Domingo 6 de enero
Cartas de la semana
Victoria Sepciu, 06.01.2019, 09:32
-¡Muy buenas noches, queridos oyentes y muchas gracias por haber acudido nuevamente a nuestra habitual cita de los domingos! Espero, amigos, que hayáis comenzado el 2019 con muy buen pie y que participéis activamente en nuestras reuniones dominicales.
-Primero, amigos, os quiero decir que esta semana los rumanos hemos celebrado las últimas fiestas de invierno: la Epifanía, el sábado 6 de enero, que representa el bautizo del Señor en las aguas del Jordán, y el día de San Juan el Bautista, este 7 de enero.
Bueno, y pasando a lo de hoy veamos, primero, los mensajes especiales que varios amigos oyentes nos mandaron con motivo de las fiestas navideñas y el Año Nuevo: “¡Feliz fin de año y próspero año nuevo 2019!”, son los deseos de Liuben Rosales Arévalo de Cumanayagua-Cienfuegos-Cuba.
-Muchas gracias, Liuben, por tus votos, que tengas un año repleto de alegrías y que sigas escuchando RRI. ¡Un gran abrazo!
¡Feliz Navidad y Próspero año nuevo 2019!
Con mis mejores deseos de paz y felicidad!
Francisco Calvo y García desde Navas de Estena-España.
-Muchas gracias, Francisco, te mando un afectuoso saludo y mis deseos de paz, salud y prosperidad para este año. ¡Hasta la próxima!
“Deseo a todos los amigos de la emisora mucha salud paz y felicidad, adjunto a sus amigos y familiares así como deseo que el Año Nuevo traiga muchas novedades buenas. ¡Feliz 2019!”.
Son los votos de Eudson Monteiro de Lima desde Manaus-Amazonas-Brasil
-Muchas gracias, Eudson, por tus votos. ¡Feliz Año 2019 para ti y tus seres queridos y un fuerte abrazo a la distancia!
Desde Bolondrón-Matanzas-Cuba, Adriel Amaya Armas nos mandó este mensaje: “Les hago llegar mis saludos a Ud, a los demás trabajadores de RRI y a los oyentes de esta gran emisora.
Sólo horas faltan para que culmine este año, como siempre hubo cosas buenas y malas, espero y deseo que el próximo 2019 sea positivo para todos los trabajadores de RRI, para sus familiares y también para los oyentes de la emisora. Seguiré escuchando la programación de RRI aprendiendo junto a ustedes las maravillas de la bella Rumanía gracias a la onda corta.
Muy frío ha resultado este último mes del año, nosotros no estamos habituados a estas bajas temperaturas, cualquier descenso por debajo de15°C es fuerte para los cubanos.
-Muchas gracias, Adriel, por el cálido mensaje y por tus votos. Me alegra muchísimo, amigo, que desees mantener el contacto con RRI en 2019. A mi turno, espero que este año te traiga a ti y a tus seres queridos mucha salud, amor, paz y prosperidad. ¡Feliz y venturoso 2019 y un fuerte abrazo a la distancia! ¡Hasta la próxima!
Miguel Ramón Bauset desde Alboraya, Valencia, España, desea compartir un nuevo material de su serie de artículos reunidos bajo el título de “ESTAMPAS DE LA VIDA”, su título es: UNA TARDE DE SAN SILVESTRE
El sol dominaba con gran esplendor allá arriba y favorecía unas temperaturas casi primaverales a pesar del invierno recién estrenado. En las calles, como si se acabara el mundo y nunca más vendieran nada, las gentes buscaban los últimos detalles para la última cena del año, la menos familiar y más de amigos del ciclo. Los saludos, aunque no abunden el resto de días, se intensifican entre gente conocida por aquello de desearse todo lo mejor en las hojas del calendario que se estrenan y quedar bien en definitiva.
Los comercios cierran antes y tanto esa tarde como el primer día del año, es difícil encontrar un lugar donde tomar un café porque todo está cerrado.
Muchos tiran la casa por la ventana, y gastan de lo que no tienen, sólo por aparentar, sin pensar que luego queda una larga cola de días hasta recibir dinero de nuevo y llenar la hucha hasta donde se pueda. Es la sociedad de consumo en la que nos ha tocado vivir y a la que hay que hacerle frente quieras o no quieras.
Estas fechas entre comidas, reuniones de familia, regalos con bien distintas denominaciones dependiendo de creencias y lugares donde te encuentres, disparan el gasto y no poco. Antaño le sucedía la cuesta de enero con las rebajas para paliar tanto gasto, pero hoy en día hay cuesta siempre, y se debe abrochar el cinturón a todas horas.
Vivimos rodeados de ofertas y comunicados de marketing de las mil y una tiendas de aquí y de allá. Demasiadas para, en ocasiones, disponer de un mínimo capital. Hay que decidir y a veces esa decisión cuesta instalarla.
Nos sobrepasamos en las comidas, y nos olvidamos a veces del sentido real de la Navidad, ese Nacimiento del NIÑO DIOS, le damos vida a esas reuniones familiares, hoy aquí y mañana allá, que a lo mejor no se suceden en otras épocas del año, y donde familias y amigos tienen tanto que contar, en esas sobremesas magistrales que tanto tenemos apartadas…
El día de San Silvestre es el último del año. Hasta no hace muchos años era noche de cacerías en las ondas cortas de nuestras apreciadas emisoras de radio en cualquier lugar del mundo a través de los amigos receptores que tenemos en casa. Es un bonito recuerdo que aún perdura aunque mucho menos.
La tradición española de tomar las 12 uvas entre campana y campana desde la Puerta del Sol madrileña, va teniendo algunas variaciones. Este 2018 una hora después se dio la bienvenida al Año Nuevo con la hora canaria con los que estaban allí lo celebraron dos veces. Y también lo está haciendo en lo que se ingiere. En algunos lugares de Valencia se cambian las doce uvas por doce gajos de naranja mandarina, y en la mismísima plaza de Alboraya se recibe al año comiendo calabaza asada, sin olvidar los fuegos artificiales de rigor, la alegría y las botellas de cava.
Hay que ver cómo cambian las ciudades en un día como este, similar a un sábado, de las mañanas, agitadas, a las tardes tranquilas a punto de convertirse en domingo o festivo.
Aún tenía tiempo de acercarme a la playa, dejando la tristeza de las calles del casco urbano que disimulaban el interior festivo de preparación a la cena inmediata en unas horas, un bonito paseo a pie con el kilómetro que nos separa hasta el Mediterráneo de ensueño. Pasear, admirar…y descubrir la naturaleza más inmediata, los campos y sus cultivos de temporada. Un aperitivo sano y saludable.
El camino hacia la playa, muy transitado de costumbre y sin apenas arcén, descansaba de su mundanal ajetreo y permitía respirar aire puro. Junto al barranco de Carraixet, de caudal fuerte en lluvias otoñales, fauna y flora mostraban su cara alegre mientras la tarde iba decayendo. Junto al puente estaban atentas a su alrededor una docena de gaviotas apoyadas en un cable de tendido eléctrico que daba vida a las casas vecinas. Quizás, ajenas a la festividad del día, pensaban pasar allí la noche como de costumbre. No muy lejos de allí junto a una vía verde que recuerda al antiguo ferrocarril destino Zaragoza, venden productos ecológicos y además hay una horchatería de reciente creación.
El autobús amarillo hacía sus últimos viajes entre las dos playas y la población, con pasajeros escasos pero con su chófer radiante de alegría porque veía terminar su jornada, hoy reducida, dentro de nada.
Alquerías de huerta, algunas iluminadas con luces led apropiadas para estos eventos. En una de ellas hay un típico Papá Noel escalando un balcón que nunca llega a destino. Todas ellas presiden el gratísimo paisaje de sus campos repletos de cultivos con una excelente imagen colorida incluso con flores.
Un deportista corre entre carreteras de campo a buena velocidad. Quemará las últimas calorías del año, aunque retome tan gran iniciativa tal vez cuando las primeras horas del nuevo año se asomen a la jornada húmeda y fresca que le va a caracterizar.
Casas y más casas dispersas, y un pequeño núcleo casi al llegar a destino. Dos restaurantes con comida de la zona se asoman con las puertas aún cerradas.
El camino a la playa que ofrece unas cuantas curvas de regalo, sigue contemplando cultivos y casas, alguna de ellas fue barraca antiguamente y de las que quedan unas cuantas.
Atravesando las vías del ferrocarril de Barcelona y la autovía se observa la tranquilidad del Mediterráneo junto a un hipermercado y la urbanización de la Playa de Alboraya, denominada por muchos la pequeña Venecia por las construcciones y el pequeño puerto.
Junto a la arena el paseo se alarga y las olas que juguetean sin demasiada fuerza. Dos barquitas de recreo vuelven a casa casi a punto de aparecer en la lejanía nuestra amiga Doña Lola que como su Rey Solar no entienden de fiestas ni se aburren de hacer siempre lo mismo.
Algunas gaviotas observan el entorno y miran hacia abajo en busca de su último alimento entre la espuma corretedora del ir y venir tranquilo de las aguas saladas. Ninguna sirenita se asomó a nuestra visita.
Un atardecer magnífico y rojizo se observa en el ocaso con alguna nube despistada que se niega a buscar a sus compañeras y dedica unos minutos a su descanso.
Buena temperatura para mojarse los pies. También aquí van cerrando todo y comienzan a aparecer las luces especiales a las que les quedan siete días de vida antes de volver a su hibernación hasta las navidades más cercanas dentro de la caja correspondiente.
Mirando fijamente el mar aparece en la lejanía más cercana un señor barco, de esos grandes de verdad, que campa a sus anchas sin poder adivinar su destino. Pongo la imaginación en marcha y observo su interior, pienso en esos marineros que, lejos de casa, estarán a punto de celebrar allí dentro el cambio de año. Esta noche su familia será esa y lo pasaran de la mejor manera posible.
Volviendo a casa con una pequeña linterna y un chaleco reflectante, me acompaña la oscuridad que se acaba de levantar de su descanso diario, me saludan un par de coches que no adivino quienes son, y les devuelvo tan noble gesto con un mensaje de buena nueva. Se adivinan las primeras luces del pueblo horchatero por excelencia. Me encamino a destino sin apenas gente en el camino. La familia espera, la cena de San Silvestre también. No faltará el turrón ni el cava. Con una grata y amena sobremesa llegará el cambio de año que es lo que toca.
Para entonces mis amigos rumanos ya llevarán sesenta minutos disfrutando de la primera hoja del calendario. Nos queda una larga andadura en esta nueva etapa de nuestra vida que procuraremos sea lo mejor posible.
Y sobre todo el día a día aquí junto a RADIO RUMANÍA INTERNACIONAL para recibir las mejores noticias de la Rumanía de hoy a través de los múltiples y variados programas preparados por este gran equipo de la redacción española que distribuye el éter a través de la onda corta y las redes sociales se encargan de llevar a cualquier rincón de nuestro planeta azul.
¡MUY FELIZ AÑO NUEVO AMIGOS! ¡Que en el 2019 se cumplan todos vuestros deseos!
MIGUEL RAMON BAUSET ALBORAYA 31.12.18 /14
-Muchas gracias, Miguel, por este bonito comentario y por haber compartido tus opiniones y esperanzas. Espero, amigo, que tengas un año mejor, que sigas con tus viajes y con tus amenos materiales. Un gran abrazo y ¡Hasta pronto!