Domingo 5 de julio
Primero, amigos, os quiero decir que Rumanía sigue siendo afectada por fenómenos meteorológicos extremos: lluvias torrenciales, tormentas, altas temperaturas y malestar térmico acentuado.
Victoria Sepciu, 05.07.2020, 07:07
Primero, amigos, os quiero decir que Rumanía sigue siendo afectada por fenómenos meteorológicos extremos: lluvias torrenciales, tormentas, altas temperaturas y malestar térmico acentuado.
Luego, el 29 de junio más de 400.000 rumanos celebraron el día de su santo, la fiesta de los Santos Apóstoles Petru -Pedro y Pavel-Pablo, de éstos la gran mayoría son hombres más de 380.000 varones. Cabe recordar que, en Rumanía, los santos Pedro y Pablo son también los patronos de los penitenciarios. Pedro y Pablo, mártires y fundadores de la Iglesia de Roma donde por orden de Nerón, Pedro muere crucificado en la colina Vaticana y Pablo, decapitado en la Via Ostiense.
Con esto, amigos, paso a contestar las cartas y los correos electrónicos de hoy: Escribo de nuevo a vuestra emisora que escucho siempre que puedo y que me gusta mucho, así empieza su carta nuestro amigo y constante colaborador José Moacir Portera de Melo de Pontes e Lacerda-Brasil.
Espero seguir en laescucha por muchos años más. Comenzamos el año escolar. Con los cambios esperados. Yo. Después de 29 años en una escuela, estoy en otra. Por suerte, acá en el barrio, cerca de mi casa. Escuché el programa especial que RRI dedicó al Día Mundial de la Radio y recordé la importancia de la radio también para mi país. Cuando me mudé acá para el Mato Grosso, en esta región no teníamos ninguna emisora. Llegaba por acá la Radio Nacional da Amazonia que emitía música, noticias, novelas, programas infantiles, recados a los oyentes etc. Y todos tenían un receptor de onda corta sólo para escuchar esa emisora. Ella sigue emitiendo en algunas horas del día por los 11.78º khz.
-Muchas gracias, José, por escribirnos de nuevo para compartir lo tuyo y proporcionarnos los datos de tus escuchas. Yo también espero que mantengas el contacto con nosotros y te vuelvo a agradecer el permanente apoyo. Te mando un fuerte abrazo y mis mejores deseos y espero que tu país supere este período cuanto antes. Un cálido saludo también a nuestros amigos y oyentes brasileños. ¡Hasta la próxima!
Seguimos con otro relato de viaje que lleva la firma de Juan Franco Crespo de Valls Tarragona/España. La propuesta de hoy: MÉXICO: ISLA DE COZUMEL (QUINTANA ROO)
Pasa por ser una de las islas más grandes del país, 478 km², unos 100.000 habitantes y fue descubierta por Juan de Grijalva en 1518; se ubica frente a la costa este de la península de Yucatán en pleno Caribe mexicano. Hay ferry desde Playa del Carmen o desde Puerto Morelos, con plata, también podemos contratar cualquier yate, cuestión de evaluar posibilidades y costes; aunque lo más rápido para llegar hasta este paraíso tropical es el vuelo que llega hasta San Miguel –apenas tres kilómetros separan el pueblo del aeropuerto-, si puede no deje de darse una vuelta por el Museo Subacuático de Arte que tiene la peculiaridad de disponer de una buena cantidad de elementos arqueológicos bajo el agua.
En mi caso la entrada la hice por Punta Langosta, un lugar tan concurrido como en el momento más álgido del verano en Torremolinos; es una zona de gran actividad donde, el turismo del gigante norte, es el rey. Uno a veces llega a sentirse extraño ante ciertas actitudes y formas de divertimento, pero las épocas cambian, aunque la sorpresa está en cualquier esquina. Simplemente paseando, con un abrasador sol, no es muy agradable la ruta que atempera la brisa marina.
De golpe un gran jolgorio ¿qué hay? Y, como si se tratase de un imán, hacia allá dirigimos nuestros pasos: una fiesta de los norteamericanos, jóvenes y desinhibidos, que campan a sus anchas en uno de tantos establecimientos, están en pleno juego: quien pierde bebe y se quita piezas de ropa –imaginemos que estamos a casi 40 grados y, de ropa, lo que se dice ropa, ya queda poca- así que la jarana está montada; sólo faltaban los globos de inimaginables figuras fálicas que sobresalían o flotaban por todo el local… ¡Qué despelote!
Pero volvamos al lindo pueblecito de San Miguel, una realidad de una pasmosa tranquilidad que rompe el abigarrado mundo del turismo; pasear por sus calles, a primera hora de la mañana, es algo sumamente gratificante. Los guiris están durmiendo y los negocios van levantando, lentamente, sus persianas. Interesante conversar con los lugareños, pequeños, pero rebosantes de humanidad y mucha, mucha, filosofía de la vida; sobre todo cuando empiezan a interesarse por el origen del viajero: qué español tan lindo habla usted ¿dónde lo aprendió? No señora, no lo aprendí en ninguna academia –hay infinidad de ellas en toda la región para ocupar el tiempo de los ociosos jóvenes que caen, a centenares, por toda la zona del Caribe- simplemente es mi lengua materna, soy español… ¿Y cuántas horas de carro hizo para llegar hasta aquí? Y es el momento en que le aclaras que España no está a distancia de “carro sino que hay que tomar varios vuelos hasta llegar a esta isla que aún permite soñar y, a poco que te lo propongas, olvidarte del mundo si dejas de lado las tecnologías, te coges un libro y te permites el lujo de ver pasar el tiempo. Callejear permitirá tomar el pulso a un mundo que uno creía perdido, donde la charla se puede encontrar en cada esquina y la plática convertirse en uno de esos placeres que no se dan de forma cotidiana.
Si tomamos la historia tenemos que recordar que antes del desembarco de Hernán Cortés hace cinco siglos, esta tierra era el foco de peregrinación de los Itzá al santuario del Ixchel (La Luna), uno de esos focos a los que suelen concurrir las excursiones de los que se pierden por esta belleza insular que quedó muy marcada por la explotación del caucho que se exportaba en el XIX a los Estados Unidos para fabricar chicle, un invento al que le deberían dar el pasaporte ante la infinidad de problemas que causa a los servicios de limpieza de todo el orbe, por la indiferencia y tranquilidad con la que los usuarios se deshacen de la dichosa goma tras un tiempo en la boca: curiosamente nadie “grava la perniciosa costumbre, a pesar de los múltiples inconvenientes que provoca, sobre todo cuando te sientas en algún sitio y allí quedó el resto de alguno de tantos mascadores que, por lo visto, le cuesta mucho envolverlo en papel y depositarlo en una papelera.
Pero eso no es lo que hizo que la isla saltara a la fama en tiempos más recientes, concretamente a mediados del XX cuando el gran oceanógrafo francés –si pueden no dejen de darse una vuelta por el que lleva su nombre en Mónaco- Jacques Cousteau que nos deleitó con programas maravillosos grabados en la zona de Palancar, un arrecife coralino que está al sur de la isla; hoy es un destino de primera categoría para los amantes del submarinismo a nivel planetario. La isla añade otras cuantas atracciones y, a ello, debemos añadirle unas aguas cristalinas y unas cuantas playas de ensueño, sin olvidarnos de las lagunas llenas de vida marina y una vegetación lujuriosa cuando eclosiona de su letargo. Los complejos hoteleros suelen estar en el oeste, frente al Yucatán, en el este las playas dan al mar abierto y conllevan cierto riesgo, todo dependerá de las condiciones meteorológicas de las aguas.
Otras dos cositas más hay de interés por la zona, pero si uno pregunta, el lugareño te hará descubrir otros espacios menos trillados y más tranquilos. No hay que dejar de acercarse por la célebre Laguna de Chaukanab que se nutre del agua del mar que se filtra por la roca calcárea de este edén tropical, una decena de kilómetros al sur del pueblecito, no se permite echarse al agua pero podemos deleitarnos contemplando centenares de peces multicolores y luego podemos darnos una vuelta por el coqueto jardín botánico, tras ese gratificante paseo floral podemos finalizar la jornada unos cuatro kilómetros más al sur donde nos encontraremos, según dicen, con la playa más bonita de Cozumel: playa de San Francisco que permite, frente al arrecife, hacernos creer que ya estamos en el verdadero paraíso, un buen chiringuito, para después del baño nos reconfortará con nosotros mismos, sobre todo si lo amenizamos con algún cubo cervecero y comida recién pescada.
Otra oferta arqueológico es la zona de San Gervasio, si estuvimos en Teotihuacán, Oaxaca, Palenque o Chichén Itzá, es evidente que estamos ante algo más modesto, pero aún es posible admirar un buen número de templos pertenecientes al período postclásico que formaban parte del recinto ceremonial que hemos citado anteriormente. Si uno es observador, irá descubriendo ruinas prácticamente por toda la isla, basta adentrarse por algunas de sus pistas de tierra para disfrutar de esos otros vestigios de una cultura que no te deja indiferente; esa es la parte que un lugareño te puede enseñar y nunca olvidarás, sobre todo porque incluso lo hace a título graciable y no hay forma de pagarle esa atención. Suerte que, al menos, el trago hace maravillas y puedes compartir algún que otro cubo cervecero para seguir disfrutando de la jornada o reeditarla al día siguiente por otros derroteros.
Finalmente, el recuerdo para todo el personal de Radio Cozumel “La Voz del Caribe que tan amablemente me atendió cuando deambulaba, algo alejado de la zona administrativa central del pueblo: Un lugar donde los críos se lo pasaban en grande aquellas calurosas jornadas en medio de los caños de agua de la fuente que, al final, animó a numerosos adultos que trataban de cruzar la plaza sin mojarse: una ilusoria pretensión ante el magnífico diseño de sus caños.
¡Gracias amigos, hasta pronto en el Mar y Juana!
-Muchas gracias a ti, Juan, por haber compartido otro de tus amenos e interesantes relatos y hacernos deleitar y soñar con estos bellos parajes. Gracias también por las bonitas fotos que lo acompañan. Un gran abrazo, amigo, y ¡Hasta pronto!
Luis Camarillo reside en El Paso TX y está interesado en cartearse con personas de todo el mundo. Su dirección postal es:
3014 Monroe Ave, El Paso TX 79930, EE.UU.