Análisis sobre el proceso de votación en el extranjero
Continúan las controversias sobre la manera en la que se organizaron las elecciones presidenciales en el exterior.
Florentin Căpitănescu, 26.11.2014, 17:28
No han acabado las controversias sobre el escándalo provocado por la mala organización de las elecciones presidenciales de Rumanía en el extranjero. Después de más de tres semanas desde la primera vuelta del 2 de noviembre, y 10 días después de la segunda vuelta del 16 de noviembre, los políticos, tanto del poder como de la oposición, están tomando medidas y en algunos casos, están buscando motivos o culpables. Las dimisiones de dos ministros de Exteriores, Titus Corlăţean después de la primera vuelta, y Teodor Meleşcanu después de la segunda, la investigación de la Fiscalía General, los debates del Legislativo o la creación de una comisión parlamentaria específica para realizar propuestas concretas para cambiar la actual legislación electoral muestran la dimensión del escándalo.
Todo empezó con la mala preparación de los centros de votación del extranjero, completamente insuficientes. Por lo tanto, a los ciudadanos rumanos no se les respetó un derecho fundamental, reconocido por la Constitución como es el del derecho al voto. Muchos de los casi 380.000 rumanos que consiguieron expresar su opción se vieron obligados a hacer colas enormes durante horas, una imagen que recordó la humildad de la época del régimen comunista. Aún así, irónicamente ellos fueron los afortunados. Y eso porque otros ciudadanos rumanos del extranjero no pudieron ejercer ese derecho que, el día de las elecciones se convirtió en un privilegio. Si las autoridades no cambiaron la legislación electoral entre las dos vueltas, lo están intentando ahora aunque sea demasiado tarde para los electores de este mes, pero alentador para aquellos que quieran votar en las próximas elecciones.
Así, a partir de este miércoles, una comisión parlamentaria específica está analizando las propuestas de modificación de la legislación electoral. Esta comisión establecerá los principios y las prioridades para cada tipo de elecciones: locales, parlamentarias, europarlamentarias y presidenciales. El primer ministro Victor Ponta ha lamentado este martes en el Parlamento el hecho de que un gran número de rumanos en el extranjero no pudieron ejercer su derecho al voto y considera que ha pagado el precio político al perder las elecciones presidenciales.
Ponta ha propuesto al Parlamento adoptar una legislación en la que estén mencionados el voto por correo o el voto electrónico y encargarlo a una institución apolítica con todas las atribuciones al respecto. Sin embargo, el principal partido de la oposición, el Partido Nacional Liberal, cuyo candidato Klaus Iohannis ha ganado el escrutinio, no ha dejado la impresión de estar dispuesto a olvidar fácilmente el fracaso de la organización de las elecciones. A través del diputado Ludovic Orban, los liberales están solicitando la dimisión del primer ministro Ponta, al que acusan de impedir el derecho al voto de los rumanos en el extranjero por no tomar medidas.