Domingo 29 de abril
Cartas de la semana
Victoria Sepciu, 30.04.2018, 07:40
Primero, queridos oyentes, os quiero decir que esta semana disfrutamos de muy buen tiempo y temperaturas veraniegas que en Bucarest rondaron los 28 grados centígrados.
Además, el lunes, celebramos la fiesta de San Jorge (Sfantul Gheorghe, en rumano), mártir cristiano que vivió en el siglo IV. Jorge sirvió como general en el ejército romano del emperador Diocleciano, y fue decapitado en el año 304 por profesar el cristianismo. Más de 900.000 rumanos celebran su día de santo el 23 de abril. San Jorge es el patrono espiritual de las Fuerzas Terrestres, que representan casi un 70% del Ejército rumano. El culto a San Jorge, iniciado en el siglo IV, fue traído a Europa por los cruzados y se extendió rápidamente. San Jorge es patrono de muchos países, regiones y ciudades en diversas partes del mundo, entre ellos la República de Argentina, Aragón y Cataluña.
Con esto, queridos oyentes, paso a contestar la correspondencia de hoy: Sergio Fuentes Vásquez de Xilonichi-Calcahualco-Veracruz-México se pone de nuevo en contacto con nosotros para enviarnos sus saludos y para reiterar su interés por nuestras transmisiones vía onda corta que escucha todos los días. Sergio vive cerca del Pico de Orizaba, un volcán activo sísmicamente, ubicado en los límites territoriales de los estados mexicanos de Puebla y Veracruz. Es el volcán y la montaña más alta de México, con una altitud de 5747 msnm. Este amigo destaca, una vez más, que le gusta mucho este programa porque relaciona a personas de todos los continentes.
-Muchas gracias, Sergio, por seguir escuchando nuestras transmisiones vía onda corta y por mantener el contacto con nosotros vía correo postal. Me alegro muchísimo, amigo, que te guste este programa y que nos apoyes en nuestra labor.Recibe, Sergio, un gran abrazo y un cálido saludo desde Bucarest y quedo a la espera de tus noticias. ¡Hasta la próxima!
Elton Roberto Branco Rocks de Río de Janeiro-Brasil nos manda un cordial saludo y nos escribe que está interesado en escuchar emisoras internacionales que emiten vía onda corta. Es una manera muy amena de conocer cosas interesantes sobre los países que mantienen sus transmisiones a través de este sencillo medio de comunicaciónes, opina Elton. Adjunta este amigo informaciones sobre su ciudad, la segunda ciudad más poblada del país después de São Paulo, que fue la capital del Reino de Portugal entre 1807 y 1822 y la capital del Imperio del Brasil desde 1822, cuando Brasil declaró su independencia. Conservó ese rango hasta la inauguración de Brasilia, en 1960.
-Muchas gracias, Elton, por haber contactado con nosotros y por todo lo compartido. Espero que sigas escuchándonos en adelante. Un afectuoso saludo a la distancia y será ¡Hasta la próxima!
“EL TRIUNFO DEL LIBRO”, es el titulo del último material que escribió para este programa nuestro amigo Miguel Ramón Bauset de Alboraya/Valencia-España.
El autobús no aparecía en el horizonte. La parada no informaba, como en las capitales, de los retrasos ni cuando vendría para cumplir su función de transporte. Había que armarse de paciencia, observar cuanto acontecía y dejar que el reloj siguiera su ruta jugando con las manecillas. Nuestra protagonista ideó una cosa mejor previendo un posible aburrimiento, una cosa un tanto dejada por los efectos del móvil que inunda nuestras vidas: leer. Sí, sí, leer. Abrió su bolso bien cogido de su mano derecha por si alguien le apetecía llevárselo de viaje sin avisar, y allí junto al agua hidratante, estaba su libro favorito, que leía cuando podía, como ahora mismo que parece disponía de un poco de tiempo. Era un libro de cuentos, pero no infantiles, más bien de los que sirven para disfrutar en cualquier época de la existencia, sumergirse en ellos y meterse dentro de cada personaje. Lo importante es disfrutarlo, aprender y no poco, comentarlo, analizarlo y darlo a conocer a los demás. Era de tapa blanda, más manejable para el viaje, pero lo habían editado en Bilbao hace una década y conservaba sus páginas tan cuidadas que el papel no había envejecido siquiera. Todavía olía a tinta, a esa tinta de imprenta que no pueden presumir los libros digitales, a esa imprenta que trabajaba noche y día junto a un caserío arriba en las montañas cercanas al botxo, rodeado de verdor, aire puro, naturaleza extraordinaria, y vacas pastando libremente, sin estrés, a la suya, felices como el que más, porque sólo les preocupa comer, beber y dormir, sin olvidar cuidar a sus pequeña familia que les sigue a todas partes …la imprenta que tenía la tarea de dar vida a los libros, le rodeaba este paisaje cada vez que pasabas página y te lo imaginabas. Luego vendrían los cuentos, sus aventuras, sus viajes, sus personajes, y en cada uno de ellos se recreaba e imaginaba.
Sabía que el dinero que invirtió al comprarlo estaba bien aprovechado porque lo leía al máximo. Tenía algunos marca libros en casa, variados, coloreados, y alguno plastificado. Para que no se pelearan elegía de tiempo en tiempo a uno diferente. Una vez, antes de caer rendida de sueño y no poder acabar el capítulo, oyó como todos ellos guardados en una cajita del escritorio, parlan chineaban y se hacían listas y apuestas sobre quién sería el siguiente en ocupar el lugar entre hoja y hoja, y dentro de ese gran honor, enterarse en exclusiva de cuanto allí se decía mientras el lector dejaba descansar su vivencia hasta la próxima vez. En esa colección había unas dos docenas de temas variados, desde animales en tres dimensiones hasta el más popular del pequeño príncipe.
Vaya, con este autobús, se decía con el libro en la mano, no aparece ni en sueños! Le llamó la atención entonces un personaje popular casi desaparecido, que andaba despacio con su moto ofreciendo su particular oficio: era el afilador y su silbido invitando a las mujeres fundamentalmente a afilar sus utensilios de cocina. Un silbido imitado por un joven que pasaba por allí y que causó el furor del afilador porque al parecer le quitaba clientela. Uno y otro daban distracción a aquella espera casi eterna.
Mentalizada a tener que leer unas páginas más y meterse dentro de la narración, tenía miedo a no ver ni oír la llegada del autobús, y no podía confiar en el banco que no tenía función despertador ni de aviso.
Estaba contenta de ser una gran lectora. No sabía pasar un día sin leer al menos unas líneas. Para ella todos los días eran el día del libro, y aunque a veces le costaba un sacrificio monetario su adquisición, se guardaba en una hucha de barro que daba vida a un animal conocido, y cuando menos se lo esperaba ya tenía para otro.
En casa, romper la hucha de las monedas de los dos euros, era todo un espectáculo, como los bautizos de antaño repletos de pequeñas monedas, sorpresas y caramelos de todos tipos y sabores. Además le encantaba ver la procedencia de cada una y pensar por cuantas manos habría pasado.
En ese momento, la señora tan animada con la cultura, con el libro en la mano y esa ansiada venida del autobús amarillo, puso su mente a funcionar, y pensando en lo poco que se lee a su alrededor, le vino al pensamiento un país, Rumanía, y una gran ciudad del mismo, Cluj Napoca. Hace un tiempo, todos los periódicos hablaban de esta curiosa noticia, un ciudadano de allí, enamorado de los libros, y viendo que la gente no salía de su móvil, le propuso al alcalde una idea maravillosa, que aceptó muy gustoso Cada pasajero que subía a un autobús de Cluj con un libro para leer, viajaba gratis en ese viaje.
Una original manera de divulgar la lectura y la cultura. Todo un ejemplo para muchos, y a seguir, claro, con ella. ¡Bendita Rumanía!
Mientras sonreía pensando en lo beneficioso que sería si eso fuera una realidad diaria y en todo el mundo, observaba como los vecinos de enfrente mantenían una conversación en su lengua nativa y pensaban llevar a arreglar un pinchazo de su bici con la que recorrían distancias cercanas y algún viajecito en su tiempo libre.
Y la señora del banco comenzó a leer muy intensamente junto a su bolso de mano bien cogido, el bolso donde llevaba un poco de todo, desordenado, y en el que invertía a veces largos minutos de reloj para encontrar lo que buscaba.
Que alegría y cuánto disfrutaba de volver a encontrarse con aquel libro repleto de historias, leyendas, valores, personajes imaginarios, acciones emotivas, sorpresas y todo lo que uno pueda imaginar.
Si los amigos pasajeros de Cluj serán capaces de bajar en la parada adecuada a pesar de lo que vivan en su libro, de esa vivencia intensa que les transporta y transporta, a buen seguro que la señora que lo espera aquí desde hace algún tiempo, también sabrá hacerlo.
Y es que un libro, es y será siempre un buen compañero de viaje, un amigo cercano repleto de cultura.
MIGUEL RAMÓN BAUSET /6 Alboraya 25.04.18
Nos escribe por primera vez Carlos Vázquez de La Habana-Cuba. Este amigo nos manda sus saludos y dos informes de recepción. Carlos nos dice que es oyente de nuestra emisora desde hace tres años, pero, hasta ahora, no se ha animado a ponerse en contacto con nosotros.
-Muchas gracias, Carlos, por haberte animado a ponerte en contacto con nosotros, me alegro mucho que hayas tomado esta decisión y espero que no dejes de escucharnos y escribirnos siempre que puedas. Por ahora te mando un cordial saludo y quedo a la espera de tus noticias. ¡Hasta la próxima!