Semana del 17 al 23 de junio
Pasemos ya a los comentarios y datos técnicos que nos enviaron varios amigos oyentes: Miguel Ángel Calderón de Esquel, Provincia de Chubut, Argentina, nos envió un mensaje y el resumen de sus intentos de escucha de los tres últimos fines de semana. Como verás las condiciones de recepción siguen siendo muy malas dice este amigo. El resumen es el siguiente:
Victoria Sepciu, 23.06.2019, 06:39
Pasemos ya a los comentarios y datos técnicos que nos enviaron varios amigos oyentes: Miguel Ángel Calderón de Esquel, Provincia de Chubut, Argentina, nos envió un mensaje y el resumen de sus intentos de escucha de los tres últimos fines de semana. Como verás las condiciones de recepción siguen siendo muy malas dice este amigo. El resumen es el siguiente:
Receptor: Sony ICF SW 7600 GR. Antena: Telescópica con hilo largo exterior de 6 metros
Fecha
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Hora UTC
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Frecuencia (KHz)
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S
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I
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N
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P
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O
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02/06/2019
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21,20 a 21,24
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11650
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2
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3
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1
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1
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1
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02/06/2019
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23,20 a 23,22
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9700 y 11990
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0
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0
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0
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0
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0
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09/06/2019
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21,02 a 21,19
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11650
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4
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4
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3
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3
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3
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09/06/2019
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21,20 a 21,23
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11650
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2
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2
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1
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1
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1
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09/06/2019
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23,20 a 23,22
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9700 y 11990
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0
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0
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0
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0
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0
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16/06/2019
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21,20 a 21,24
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11650
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2
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3
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1
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1
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1
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17/06/2019
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02,21 a 02,23
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9510 y 11945
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0
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0
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0
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0
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0
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-Bueno, Miguel Ángel, lo lamento mucho y espero que en tu próximo mensaje nos cuentes buenas noticias. Muchas gracias, por seguir intentándolo y por apoyarnos continuamente. Un fuerte abrazo, amigo, y ¡Hasta la próxima!
Rafael Prados Carballal de Lugo-España nos manda los datos de su última escucha:
Informe de Recepción
Emisora: Radio Rumanía Internacional
Fecha: 09/06/2019
Hora: 19:00 UTC
Frecuencia: 11.850 kHz
Banda: 25 m.
Receptor: Yaesu FRG-100
Antena: Dipolo V invertido multibanda
SINPO 55544 S9+ (10/20)
Cordiales saludos, a todo el equipo que hace posible las transmisiones de Radio Rumanía Internacional, 73´s.
-Muchas gracias, Rafael, por volver a colaborando con nosotros, un gran abrazo y ¡Hasta la próxima!
Iván Alejandro Istlahuaca Carlos de Tlaltenango-Zacatecas-México, nos envía una nueva colaboración, esta vez con los datos de su escucha del 18 de junio. En estas últimas semanas he estado recibiendo con muy buena señal su emisora en idioma español, dice Iván. He aquí su último informe de recepción.
Fecha 18 de junio
Hora UTC 02:00
Frecuencia 6080 luz
SINPO 44444
Radio Eton e1
Antena hilo largo 9 metros
-Muchas gracias, Iván, por volver tan pronto a colaborando con nosotros. Me alegro que estés sintonizando nuestros programas en buenas condiciones. Un gran abrazo y ¡Hasta pronto!
Francisco Llerena Vega de Camaná-Arequipa/Perú nos hizo llegar los datos de su último informe de escucha:
INFORME DE RECEPCION
RADIO RUMANIA INTERNACIONAL
Fecha: 13-05-19
Hora 23.00 UTC
Frecuencia 9760 khz
Receptor: Sony XO- D201
Antena: exterior L invertida
S I N P O: 4 3 3 3 3
-Muchas gracias, Francisco, por la nueva colaboración, te mando un muy cordial saludo junto con mis mejores deseos. ¡Hasta pronto!
Juan Carlos Buscaglia de Capitán Bermúdez-Argentina, nos envió un mensaje para ofrecernos tres informes de recepción. Son los siguientes.
Primer informe: corresponde a la escucha del día 03/06/2019, a las 21,09 UTC, por los 11650 kHz con SINPO 5-5-4-3-3; y las 21,19 UTC con SINPO 5-3-3-3-3. Mientras que por los 13810 kHz no logré captar señal alguna. (*) a las 22,22 UTC ya resulta imposible «descifrar» lo que dicen. Situación de lamentar, pues la programación que desarrollaban resultaba ser de mi mayor agrado.
Segundo: del día 09/08/2019, a las 21,11 UTC, por los 11650 kHz con SINPO 4-5-3-3-3 (el cuál lamentablemente, con el transcurrir de los minutos calificó con 3-5-3-3-3, y luego con 2-5-3-3-2.
Tercero: del día 13/06/2019, a las 23,38 UTC, por los 9710 kHz no logré recibir señal alguna; mientras que por los 11700 kHz calificó con SINPO 1-3-2-3-1. Detalles: advierto la difusión de un tema musical cantado en lengua española, la que posteriormente pude entender que se trataba de una emisión de Radio Habana Cuba
Lamentablemente en esta primera quincena del mes de Junio no pude disfrutar de vuestras emisiones. No duden en que trataré de insistir, a los efectos de escucharles y poder así, disfrutar de vuestra siempre amena, cultural y didáctica programación. Por último y antes de despedirme quiero agradecerles y felicitarles por la excelencia en la creación de vuestras tarjetas QSL: muy bonitas y también didácticas por todo lo que con ellas muestran. Les comento además que estoy instalando para lucirlas en el cuarto que utilizo para mis quehaceres diexistas, pegándolas convenientemente, habiendo ya partido al hacerlo con aquellas más antiguas.
-Muchísimas gracias, Juan Carlos, por tus detallados informes y por apoyarnos y animarnos continuamente. Me alegro que te gusten nuestras tarjetas QSL para este año. Un fuerte abrazo, amigo, y ¡Hasta pronto!
Juan Franco Crespo de Valls-Tarragona/España comparte un nuevo artículo de su serie dedicada a la RADIO EN LA LITERATURA, su título: AUSTERLITZ.
“Si el pueblo desconoce su pasado es vulnerable a las mentiras del presente” [Geoffrey Regan]
Autor Winfried Georg Sebald, Editorial Anagrama, Barcelona, 2002.
Cansado de los pseudoescritores ¿o debemos escribir escritoras? le hinqué el diente a este gran escritor alemán que falleció poco antes de que esta novela viera la luz. Sin duda un gran maestro, un gran profesor y un gran relator que nos dio varios días de feliz lectura y de hurgar en nuestros mismos recuerdos aunque en épocas diferentes.
Se trata de un relato prácticamente sin puntos y aparte [a veces, como si te invitara a respirar tiene unas viejas ilustraciones para hacer más creíble su historia e, incluso uno podría colegir que es una biografía porque encajan cantidad de cosas en esa novela de vértigo que narra una etapa no muy gloriosa de la vieja Europa y que 75 años después parece que a nada nos llevó porque ya andamos otra vez con las “peleas” de gallos o de chulitos ignorantes que quieren pastar a costa de nuestro esfuerzo y, la política, parece ser la mejor opción para esa gente que, muchas veces, sin oficio ni beneficio, se aparcan en la poltrona y ¡hala!, a vivir que son dos días. Nada de lo que se había dicho en la campaña electoral se respeta y, encima, se cachondean cuando se hacen con las poltronas a las que se adhieren como lapas: no hay manera de que se bajen y, si alguno se baja, es un drama] en donde a través de un personaje que a mí siempre me llevaba a la estación ferroviaria homónima de la capital francesa, nos va metiendo en la problemática que se desata en la década de los treinta del pasado siglo y finaliza hacia finales de siglo en Sudáfrica, no por casualidad, sino por necesidad: había que buscar refugio en donde fuera para tratar de sobrevivir a la barbarie y, entonces, África del Sur era un paraíso en comparación a cómo se encuentra ahora por obra y gracia de los necios que piensan que el problema es el color y no la capacidad y el sacrificio.
Y como escribiera el gran literato sudafricano Coetzee: “El gran tema de Sebald es la memoria y la carga de la memoria. Como todos sus personajes, su narrador omnipresente, lo llamemos o no “Sebald”, es un melancólico; y la raíz de esa melancolía común, la del, narrador y de los personajes, es la historia de Europa del siglo XX, una historia sobre la que se cierne la alargada sombra de Alemania y de la suerte de los judíos europeos. Todos se ven desgarrados internamente entre, por un lado, una autoprotectora necesidad de bloquear un pasado doloroso y, por otra, una búsqueda ciega de algo –no saben qué- perdido”.
Digamos que Sebald no es precisamente uno de los autores fáciles de leer y a ello le añade ese río, continuo, de la escritura sin descanso, un relato que te deja enganchado y que necesita concentración. Si además encuentras pasajes o lugares por los que has estado, entonces ya no deseas dejar ese libro de casi 300 páginas en las que, pocas cosas hay que desentonen. De hecho sólo encontré una fecha que no cuadra con la historia, sin duda un baile de números o un simple despiste a la hora de teclear la versión en español; en la página 156 dice “en mayo de 1993” cuando en realidad es 1939. Por lo demás, un buen trabajo del autor alemán y de su traductor Miguel Sáenz.
Y ahora vayamos a la parte que nos interesa para esta serie de La radio en la literatura, hay unos cuantos párrafos de interés y desperdigados numerosas referencias a Petrin que es la colina en la que se halla la famosa torre de radiotelevisión de Praga que tiene bastante parecido con la famosa torre de París. Paseos por esa preciosidad de colina, las referencias al barrio judío de Praga o incluso las instituciones que visitaba Austerlitz, te hacen reflexionar y descansar al dejar ir tu memoria a aquellos fantásticos recuerdos de tu primer viaje a Praga y la presencia en la Tribuna de Invitados para aquel fantástico primero de mayo que nunca se olvida. Curioso, en aquella época de escasez, había concursos que te permitían ciertas cosas; hoy hay alienación y no queda tiempo para el dichoso trabajo bien hecho, por no decir todos los recursos para mí y mis secuaces, demostrando que la voracidad de la especie, del bicho humano, no tiene límite o como dirían en mi pueblo “no tienen hartura” –léase con h aspirada para hacerlo más jameño-.
Y ahora sí, ahora toca ir al capítulo de la radio en Austerlitz, espero que lo disfruten todos nuestros seguidores.
“Reinaba el silencio en la librería y sólo de la pequeña radio que Penélope, como siempre, tenía a su lado, surgían voces suaves, y esas voces, al principio apenas perceptibles pero pronto para mí sumamente claras, me cautivaron de tal modo que olvidé totalmente las hojas que tenía ante mí y me quedé inmóvil, como si no pudiera perderme ni una de las sílabas que salían de aquel aparato, un tanto chirriante. Lo que oí fueron las voces de dos mujeres, que hablaban entre sí de cómo en el verano de 1939, siendo niñas, las habían enviado a Inglaterra en un transporte especial. Mencionaron toda una serie de ciudades –Viena, Munich, Danzing, Bratislava, Berlín-, pero sólo cuando una de las dos comenzó a decir que su transporte, después de un viaje de dos días a través del Deutsche Reich y de Holanda, donde habían visto desde el tren las grandes aspas de los molinos de viento, había sido con el transbordador Prague de Hock a Harwick, por el Mar del Norte, supe, sin lugar a dudas, que aquellos recuerdos fragmentarios eran también parte de mi vida. Estaba demasiado asustado por la súbita revelación para anotar las direcciones y números de teléfono al final del programa. Me veía sólo aguardando, en un muelle, en una larga fila doble de niños que en su mayoría llevaban mochilas o carteras”. [143/144]
“Junto a la cama había una pequeña caja de Château Gruaud-Larose, con su escudo negro grabado a fuego y, sobre la caja, el resplandor suave de una lámpara, un vaso, una garrafa de agua y una antigua radio en una caja de baquelita marrón oscuro”. [167]
“Antes de acostarme, encendí la radio que estaba junto a mi cama, sobre la caja de Burdeos. En su cuadrante, iluminado y redondo, aparecían los nombres de las ciudades y estaciones con las que, en mi infancia, relacionaba las más exóticas ideas: Monte Carlo, Roma, Ljubljana, Estocolmo, Bermünster, Hilversum, Praga y otras. Puse el volumen muy bajo y escuché un idioma para mí incomprensible que desde gran distancia, se esparcía por el éter, una voz de mujer que a veces se hundía entre las olas, luego emergía de nuevo y se cruzaba con el juego de dos manos cuidadosas que, en algún lugar desconocido para mí, me movían sobre el teclado de un Bösendorfer o un Pleyel, produciendo fragmentos musicales que me acompañaron hasta muy entrado en el sueño, creo que de El clave bien temperado. Cuando me desperté por la mañana, de la rejilla de latón de apretada malla del altavoz sólo venía un débil ruido de fondo y una especie de arrastrar. Poco después, en el desayuno, cuando me puse a hablar de la misteriosa radio, Austerlitz dijo que él tenía la opinión de que las voces que, al comenzar la oscuridad, atravesaban el aire y de las que podíamos captar muy poco, tenían, como los murciélagos, su propia vida, que rehuía la luz del sol. A menudo, en sus largas noches de insomnio de los últimos años, las veía al oír a las locutoras de Budapest, Helsinki o La Coruña, seguir muy lejos sus caminos zigzagueantes y deseaba estar en su compañía” [167/168]
“En la radio se precipitaban las noticias que daban los locutores con un tono curiosamente agudo, exprimido de la garganta, de los éxitos innegables de la Wehrmacht, que pronto ocuparía todo el continente europeo y cuyas campañas poco a poco, con una lógica aparentemente aplastante, abrían a los alemanes la perspectiva de un imperio, en el que todos, gracias a pertenecer a aquel pueblo elegido, seguirían la carrera más brillante”. [178/179]
“A finales de otoño de 1941, creo, dijo Vera, que Agáta tuvo que llevar al llamado Centro de Entrega Obligatoria la radio, su gramófono, con los discos que tanto quería, sus prismáticos y gemelos de ópera, los instrumentos de música, sus joyas, las pieles y el guardarropa que había dejado Maximilian.” [178]
Y hasta aquí lo más destacado sobre la radio. En algún caso nos está narrando el comportamiento de la onda media que con la llegada de la noche permite captar estaciones sumamente lejanas y que al levantar el alba éstas desaparecen. Incluso durante la noche cerrada se van viendo desaparecer algunas de ellas y en el mismo punto salen otras. Recordemos que en la época la radio no funcionaba las 24 horas del día y, en el continente europeo, casi todas las estaciones eran de titularidad pública, o sea: de los gobiernos que ejercían un control sobre sus operaciones radiales. Personalmente me quedaba muchas noches para escuchar las emisiones de Monte Carlo y Luxemburgo, o incluso la del Sarre o Europa número 1 con un tipo de música que en los años sesenta/setenta no era habitual en España, mucho menos en mi provincia de nacimiento: Granada. Las emisoras del Este eran una delicia por la música clásica que divulgaban, especialmente excepcional era la recepción de Praga y Budapest, una joya para los oídos.
También el personaje central de la novela, sin saberlo, estaba realizando esa maravillosa afición del mundo de la radioescucha y, quien sabe si Sabeld fue un amante de las tarjetas QSL o simplemente se dedicaba a escuchar la radio y a disfrutar, e imaginamos que a soñar con esas ondas voladoras que cada vez escasean más y en donde la concentración de medios están acabando con infinidad de estaciones y, en muchos casos, desmontando los sistemas públicos de radiodifusión que tanto hicieron para cohesionar al continente y llevar libertad a lugares en donde no siempre existía esa posibilidad.
-Muchas gracias Juan, por compartir esta información, un muy cordial saludo y ¡Hasta la próxima!