Rebelión en Ucrania
Muertos, heridos y edificios incendiados. El martes por la noche, Kiev volvió a convertirse en un campo de batalla entre manifestantes y policía. La comunidad internacional insta al cese de la violencia.
Bogdan Matei, 19.02.2014, 14:47
Los enfrentamientos del centro de Kiev entre manifestantes pro-europeos y la policía se han saldado ya con numerosas víctimas de ambas partes. Según señalan los analistas, el nivel de violencia de esta semana no tiene precedente desde que Kiev proclamó su independencia, hace 23 años, sobre el trasfondo de la disolución de la antigua Unión Soviética. Previsiblemente, las primeras regiones afectadas han sido las del oeste del país, bastión de la oposición nacionalista, hostil al poder de Kiev, que volvió a ocupar las sedes de las instituciones oficiales. El este y el sur de Ucrania siempre han sido zonas más calmadas, pero los líderes locales exigen al presidente ucraniano que tome medidas firmes para poner fin a la violencia. Las tensiones que dividen Ucrania entre este y oeste, entre pro-occidentales y rusófilos, entre manifestantes y policía, se intensifican con cada hora que pasa. Mientras que en la calle escala la violencia, los políticos son incapaces de encontrar una solución a la crisis.
Preocupadas por el desencadenamiento de odio en Ucrania, las cancillerías diplomáticas instan a la calma, la moderación y el diálogo. Los EE. UU. han condenado el uso excesivo de la fuerza por ambas partes, pero han subrayado que el Gobierno, en particular, tiene la responsabilidad de calmar la situación. El vicepresidente estadounidense Joe Biden ha solicitado a Yanukóvich a retirar a las fuerzas del orden de las calles de Kiev. La jefa de la diplomacia europea Catherine Ashton se ha declarado muy preocupada por la escalada de la violencia y ha repetido que Bruselas está preparada para ayudar a través de todas las medidas posibles. En Bucarest, la preocupación es general y legítima porque Rumanía comparte con Ucrania centenares de kilómetros de frontera y la comunidad rumana del estado vecino cuenta con unas 500.000 personas.
El ministro de Exteriores Titus Corlățean insta al cese de la violencia. También el presidente Traian Băsescu ha pedido a Yanukóvich que deje de recurrir a la fuerza. En la Revolución anticomunista de 1989, “Rumanía pasó por confrontaciones violentas, más de mil personas perdieron la vida en la lucha por la libertad y la democracia. Hemos aprendido que la violencia no es una solución y que las opciones deben buscarse a través de un diálogo democrático”, ha comunicado el presidente rumano a su homólogo de la Ucrania vecina.