Europa y el gas ruso
“No hay razón para que la gente en Europa pase frío durante el invierno, ha subrayado el jefe del Ejecutivo comunitario en funciones, el portugués José Manuel Barroso, quien antes de otorgar sus prerrogativas al luxemburgués Jean-Claude Juncker, presenci
Bogdan Matei, 31.10.2014, 17:07
“Europa puede estar tranquila, no pasará frío durante el invierno”, ha declarado el pasado jueves el comisario europeo saliente Energía, Günther Oettinger, tras las negociaciones trilaterales en Bruselas entre Rusia, Ucrania y la Comisión Europea. La solución provisional a la que han llegado las partes garantiza tanto el suministro a Ucrania como a los estados miembros de la UE. Según Oettinger, citado por el corresponsal de Radio Rumanía en Bruselas, el acuerdo válido hasta la próxima primavera, se refiere a un total de 460.000 millones de euros y cubre el pago de las deudas de Kiev con Moscú así como los suministros de gas hasta el próximo mes de marzo.
El dinero será entregado a los rusos por la compañía ucraniana Naftogaz y proviene, en gran parte, del paquete financiero a través del cual el FMI y la UE apoyan a Ucrania. Se ha fijado un precio de 385 dólares por cada mil metro cúbico de gas, siendo aproximadamente 100 euros menos que el precio solicitado por Rusia el pasado mes de abril, pero aun así la tarifa es mayor que el precio promedio estimado por el proveedor ruso,Gazprom para este año.
Si no se llegaba a este compromiso, Europa corría el riesgo de tener problemas en cuanto al suministro de gas durante el invierno, en las condiciones en que un 15% de los gases consumidos en la Unión transitan por territorio ucraniano.
Los analistas del Kremlin advierten que durante mucho tiempo, Rusia se ha servido de los suministros de hidrocarburos para alcanzar sus objetivos políticos y geopolíticos. Aunque los ucranianos optaron en su gran mayoría en el escrutinio parlamentario celebrado el pasado domingo, por una formación prooccidental, la dependencia de Kiev del gas ruso en realidad está perpetuando la influencia de la exmetrópoli en la antigua colonia.
Además, según los mismos comentaristas, los gobiernos occidentales no se pueden permitir reaccionar,con el vigor que hubieran deseado, ante la violación flagrante del derecho internacional, como fue la anexión en el pasado mes de marzo de la región de Crimea o en la rebelión secesionista del este de Ucrania porque si Moscú cierra el grifo, los ciudadanos europeos corren el riesgo de pasar frío.
En cuanto a Rumanía, nuestro país cuenta con sus propios yacimientos de hidrocarburos y es menos vulnerable ante las acciones emprendidas por el imprevisible proveedor oriental. Bucarest cuenta con una reserva de gas natural de 280.000 millones de metros cúbicos, mil millones más frente al necesario previsto para este invierno, según ha anunciado el ministro delegado para Energía, Răzvan Nicolescu, reiterando al unísono con el resto de los responsables políticos rumanos, el deseo de que el país llegue a ser cuanto antes completamente independiente desde el punto de vista energético.