Competición presidencial en Rumanía
Tres meses antes de las elecciones presidenciales, aparecen cada vez más candidatos. Sin embargo, los finalistas parecen ser el socialdemócrata Victor Ponta y el liberal Klaus Iohannis.
Bogdan Matei, 18.08.2014, 18:14
El presidente Traian Băsescu está a punto de acabar su segundo mandato de presidente de Rumanía. Con unos resultados y una imagen controvertidos, autoproclamado campeón de la lucha anticorrupción, pero con un hermano en la cárcel, detestado por algunos pero todavía adorado por otros, Băsescu suscita la indiferencia de la mayoría de los rumanos. De hecho, los connacionales están más interesados en su sucesor. Según la mayoría de los sondeos de opinión, el socialdemócrata Victor Ponta parece ser el favorito de las elecciones presidenciales que tendrán lugar en noviembre.
Al ser un competidor solitario de las formaciones de izquierda y el líder de un partido disciplinado, que controla casi toda la administración, el candidato Ponta tiene también una importante ventaja logística. Además, lo ayuda la imagen de líder interesado en los problemas de cada rumano y la sed de venganza de los militantes socialistas, cuyo partido dejó de ganar las elecciones presidenciales desde el año 2000.
Victor Ponta tiene 42 años de edad y, según los estándares de Rumanía, es demasiado joven para un posible presidente. Sus adversarios lo consideran inmaduro y, en algunas ocasiones, su actuación pública ha alimentado las acusaciones. Si la izquierda está invirtiendo toda su energía en una sola persona, en las filas de la derecha, visiblemente fragmentada, hay una multitud de candidatos. Al reunirse en la Alianza Cristiana Liberal, los partidos más importantes de la oposición rumana, el Partido Nacional Liberal y el Partido Demócrata Liberal, están proponiendo a Klaus Iohannis como candidato a las elecciones presidenciales. Iohannis es de origen alemán y alcalde de la ciudad de Sibiu desde hace muchos años. Ostenta una seriedad sin imaginación, a diferencia del desenfado a veces inapropiado del primer ministro.
Tiene la simpatía del electorado urbano, sobre todo el de Transilvania, mientras que numerosos rumanos están fascinados con el mito de la eficiencia alemana. Sin embargo, sus detractores opinan que Iohannis es demasiado provincial para liderar desde Bucarest. A su vez, los sociólogos afirman que la mayoría del electorado no está preparado para aceptar a un minoritario protestante como presidente de un país en el que los rumanos cristiano ortodoxos superan el 80% de la población. Sin embargo, según los sondeos de opinión, Klaus Iohannis parece ser el contracandidato de Ponta en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Los demás candidatos de la derecha tienen casi nulas posibilidades de ganar.
Los analistas opinan que el ex primer ministro y líder del Partido Nacional Liberal, Călin Popescu-Tăriceanu, competirá casi inútilmente como candidato de los disidentes liberal-reformadores. Al verse rechazada por su propio partido, la eurodiputada Monica Macovei desea ser presidenta por sus afinidades espirituales con el malogrado Nelson Mandela. Las mayores discusiones existen en el Partido Movimiento Popular, partidario de Băsescu. Aunque la dirección del partido lo haya elegido candidato, el ex ministro Cristian Diaconescu está criticado por su propia jefa, Elena Udrea, quien está convencida de que es la única capaz de vencer a Ponta.
(Traducido por Monica Macovei)