Controversias entre el presidente y el primer ministro sobre el acuerdo con el FMI
En Rumanía, la falta de consenso político ha afectado incluso el acuerdo con los acreedores externos de nuestro país.
Florentin Căpitănescu, 03.12.2013, 14:20
La larga historia de las disputas entre la alianza de centro-izquierda en el poder en Rumanía, la USL, y el jefe del Estado, Traian Băsescu, ha iniciado un nuevo capítulo. El sector económico-financiero, en el que los altos mandatarios rumanos, independientemente de su nombre, han tenido resultados muy escasos en los últimos años a causa de la crisis, se ha convertido en el escenario de auténticas batallas políticas. Esta vez, el motivo de la lucha entre las dos instituciones, que se une a la eterna disputa entre el Gobierno y la Presidencia, es precisamente el acuerdo con los tres acreedores de nuestro país: el FMI, el Banco Mundial y la Comisión Europea. El principal elemento que ha suscitado esta polémica sobre el acuerdo es el anuncio del presidente de no dar el visto bueno, obligatorio en este caso, para el nuevo acuerdo con el FMI.
El motivo de su decisión es el aumento previsto en el acuerdo, de 7 céntimos de europara el impuesto especial sobre carburantes, una decisión que el Gobierno quiere aplicar a partir del 1 de enero. Según el presidente, esta medida que él quiere bloquear a través de la no aprobación de la Ley del presupuesto, generaría una avalancha de subidas de precios. Además, el jefe del Estado ha declarado que, gracias al actual acuerdo de tipo preventivoque se ha mantenido vigente, Rumanía ya no depende de facto, de los tramos enviados por las instituciones financieras extranjeras, de modo que, según declara, el Ejecutivo puede renegociar fácilmente las condiciones de dicho acuerdo.
Como era de esperar, el Gobierno le ha dado una dura réplica. En primer lugar, entre las reacciones que ha provocado la posición expresada por el presidente, destaca la declaración del primer ministro Victor Ponta. El jefe del Estado no tiene capacidad mental y su gesto es una prueba clara de falta de responsabilidad, ha dicho el primer ministro que no ha dudado en afirmar rotundamente que “Rumanía ya no tiene ningún acuerdo con el FMI”. Posteriormente a este anuncio alarmista, han surgido algunas aclaraciones y explicaciones. Así, el ministro delegado de Presupuesto, Liviu Voinea, ha declarado que el acuerdo sigue vigente, pero que no será operativo.
Ha recordado que los resultados de las negociaciones iban a recibir la aprobación de la Junta gestora del FMI el próximo 18 de diciembre, y posteriormente, Rumanía iba a recibir el primer tramo que ronda unos 170 millones de euros, del paquete financiero. En la ausencia de un firme compromiso con el FMI, según opinan los analistas económicos, Rumanía corre el riesgo de no poder tomar préstamos baratos de los hipersensibles mercados financieros externos. El Acuerdo entre Rumanía y sus acreedores externos, el tercero de los últimos 4 años, asciende a un total de casi 5.000 millones de euros y cubre el periodo comprendido entre 2013 y 2015. Cabe destacar que este dinero solo se utilizará en situaciones urgentes y a solicitud de las autoridades rumanas.
(trad. S.Sarbescu)