Viaje al castillo Sturdza de Miclăușeni
En esta ocasión conoceremos un edificio que figura en la lista de los monumentos históricos desde el año 2015. Se trata del palacio de George Sturdza y de su esposa María, situado en Miclăușeni, a unos 65 kilómetros de distancia de la ciudad de Iași.
Valeriu Radulian, 21.04.2021, 18:39
En esta ocasión conoceremos un edificio que figura en la lista de los monumentos históricos desde el año 2015. Se trata del palacio de George Sturdza y de su esposa María, situado en Miclăușeni, a unos 65 kilómetros de distancia de la ciudad de Iași.
Sturdza es una familia rumana muy antigua y muy conocida, con orígenes que se remontan al año 1540. Los representantes de esta familia ocuparon cargos políticos importantes en el principado de Moldavia y, más tarde, en Rumanía. Durante más de 500 años, generaciones de gobernantes, ministros, importantes hombres de cultura e incluso dos príncipes de esta familia han marcado la historia de mi país.
La historia de esta familia continúa también hoy en día a través de sus descendientes que siguen llevando el título de príncipe. A lo largo de los siglos, los Sturdza se han emparentado con otras familias importantes de boyardos rumanos como por ejemplo con las familias Ghica, Beldiman, Cantacuzino o Rosetti. El primer representante de esta familia aparece mencionado en un documento del siglo XVII, se trata de Gavril Sturdza. Parece que él fue el primero en crear un escudo de armas de la familia en que había un águila, una cruz y una serpiente. Más tarde, sus herederos adaptaron este escudo y cambiaron la serpiente por un león heráldico, símbolo de la realeza.
La familia Sturdza entró en posesión de la mansión de Miclăușeni de los herederos de Simion Stroici con los que se emparentaban y que en algún momento se quedaron sin descendientes. En 1699 los hermanos Sturdza se repartieron la herencia y la hacienda de Miclăușeni pasó en propiedad de Ioan Sturdza, quien construyó una mansión en forma de cruz, con 20 habitaciones, 10 en cada planta. El hijo de Ioan Sturza, Dimitrie, mandó construir en el patio del palacete una iglesia que se distinguía por un espectacular iconostasio al estilo barroco y numerosos objetos de culto muy valiosos. El hijo de Dimitrie, Alecu Sturdza, mandó construir el parque al estilo inglés que rodea el palacio de hoy en día y que ocupa una superficie de 42 hectáreas. En 1863, George o Gheorghe Sturdza hereda el castillo de su madre, viuda de Alecu Sturdza. En 1869, éste se casa con María Ghica, hija del escritor y político Ion Ghica, otra familia importante rumana y deciden vivir en Miclăușeni. Muchas generaciones de herederos de la familia Sturdza han contribuido al florecimiento de esta propiedad y le hicieron cambios progresivos.
Entre 1880 y 1904, George Sturdza y su esposa María mandaron construir un palacio al estilo neogótico tardío que recuerda al famoso Palacio de la Cultura de la ciudad de Iași.
La aldea de Miclăușeni está situada a 65 kilómetros de la ciudad de Iași. Si deciden emprender un viaje a Moldavia, vale la pena hacer un alto en Miclăușeni para visitar este palacio. Desde Iași, a diario salen 4 autobuses. El coste de un billete es de aproximadamente 4 euros por persona y el viaje dura más o menos una hora.
Como decía antes, el palacio en su forma actual data del año 1904 y fue construido a iniciativa de George Sturdza (1841-1909), famoso en la historia no solo por pertenecer a esta importante familia y por haber mandado construir esta propiedad espectacular, sino también por el trato que les daba a los campesinos de Miclăușeni. En 1864, regaló parte de sus tierras a los campesinos y, un año más tarde, mandó construir una escuela primaria para los mismos. 30 años después, mandó rehabilitar y modernizar la misma escuela. Aunque construido en plena época moderna el edificio tiene todas las características de una residencia medieval: torres, terrazas, escudos, esculturas y dragones que adornan sus fachadas. Es una construcción insólita para el estilo arquitectónico que predominaba en la Rumanía del siglo XIX.
Es muy interesante observar en el pasillo central del castillo una inscripción en latín, iniciativa que tuvo George Sturdza en 1888, que representa un repaso de la historia de este sitio y menciona la contribución de cada antiguo propietario a lo que podemos admirar hoy en día, partiendo desde 1752, cuando fue construida la primera mansión en estas tierras.
El castillo no impresiona nada más por su arquitectura, sino también por los interiores donde destacan las pinturas representando motivos florales y geométricos, que se combinan con leones heráldicos y textos en latín. Tal vez el lema más bonito impreso en las paredes del palacio es Utroque clarescere pluchrum que quiere decir que “La belleza brilla en todas partes. Efectivamente, en su época esta propiedad impresionaba por su belleza. La escalera interior es de mármol y también incluye un mosaico que representa el antiguo escudo de la familia.
Hoy en día se conservan algunos muebles originales, tallados en madera de rosal, pero la mayoría son réplicas.
En su época, el castillo también era famoso por su biblioteca que albergaba más de 60 000 tomos. Entre 1945 y 1950 muchos de los libros fueron quemados y otros entraron en posesión de la Academia Rumana o de la Iglesia. George Sturdza, quien había completado sus estudios en Alemania, estaba permanentemente en contacto con anticuarios de Occidente que le informaban acerca de todos los libros nuevos y siempre compraba nuevos tomos para completar su colección.
Además de esta impresionante colección de libros, el castillo albergaba también colecciones de joyas, armas, trajes medievales para jinete y caballo, cuadros, estatuas de mármol de Carrara, etc. Desgraciadamente la mayoría de estos objetos fueron robados después de 1945.
George Sturdza murió en junio de 1909 y está enterrado cerca de la iglesia del patio del palacio. Cabe mencionar que al lado de dicha iglesia se encuentra un pequeño cementerio en el que están enterrados casi todos los propietarios del castillo de Miclăușeni y sus parientes. Después de la muerte de George Strurdza, la propiedad fue heredada por su esposa María y por su hija Ecaterina, quienes continuaron las acciones caritativas. Durante la Primera Guerra Mundial, las dos montaron en el palacio un hospital para los heridos. Incluso traían al famoso músico George Enescu para animar a los enfermos con su música.
En 1944 Ecaterina Cantacuzino, heredera de George y María Sturdza, casada con el heredero de los Cantacuzino, otra familia aristocrática muy rica, abandonó la propiedad de Miclăușeni por miedo a las tropas soviéticas, después de enviudar. Los soldados se apoderaron del castillo y destruyeron gran parte de los libros y de los muebles quemándolos porque hacía mucho frío y los echaron a las estufas para calentarse.
En 1947, Ecaterina decidió donar el castillo y las 30 hectáreas que rodean la propiedad al Obispado de Miclăușeni para acondicionar allí un monasterio de monjas, ya que ella misma se convirtió en monja, conocida como la madre Macrina. Después de su muerte, el Estado entró en posesión de la propiedad y primero funcionó allí un depósito de materiales explosivos, luego un centro de acogida para niños con discapacidades graves… En fin, el edificio y los jardines se deterioraron mucho, prácticamente se convirtieron en una ruina.
En el año 2001 el palacio Sturdza de Miclăușeni fue devuelto al Obispado de Moldavia y Bucovina que administra el complejo museístico y desde el año 2004 se puede visitar. Los interiores fueron completamente restaurados y los muebles son copias fieles de los originales.
Los visitantes que pisan el umbral de este castillo entran en contacto con la forma de vivir de los antiguos boyardos moldavos, de las familias aristocráticas y quedan impresionados desde el primer instante con el encanto de esta residencia romántica.
Termina aquí la edición de esta semana de “Vale la pena visitar Rumanía, dedicada al palacio Sturdza de Miclăușeni.
Espero haberles convencido una vez más de que vale la pena visitar mi país y si viajan cerca de la ciudad de Iași no se pierdan una visita a Miclăușeni, para conocer este palacio, un edificio cargado de historia que les revelará muchos secretos de los tiempos en que fue construido.
La próxima semana volveré con más información turística. Mientras tanto, si se quieren poner en contacto conmigo, lo pueden hacer enviándome mensajes al correo electrónico valeriuradulian@yahoo.es o dejándome su mensaje en la publicación de Facebook, en nuestro perfil de la radio: Radio Rumanía Internacional.
Hasta la próxima semana.