Reconfiguraciones del escenario político
Los protagonistas del escenario político rumano han entrado en la etapa de las negociaciones seis meses antes del escrutinio presidencial.
Florentin Căpitănescu, 03.06.2014, 15:46
Tras las elecciones al Parlamento Europeo, considerado un ensayo general antes de los comicios presidenciales del próximo otoño, los partidos políticos rumanos, sobre todo los representados en el Parlamento tratan de restructurarse o de buscar nuevas rutas hacia el éxito electoral. Al parecer, el más activo es el Partido Nacional Liberal, de la oposición de centro — derecha. El resultado que obtuvo en las elecciones, del 15%, por debajo de la meta establecida, enturbió las aguas en el interior del partido. Su presidente, Crin Antonescu, renunció al cargo de jefe del partido así como a su estatus de candidato presidencial veterano y abrió el camino para las negociaciones con el fin de llegar a un acuerdo de fusión con el Partido Demócrata Liberal, también de la oposición de centro — derecha.
Los analistas políticos consideran que si los líderes de estos dos grandes partidos de la oposición llegan a un acuerdo, la unificación de la derecha — dividida de momento en varias formaciones — empezará a tomar forma. En respuesta, casi simultáneamente, la alianza de izquierda de gobierno, integrada por el Partido Social — Demócrata, la Unión Nacional por el Progreso de Rumanía y el Partido Conservador, la principal fuerza política del país, anunció mediante el propio primer ministro social — demócrata, Victor Ponta, que iniciaría la colaboración, de momento sólo a nivel local, con el Partido Popular — Dan Diaconescu de la oposición populista. Escuchemos al primer ministro Victor Ponta:
“Casi en todos los departamentos, la mayoría será formada por el PNL y el PDL, y en esta situación, claro que trataremos, si es posible incluso en la oposición, de no quedar solos. Por supuesto que podemos hablar con los miembros del PP — DD, porque tienen representantes en los consejos departamentales. Esto es, estaremos en la oposición a nivel local.”
Los observadores consideran que esta colaboración es fruto de la inquietud generada dentro del PSD por el anuncio de las formaciones de derecha, a la que se suma también el resultado obtenido en las elecciones europarlamentarias. El 37% obtenido por la alianza integrada por el PSD — la UNPR y el PC le aseguró la victoria.
Sin embargo, no fue una victoria gloriosa, que entierre las esperanzas de la derecha en perspectiva a las elecciones presidenciales del próximo mes de noviembre. Por otra parte, los analistas consideran que la asociación con el PP — DD, formación que tras el éxito conseguido en las elecciones legislativas del 2012 ha venido atrofiándose, es prueba de que, en Rumanía, se pueden forjar alianzas con cualquier partido que tenga fuerza electoral, indistintamente de la gente que lo encabece, de su orientación ideológica o de su pasado.
Pese a las maniobras que realizan ahora los partidos políticos, es muy difícil anticipar qué ocurrirá en los meses que quedan hasta las elecciones presidenciales porque el tiempo ha demostrado que, en Rumanía, los acuerdos se deshacen por la noche, las alianzas no perduran mucho, mientras que las traiciones o las deserciones son una manera natural de hacer política.