Insolvencia y privatización
El destino de la planta química Oltichim de Ramnicu Valcea (sur de Rumanía) permanece oscuro.
Ştefan Stoica, 25.01.2013, 18:09
El destino de la planta química Oltichim de Ramnicu Valcea (sur de Rumanía) permanece oscuro. La única solución a corto plazo que encontró el Gobierno y aprobó la administración de la planta química de Oltchim es entrar en insolvencia, procedimiento al que también recurrió otra gran compañía estatal, Hidroelectrica.
La insolvencia representa el camino mediante el cual las empresas con deudas muy grandes pueden obtener una tregua por parte de los acreedores para reorganizarse. Cabe destacar que las deudas de Oltchim totalizan unos 600 millones de euros. La primera opción para la planta había sido la privatización, pero la tentativa de venta del paquete mayoritario de acciones fracasó el pasado otoño. Mientras que la dirección de Oltchim sostiene que la insolvencia es la única medida que podría contribuir al relanzamiento económico, los líderes sindicales no la ven con buenos ojos y amenazan con protestas en las calles si el gobierno no les ofrece un apoyo financiero por un valor total de 45 millones de euros, dinero necesario para volver a poner en marcha la producción.
Los empleados temen que Oltchim siga el modelo de Hidroelectrica cuyo plan de reorganización, propuesto tras la insolvencia, supone despidos.
El anuncio sobre la insolvencia ha determinado la disminución en un 15% de las acciones de la planta en la bolsa. Oltchim se encuentra en esta situación crítica debido a los grandes costos de producción, a varios intermediarios en la venta de los productos pero también a causa del personal excedentario. Éste no es el único caso entre las compañías estatales rumanas que registran muchas deudas. Mediante el acuerdo que firmó Rumanía con el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y el Banco Mundial, las autoridades de Bucarest han decidido llevar a cabo la reforma de las empresas con capital estatal.
En la lista de las compañías con grandes problemas que, según el FMI la insolvencia parece la única opción, figuran los Ferrocarriles Rumanos de Mercancías, cuya privatización ha sido declarada la prioridad número uno en el campo de los transportes. Para la compañía aérea Tarom, se ha establecido un plazo límite de seis meses para la venta del 20% de las acciones. En cuanto a las compañías del sector energético, las autoridades han prometido que hasta el próximo mes de abril venderán en bolsa los paquetes mayoritarios de TRANSGAZ y NuclearElectrica. Para las demás empresas estatales de la zona energética, el plazo límite para la privatización es el primer trimestre del 2014.