Visita al castillo Pelisor
El castillo Pelisor, antigua residencia veraniega de los reyes, está situado en el balneario de Sinaia.
Valeriu Radulian, 09.04.2014, 16:46
En el conjunto museístico de Sinaia, al lado del “Gran Palacio”, uno puede visitar también el castillo de Pelisor. Construido entre 1899 — 1902 por el arquitecto checo Karel Liman y decorado por Bernard Ludwig, el castillo Pelisor fue habitado por la pareja real, Ferdinand y María, a partir de 1903. Ferdinand, el nieto del rey Carlos I, hijo de Leopold de Hohenzollern, vino a Rumanía en 1889. Tres años más tarde se casó con la principesa María — hija de Alfred, duque de Edinburgo y de María Alexandrovna, hija del zar Alejandro II. En 1914, después de la muerte de Carlos I, éstos suben al trono. El más importante momento de su reinado lo constituyó el año 1918 cuando, después de la primera guerra mundial, Rumanía se unió a las provincias históricas de Basarabia, Bucovina y Transilvania.
María desempeñó un papel muy importante en la época. Era, a la vez, poetisa, pintora y diseñadora… Le decían la “Reina artista”. Espíritu abierto, entendió a fondo el más destacado fenómeno artístico de la época, el Art — Nouveau. Ella eligió este estilo para la decoración de la residencia de Sinaia. Para María, el arte de los 1900 fue un instrumento de lucha contra la esterilidad del historismo.
Sin embargo, la “Reina artista” rechazó la imitación humilde de los datos del Arte 1900 e impuso un estilo personal, los elementos Art — Nouveau, adoptando características bizantinas y especialmente célticas. Así nacieron interiores como “El Dormitorio de Oro”, “La Capilla” y “La Habitación de Oro” que son únicos en el mundo.
El vestíbulo de honor, refinado por su sencillez, fue recubierto en madera de roble. Un elemento remarcable es la lumbrera adornada con vidrieras de colores, específica del arte de los años 1900.
El despacho del rey Ferdinand se impone por su solemnidad.
En la capilla predomina el mármol.
Una de las habitaciones más importantes es el dormitorio de oro, amueblado con piezas realizadas en los talleres de arte según los planes de la reina.
El despacho de la reina María fue adornado con pilares y con una chimenea específica de los interiores rumanos y tiene mueble diseñado por la reina. Las sillas y la mesa para la correspondencia fueron decoradas con los símbolos de María, el lirio y la cruz.
La habitación de oro es insólita. Las paredes recubiertas de madera llevan dibujos que representan el cardo, motivo muy amado por la reina, por ser el símbolo de la ciudad de Nancy, la capital del Art — Nouveau. El mueble adornado con elementos célticos y bizantinos fue puesto de manifiesto por una lumbrera en el techo que tiene la forma de una cruz céltica.