Reunión europea en Vilna
La cumbre de Vilna, en la que Georgia y la República de Moldavia rubricarán acuerdos de asociación y libre comercio con la UE, muestra que a pesar de los obstáculos, las estructuras comunitarias continúan extendiéndose hacia el Este.
Bogdan Matei, 28.11.2013, 14:46
Hace 20 años, Lituania inició los movimientos de renacimiento nacional de los países de la ex Unión Soviética que culminaron en 1991 con la desintegración del imperio. Como miembro de la OTAN y de la Unión Europea, Lituania alberga ahora la cumbre de los países del este, una estructura que tiene por objetivo mejorar la colaboración entre el espacio ex soviético y las estructuras comunitarias.
En la cumbre de Vilna participarán jefes de Estado y de Gobierno de 28 estados miembros y de seis repúblicas ex soviéticas. Georgia y la República de Moldavia rubricarán este viernes acuerdos de asociación y libre comercio con la UE. Los demás estados de los países del Este mantienen sus posiciones intermedias entre Bruselas y Moscú, entre las aspiraciones europeas y las nostalgias soviéticas.
Al encontrarse bajo el régimen autoritario del presidente Aleksandr Lukaşenko, con los estándares democráticos de Europa, Bielorrusia forma parte de la únión aduanera iniciada por Rusia. Armenia, que depende todavía de Moscú de forma económica y militar, ingresó hace dos meses en la misma unión aduanera. Vecino y enemigo de Armenia, Azerbayán todavía negocia con la Unión Europea, pero, según los analistas, opta por una colaboración multivectorial sin compromisos formalizados.
Sin embargo, la protagonista de la cumbre sigue siendo Ucrania. Es la más importante de las ex repúblicas soviéticas y debería haber sido el primer miembro del grupo de los países del Este en firmar los acuerdos con la UE, pero ha renunciado en el último momento. Los analistas opinan que Ucrania ha cedido de esta manera ante las presiones de Rusia.
La República de Moldavia, que ha tenido el apoyo de gran parte de la sociedad moldava, de los responsables de Bruselas y de Rumanía, ha resistido a las promesas y las amenazas de Moscú. El presidente rumano Traian Băsescu considera que la cumbre de Vilna representa solamente el inicio del camino de la República de Moldavia, porque entre este momento en que se rubrican los acuerdos de asociación y libre comercio y la posible integración podrían pasar diez años. El primer ministro de la República de Moldavia, Iurie Leancă, admite que el recorrido europeo será irreversible únicamente cuando la República de Moldavia se convierta oficialmente en candidato a la adhesión.
(trad. Monica Tarau)