CFR Mercancias, de privatización a política
Parece que los trámites para privatizar la compañía ferroviaria rumana de transporte de mercancias están a un paso de fracasar
Roxana Vasile, 26.07.2013, 18:18
La privatización de la compañía ferroviaria de transporte de mercancías es un juego político en el que la responsabilidad se pasa de un actor político a otro. Así es como describe la prensa rumana un nuevo capítulo de la historia de la privatización de dicha compañía. “Ladrones”, “¡A la cárcel!” o “Unidad” son tan solo algunos de los eslóganes que entonaron frente al Ministerio de Transportes casi 2.500 empleados de los Ferrocarriles Rumanos, que han iniciado acciones de protesta, descontentos con el contrato de privatiazación de esta compañía.
(track) “Despidos… hay rumores que van a despedir a casi 2.500 empleados de todas las unidades de los Ferrocarriles. Esta sería una de las causas, la más importante. No necesariamente el dinero es el problema, aunque andamos mal de dinero, los sueldos son una miseria. No nos han actualizado los salarios. El salario mínimo interprofesional ha aumentado y a nosotros no nos han dado nada en años. Son casi 5 años sin un aumento de sueldo.”
La gente acusa a los gobernantes de que en vez de intentar rescatar la economía rumana, únicamente se someten a las exigencias del Fondo Monetario Internacional. Lo mismo pasa con los Ferrocarriles Rumanos, esta fue una de las condiciones del Fondo y de la UE, esto convinieron cuando firmaron el acuerdo de 2011.
El pasado miércoles, el gobierno aprobó la venta al Grupo Ferroviario Rumano, declarado el mes pasado el ganador de la subasta. Los representantes de este Grupo entrarían en posesión de un importante patrimonio inmobiliario y al mismo tiempo deberían tratar con 9.000 emlpeados, después de pagar 200 millones de euros para recibir el 51% del paquete de acciones.
En el esfera de lo político, el primer ministro socialista Victor Ponta afirma que, debido a su importancia, la transacción debería ser avalada por el Consejo Supremo de Defensa del País, cuyo jefe es su principal adversario, el presidente Traian Băsescu.
La administración presidencial afirma que las cosas no son así, porque el Consejo no tiene atribuciones para avalar privatizaciones. Victor Ponta no ha vacilado en reaccionar:
(track) Si no figura esto entre sus atribuciones, ¿por qué lo hizo ya tres veces? Significa que repetidas veces infringieron las leyes y actuaron de manera ilegal. Si el presidente nada tiene que ver con la Compañía Ferroviaria, entonces mejor que se calle. Si tiene algo que ver, ahora es momento para que hable, para que comparta con nosotros sus ideas y no nos deje cometer ningún error.
¿Qué pasaría si el Consejo Supremo de Defensa del País no diera su visto bueno a la privatización? Según el jefe del Ejecutivo, la privatización no se realiza y se acude al plan B, es decir, se acudirá a un sistema de gestión privada para intentar traer la compañía al nivel del año 2008, es decir, una compañía rentable, con beneficios.
Mientras tanto, los representantes del Grupo Ferroviario Rumano esperan firmar el contrato y declaran que no están interesados en los juegos políticos, en los que se pasan la pelota del uno al otro.