Instrumentos tradicionales de Rumanía, tercera parte
En los minutos que siguen os invito a continuar nuestro recorrido por la música folklórica de Rumanía para conocer los instrumentos más importantes que le dan esa sonoridad tan peculiar.
România Internațional, 30.07.2017, 07:26
El primer instrumento musical que vamos a conocer hoy, es el bucium. Es un tipo de trompa pastoril utilizado por los habitantes de las montañas de Rumania. El bucium es un instrumento de origen dacio, os recuerdo que los dacios fueron los antiguos habitantes de Dacia (que corresponde a la actual Rumania), y fue utilizado, en el pasado, en los principados de Transilvania, Moldavia y Valaquia como dispositivo de señalización en los conflictos militares para avisar sobre el acercamiento de tropas enemigas. La palabra deriva del latín “bucinum”, que originalmente significa «cuerno curvado», un instrumento utilizado por los romanos.
El tubo de este instrumento está hecho de madera de tilo, abeto, sicomoro, fresno o avellano y mide entre 1,3 y 3 metros de longitud. Hoy día lo usan sobre todo los pastores para la señalización y la comunicación en las montañas boscosas, así como para guiar a las ovejas y perros.
El tulnic. Una de las variantes más conocidas del bucium es el tulnic, una clase de cuerno pastoril, de forma tubular, abierto a ambas extremidades. Para soplar el tubo, se utiliza la extremidad más estrecha. El tulnic está hecho de corteza de tilo o de sauce y lo usan los habitantes de los Montes Apuseni y de otras zonas de los Cárpatos Orientales.
La toacă, es un instrumento de percusión idiófono que consiste en una viga larga y plana, o también una o más láminas metálicas, que son tocadas con unos mazos. La percusión se efectúa de manera rítmica, y, en función del lugar en que se golpea la lámina, se pueden obtener sonidos de diferentes alturas, creándose así líneas melódicas simples. Este artefacto es usado en iglesias y monasterios ortodoxos para convocar a los monjes a orar o para anunciar las más importantes procesiones religiosas.
Las flautas. El folklore rumano cuenta con una gran variedad de flautas que, en el pasado, eran utilizadas por los pastores. Las flautas son instrumentos musicales de viento formados por un tubo cilíndrico con agujeros que se toca soplando por uno de los extremos a la vez que se van tapando y destapando los orificios con los dedos o con llaves.
Las versiones más peculiares de las flautas rumanas son las siguientes:
El fluier, una clase de caramillo, el inseparable compañero de los pastores, hecho de madera, es un pequeño tubo cilíndrico con boquilla de silbato.
El caval, otro instrumento musical popular de viento con boquilla de silbato, sus sonidos son muy entrañables y, por eso, se utiliza para interpretar canciones de desamor, de dolor, de angustia o de añoranza.
Ion Lăceanu, uno de los más famosos artistas rumanos, nacido en 1936, llamado el hombre orquesta porque toca nueve instrumentos musicales, entre ellos la gaita, el caval, la ocarina, escama u hoja de árbol.
A lo largo de su carrera ha sostenido numerosos conciertos en más de 58 países, ha tocado ante siete presidentes y ante personalidades muy famosas del extranjero, entre ellas el insigne pianista Arthur Rubinstein y el pintor Salvador Dalí. Lo escuchamos seguidamente tocando escama.
Aquí termina, queridos oyentes, nuestro recorrido por la música folklórica rumana. Soy V.S. y os agradezco la fidelidad y la atención dispensada.
Gracias por todo, amigos, os envío un cariñoso saludo y un fortísimo abrazo y ¡Hasta siempre!