Domingo 11 de noviembre
Cartas de la semana
Victoria Sepciu, 11.11.2018, 00:50
-Por aquí, amigos, tuvimos una semana bastante fría con temperaturas que rondaron los trece grados centígrados al mediodía. Luego quisiera recordaros que el 8 de noviembre los rumanos celebramos el día de los Santos Arcángeles Miguel y Gabriel, una de las fiestas religiosas más importantes de Rumanía ya que muchas personas llevan el nombre de estos dos santos.
-Como ya sabéis, queridos amigos, el 1 de noviembre de 2018 se cumplieron 90 años desde la primera transmisión radiofónica oficial de Rumanía. Con motivo de este aniversario, en el programa especial “Día del Oyente de RRI” os invitamos a compartir con nosotros vuestras opiniones sobre el papel de la radio en vuestras vidas, o sea sobre la radio en general y sobre Radio Rumanía Internacional en particular.
Como siempre, muchos de vosotros aceptasteis nuestra invitación y nos mandasteis interesantísimos materiales que presentamos en el programa especial del pasado domingo. Lamentablemente, no hubo espacios para todos, así que decidimos presentar a los que no cupieron en el programa de hoy.
-Sandra Graciela Espósito y Norman A Trench de Villa Alpina-Córdoba-Argentina, nos enviaron sus aportes para nuestro Día del Oyente 2018. Su material está dividido en 2 partes, así que veremos, primero, lo que nos escribió Norman:
Llegan las 21 horas del tiempo universal coordinado (UTC) y aquí en la Argentina son las 6 de la tarde, 10 minutos antes a las 17:50 se enciende la radio, mientras Sandra calienta el agua para el mate, yo conecto el hilo largo y verifico que la antena exterior y la masa estén bien conectadas al receptor. Recién sólo pasaron 5 minutos, todavía no se oye más que interferencia y otras radios lejanas, de repente moviendo y ajustando el dial… ¡ahí está!, ahí se escucha una melodía característica…, es la señal de ajuste de Radio Romania Internacional. Repentinamente esto me traslada a los recuerdos de mi niñez tanto en la casa de mis abuelos paternos como maternos, ya que en ambas familias hubo radioaficionados y pioneros de la radio. Me recuerdo en aquel viejo taller curioseando asombrado extraños componentes electrónicos sobre una mesa: tubos de vacío: diodos, tríodos, pentodos, grandes capacitores variables, bobinas de todo tipo color y forma, antenas, etc…
También se me viene a la mente un libro que era mi preferido de la biblioteca de la abuela que se llamaba «Las maravillas de las Ondas» (de Eduard Rhein de editorial Labor) que explicaba como en un libro de cuentos de que se trataba todo esto…
Vuelvo a la realidad y termina la música de ajuste y se escucha en vuestras voces que dice: Aici Bucuresti… Radio Romania International, Aquí Bucarest … Radio Rumanía Internacional. Y pienso … ¿cómo puede ser que se escuche de tan lejos … Me fijo en el mapa planisferio … desde Bucarest?
Inmediatamente se me viene a la mente una onda modulada de 11800 Kilohertzios “KHz” (11.8 millones de oscilaciones por segundo) que viaja a una velocidad de 300 mil Kilómetros por segundo, la velocidad de la luz, ya que en el fondo eso es una onda de radio: luz.
Esta onda electromagnética sinusoidal que se transmite con gran potencia desde una antena transmisora y que se propaga a través del «éter» tiene una longitud de 25 metros de largo entre máximos, penetra en la atmosfera de entre 100 Km hasta los 200 Km donde se encuentra con las capas ionosféricas (porción de la alta atmosfera donde existen altos contenidos de nitrógeno). En estas capas, también conocidas como la capa de Kenelly-Heaviside de 80 Km a 100 Km y la capa de Appleton a los 200 Km, se dice que las producen las radiaciones UV del Sol cuando se ionizan partículas de la alta atmosfera, por lo que es como si alrededor del globo terráqueo se formara una capa «conductora de la electricidad » como un espejo, donde las ondas cortas no la traspasan y rebotan. Llegando así, rebote tras rebote, a través de los océanos a lugares muy distantes recorriendo todo el globo.
Durante la noche, al no haber presencia solar, actúan sólo las capas ionosféricas superiores por lo que la recepción nocturna en onda corta de emisoras lejanas se dice que es mejor. También se producen variaciones de la misma de acuerdo a las estaciones del año (influencia solar de invierno y verano) además de los distintos alcances de penetración ionosférica de las distintas Bandas que se utilizan para transmitir en onda corta.
Esta onda de radio llega “rebotando” hasta mi antena receptora que consta de un hilo de cobre largo que en la misma se induce un campo Electromagnético que se ve reflejado en una distribución de cargas eléctricas y la circulación de una pequeñísima corriente eléctrica que es máxima en su extremo libre… Bastaría sólo un cuarto de la longitud de onda o sea bastaría sólo con un hilo de 6 m de largo para producir este efecto.
Esta pequeñísima corriente eléctrica que ingresa al receptor de radio, excita un circuito Resonante que está especialmente sintonizado a 11.800 KHz y que cumple la función de captar sólo una estación de entre las demás estaciones que capta la antena.
El circuito resonante básicamente consta de una Bobina que es un arrollamiento de un alambre de cobre sobre una forma cilíndrica y que tiene la función de generar una inercia a las variaciones de corriente. Y un Capacitor variable (o condensador) que consta de placas metálicas enfrentadas a una distancia milimétrica donde puede haber aire o algún elemento aislante entre ellas, que, variando el área enfrentada, se modifica la frecuencia de resonancia y tiene la función de acumular cargas eléctricas o bien lo contrario a la bobina como es generar una inercia a la variación de tensiones.
En un «juego» de oscilaciones como en un “péndulo de un reloj”, cuando la corriente proveniente de la antena «carga» a la bobina y esta genera esa inercia eléctrica, genera como reacción una tensión inversa que «carga» el capacitor y esto vuelve a generar una corriente contraria que vuelve a cargar la bobina y así sucesivamente. La velocidad en que se realiza esta oscilación depende de las vueltas de alambre de la bobina y del área enfrentada de las placas del capacitor y esto está calculado casualmente para permitir que se produzca la oscilación (Resonancia) a la frecuencia de 11.800 Khz, o sea que de la sinfonía de radios e interferencias que capta la antena sólo «Resuena» deja pasar a la señal de Radio Romania.
En realidad existen diversas consideraciones especiales en la construcción de este tipo de circuitos y tienen que ver con las pérdidas de energía, al igual que un péndulo se detiene luego de varias oscilaciones por el rozamiento de sus partes mecánicas, lo mismo ocurre con las oscilaciones de Radiofrecuencia en el circuito resonante, también otro aspecto que determina la calidad es la “selectividad” y esto también se logra reduciendo las perdidas.
Continuando, esta señal que sale del sintonizador tiene el aspecto de una oscilación de 11.800 KHz modulada en amplitud por la voz o la música que se esté transmitiendo en ese momento, es decir que la amplitud o envolvente de esta onda seria rectificada y filtrada por un circuito detector para poder obtener el audio que se escucha por el parlante luego de amplificarlo para que sea audible. Este circuito detector consta de un diodo, que en los primeros modelos de receptores fue un cristal de sulfuro de plomo (Piedra de Galena) que consistía de por un finísimo alambre metálico que tocaba en un punto la dichosa piedra, luego reemplazado por diodos de silicio o germanio pero utilizando el mismo principio. En definitiva, de la señal de amplitud modulada … básicamente el rectificador al dejar pasar la corriente en un sólo sentido, dejaría pasar de la misma, por ejemplo, sólo las crestas positivas de la sinusoide y luego con un capacitor que se usa como filtro se eliminaría la radiofrecuencia de 11.800 KHz quedando sólo la envolvente de esa onda.
En la antigüedad sólo bastaba con tener unos auriculares de alta Impedancia (de alta sensibilidad) y se podía escuchar directamente una señal audible del circuito Detector, he ahí la magia de la Radio… Luego vendrían receptores con amplificadores, el receptor Superheterodino, digitales y de ahí un solo paso hacia el parlante…
Así de esta manera, esto es lo que está ocurriendo en la realidad mientras ahora escucho las noticias de Rumanía y sólo han pasado 15 minutos desde que encendí el receptor…Norman A. Trench.
Veamos, a continuación, el material de Sandra:
Acerca de las radios…
Siempre hubo receptores de radio en casa. Aún veo a mi padre con su pequeña radio Spica escuchando los partidos de fútbol los domingos por la tarde, a mi mamá con un receptor enchufado siempre en la sala de cocina escuchando a los programas mañaneros o a mi abuela con sus programas de tangos o música clásica. Más tarde, el receptor de mi papá fue “incautado” por mí, cuando en mi mundo adolescente descubrí a mi grupo musical favorito: ABBA. Por lo que mi madre tenía que venir a buscarlo entre mis útiles escolares cuando hacía mi tarea para el colegio o debajo de mi almohada, ya que solía dormirme escuchando la dichosa radio tan requerida por “mi pobre viejo” que quería volver a sentir sus programas favoritos…
Lo que más me atraía de radio eran las melodías cortas, tan características de las señales de las diferentes emisoras que hasta los 80 las individualizaban con sonidos de vibráfonos o xilofón. Me sonaban hermosas y raras y aún las tengo en mis recuerdos, así como a los nombres, muchas de ellas inexistentes actualmente, ya que fueron privatizadas, fusionadas o cerradas ya hace mucho tiempo: radio Universidad de La Plata, Radio del Pueblo, Radio Antártida, Argentina, Excelsior, Splendid, Belgrano de Buenos Aires, Municipal de Buenos Aires, Continental, etc…
No teníamos onda corta en nuestro receptor, pero en aquellos años 70 en la radio de la Universidad de la Plata solían dedicar unos programas para emitir radio Suecia o Nedherland, en su versión en castellano.
Aquí, en Villa Alpina nos acompaña todo el día nuestra radio a 12 voltios, tanto en los quehaceres diarios como en aquellas madrugadas cuando las preocupaciones ganan al sueño.
Es la radio, creo, el aparato de comunicaciones y servicio social que nunca pasará de moda.
Actualmente, en nuestra Patagonia Argentina es el medio más usado para los servicios sociales a través de las Radios Comunitarias, tan vigentes como en décadas pasadas, por su costo, pero más por su eficacia y eficiencia.
Y esto de las radios, me trae muchos recuerdos, aún de cosas que, personalmente no las viví, porque todavía no había nacido pero, cuando se rememoran esos eventos por radio, me emocionan como si estuviese allí:
Cosas lindas como:
*los radio teatros de los años 30 y 40 de Radio Nacional
*la asunción de Presidentes
*noticias foráneas varias
*la familia reunida para la época de Navidad, escuchando a los «niños cantores» de la Lotería Nacional, esperando el número de suerte o el bip de las 0.00 hs de Año Nuevo.
*el mundial de fútbol 1978
Cosas tristes como:
*la muerte de Evita Duarte de Perón (uno de los momentos más duros del pueblo Argentino)
*noticias de la guerra sucia que gestaron la subversión en los años 60 y 70
*el golpe militar de 1976
*la guerra de Malvinas de 1982
*la vuelta de la «pseudo» democracia en 1983 (así la llamo yo) con los cipayos (*1) de derecha y los marxistas subversivos de izquierda, que vuelven una y otra vez bajo este nombre de “democracia” o ”gobierno de facto” , alternándose desde entonces, para destrozar a Argentina cada vez que pueden…
Radios que te dan nostalgia,
que están a favor o en contra del gobierno actual,
la que no está a favor de nada, ni de nadie,
la que te modela la mente y la vida,
la que dicta la moda,
la que se resiste a la moda,
la que está al servicio de todos,
la mística…
Sólo quiero aclarar que lo de «lindo y triste», sólo es una apreciación mía, personal, recuerdos de mi niñez que me traen alegrías, miedos, expectación y esperanzas, que seguramente, otros compartirán o no, creo que eso no interesa. Lo que quiero recalcar es que la radio se mete en tu hogar y hace que vivas algo que parece no existir si alguien no te lo cuenta, ya que raras vez uno puede realmente presenciar ciertos sucesos.
Hasta hace 10 años aproximadamente, pudimos escuchar programas de Radio China Internacional, Radio Bulgaria, Radio Netherland, Radio España, la BBC, Radio Romania Internacional, Radio Italia y otras de idiomas muy extraños a nosotros, del África por ejemplo, que no tenían versión en español, pero sí estaban transmitiendo algo en inglés podíamos entenderlas, lo mismo con la emisión de Bangladesh. Luego de un tiempo que no tuvimos receptor de onda corta, cuando volvimos con nuestra «maltrecha» Noblex 7 Mares…ya no estaban todas esas emisoras, quedando sólo algunas, que resisten y resistirán siempre que alguien las solicite.
Un oyente de este programa, dijo hace 3 o 4 años, más o menos, lo siguiente:
«…podría escuchar en forma clara, nítida, sin problemas por internet, pero no es lo mismo. Esperar la señal, escuchar la música, ajustar el dial, esperar que en esa frecuencia se escuche la audición esperada, esa, para la que uno se prepara y se hace el tiempo para escucharla». ¡Acordamos con él!
El por qué Radio Romania Internacional
Siento que nuestros países, Romania y Argentina, respetando sus historias, las etnias y costumbres propias, son muy parecidos en cuanto al camino que nos toca transitar… o por lo menos el que nos «quieren hacer creer» que debemos transitar.
Geopolíticamente, no estamos en posición de elegir, ni decidir qué es lo mejor para nosotros, es decir nada, sino que todo, nos lo es impuesto: cómo debemos vivir, qué hacer y qué no… qué escuchar, qué decir… Nos han recetado la misma pócima, de la que parece no podemos dejar de ingerir…
Radio Romania, es nuestro único vínculo con Europa. Si bien nuestros ancestros no fueron rumanos, Romania representa a cualquier ancestro que haya venido a estas tierras argentinas a encontrar su lugar en el mundo, a trabajar, tener esperanza de un mundo mejor… como nuestros abuelos lo hicieron.
La Radio Romania nos mantiene unidos con ese mundo que nos trajo hasta aquí a través de nuestros antepasados, y escuchar algo de aquellas tierras nos da alegría, nos hace compartir nuestros recuerdos, y también nuestras esperanzas.
La radio suprime distancias, acota el tiempo y todo parece converger ahí…en un sólo lugar, cuando se acuerda una frecuencia y un receptor para recibirla.
¡Gracias, simplemente gracias!
Sandra G. Esposito
(*1) Cipayos: Victoria: no sé si es un argentinismo, pero le llamamos así a las personas y en especial a los políticos partidarios de las potencias colonialistas, que actúan en perjuicio de su propio pueblo.
Osmany Cabrera Herrera de Holguín-Cuba, escribió estas líneas para marcar nuestro aniversario:
Alguna vez te has preguntado, por qué la radio tiene tanto seguidores en pleno siglo XXl, cuando las tecnologías y el internet son lo máximo según algunos, pues el hombre puede vivir sin celulares, internet, electricidad, un auto, la ropa del año, una buena casa … Pero ¿te has preguntado si puedes vivir sin radio? Las ondas radiales traspasan fronteras, mares, valles y llegan a todo el que la solicite sin importar raza, sexo, creencias religiosas etc.
Radio Rumania es una de estas emisoras internacionales que cada día me teletransportan hacia los lugares más recónditos del país; a través de la magia de la radio he saboreado los deliciosos platos, la cultura, religión, historia y no puede faltar la música rumana, esa que te entra por los pies y te hace mover el cuerpo sin apenas percibirlo. Esa es la radio, esa que te llega y no tienes cómo separarte de ella, es como la novia que quieres estar junto a ella en todo momento y contarle todos tus secretos, alegrías y tristezas. Ella está ahí puntual sin siquiera llegar un segundo tarde, siempre puntual a tu cita para escucharte y hacerte volar la imaginación, esa es mi radio favorita: Radio Rumanía Internacional.
Estos han sido, queridos amigos, algunos de los últimos materiales que recibimos para la edición 2018 del programa especial Día del Oyente que RRI os dedica cada año, y todavía nos quedan algunos más que os presentaré en el programa del próximo domingo. Quisiera agradecer, primero, a nuestros colaboradores de hoy los materiales enviados y a todos vosotros, queridos oyentes, la fidelidad y la atención dispensada.
-También os quiero recordar que todos vosotros sois importantes para nosotros, ya que sin vuestras cartas, sin vuestro constante apoyo, la labor que estamos desarrollando aquí no tendría sentido. Sin sus oyentes RRI no existiría.