la está defendiendo, y las personas importantes que la apoyaban, su exmarido Dorin Cocoş y la antigua jefa de la Dirección de Investigación de las Infracciones del Crimen Organizado y Terrorismo, Alina Bica, han sido detenidos preventivamente. ¿Víctima de los servicios secretos o de sus propios actos de corrupción? Es una pregunta retórica para aquellos que nunca han ocultado su aversión por Elena Udrea.
Sin embargo, no es la única persona pública investigada por la Dirección Anticorrupción. Los fiscales han extendido la investigación penal en el caso de Toni Greblă, el antiguo juez del Tribunal Constitucional. Al verse obligado por la situación imposible en la que ponía a la institución, sobre todo después de que la Dirección Nacional Anticorrupción hubiera solicitado el consentimiento del Senado para detenerlo, Toni Greblă presentó su dimisión. Está acusado de haber favorecido a delincuentes, de haber usado informaciones confidenciales o de haber permitido el acceso de varias personas no autorizadas a estas informaciones para obtener dinero o bienes ilícitos.