Visita a Poiana Brasov
Poiana Braşov, situada a 14 kilómetros de la ciudad de Braşov, es el mejor balneario de Rumanía.
Valeriu Radulian, 09.12.2013, 14:38
Poiana Braşov, situada a 14 kilómetros de la ciudad de Braşov, es el mejor balneario de Rumanía. Es el lugar ideal para quienes aman el perfume de los bosques de abetos, el senderismo, los baños de sol y el deporte.
Dicha estación climática está protegida contra vientos y nieblas por la pirámide de Postăvarul (1.800 m de altura), quedando quieta y calma durante todo el año, como un verdadero claro de sol. La misma pirámide abre hacia Poiana Braşov, con sus ricos bosques de coníferos, un sinfin de senderos para paseos a pie o a caballo. Poiana Braşov goza de un bioclima tonificante y de una ionización acentuada de la atmósfera. Su infraestructura turística puede competir con las de las estaciones climáticas de los Alpes de Europa. Hotelos de diferentes grados de comodidades, chalets, cabañas, varios medios de transporte por cable, piscinas cubiertas y al aire libre, estadios para atletismo y futbol, patinadero artificial, escuela de equitación.
He aquí unas cuantas de las innumerables posibilidades con que cuenta Poiana Braşov para que los huéspedes se sientam mejor que en sus propias casas. Uno puede elegir Poiana Braşov para pasar sus vacaciones, desde la primavera a finales de invierno, sin dudar del éxito de su opción.
Nombrada Poiana Soarelui” (El claro del Sol) situada a 13 kilómetros de Brasov, ciudad – fortaleza medieval, ubicada el centro del país, en un paisaje desprendido de los cuentos de hadas, a una altitud de 1030 metros, en una zona rica en tradiciones y leyendas.
El balneario cuenta con una red de hoteles modernos, de chalets rusticos y una infraestructura apropiada para los deportes de invierno y tambien para los paseos en barco en el lago del centro de la estación, así como para practicar la pesca y la natación.
En verano hay una temperatura media de 20 grados, con poca lluvia. Instalaciones por cable llevan a los turistas a las cimas de las montañas, donde pueden admirar paisajes inolvidables o hacer senderismo por los caminos marcados. Las tardes se pueden pasar en los restaurantes típicos, en las discotecas, probando comida típica o escuchando música rumana.
Los interesados pueden hacer excursiones a los alrededores, a Bran, con el famoso castillo de Bran, a las pintorescas aldeas de Sirnea, Rucar, a las iglesias campesinas de Harman o Prejmer y, claro está, a la ciudad de Brasov, que combina la arquitectura medieval con la moderna. En Brasov se pueden visitar la ciudadella, la Iglesia Negra, o el barrio Schei, que enriquece el viaje con detalles culturales interesantes.