Televisores rumanos
A Rumanía la televisión llegó el último día del año 1956 aunque los primeros experimentos habían empezado en 1955. Los aparatos de televisión eran pocos, se importaban de la URSS y se comercializaban a precios demasiado altos para los rumanos.
Steliu Lambru, 09.01.2015, 16:51
A Rumanía la televisión llegó el último día del año 1956 aunque los primeros experimentos habían empezado en 1955. Los aparatos de televisión eran pocos, se importaban de la URSS y se comercializaban a precios demasiado altos para los rumanos. Las marcas soviéticas eran Temp, Rekord y Rubin. En Rumanía en aquel periodo, había una máxima influencia soviética tras haberse instalado el régimen comunista en marzo de 1945. En 1961 empezaban a fabricarse los primeros televisores rumanos destinados a los hogares.
Como cualquier producto nuevo de una industria recién creada, la producción rumana de televisores siguió los pasos y el modelo de una industria más avanzada. Cabe destacar que la economía rumana pertenecía al Estado y este tomaba las decisiones más importantes en cuanto a las inversiones, las fábricas y el desarrollo del flujo de fabricación. Así se creó la Planta Electronica-Baicului, la única de este tipo en nuestro país en el este de Bucarest, en 1960. Más tarde, en 1962 se construyó la Fábrica de Piezas Radio y Semiconductores Băneasa (IPRS) que fabricaba componentes electrónicos para aparatos de radio y televisores.
Dado que la tendencia de desovietización se había convertido en política económica nacional, Rumanía se dirigió hacia Francia, su aliado tradicional, de donde compraba licencias de fabricación de televisores. Lo mismo ocurrió con los coches Dacia y Oltcit, así como con el ordenador Felix. Además de la marca francesa “CSF-Thompson” , había otra marca de televisor japonés , cuya calidad era más buscada por los fabricantes rumanos. Al final, optaron por la marca francesa por razones políticas pero también debido a la oferta más generosa.
El primer televisor rumano se llamaba V.S. 43-611, fabricado bajo la licencia “C.S.F.-Thompson”. Era un aparato que funcionaba con un tubo de imagen, la caja era de metal y tenía plaquetas con cablecitos. La segunda generación tenía caja de madera y la diagonal de la pantalla era de 43 centímetros. El tubo catódico se fabricaba en Rumanía bajo licencias adquiridas de EEUU y la República Federal de Alemania. En 1961, la producción de televisores alcanzó unas 15.000 unidades y fue todo un éxito. Posteriormente, los televisores fueron modernizados y uno de los elementos modernos fue incrementar la diagonal de los 43 a los 54 centímetros. Bajo esta licencia de la marca francesa se fabricaron los modelos “Azur” y “Tonitza”. La segunda generación de televisores rumanos se llamó “Naţional” y se fabricó bajo licencia japonesa.
La producción de televisores se desarrolló junto con el desarrollo de los programas de la televisión rumana, que diversificó su programación y aumentó la duración de la transmisión. Además fue creada la Planta Electrónica Pipera que incrementó su producción debido al alto número de demandas. Nombres como Dacia, Miraj, Opera, Lux se impusieron en el mercado rumano junto con algunas marcas extranjeras, muy escasas, como Sony, Technics, Hitachi, Philips.
La nueva generación de televisores con circuitos integrados, que apareció entre los años 70 y 80, fue realizada en Rumanía con componentes fabricados en nuestro país, algunos bajo licencia extranjera como por ejemplo la pantalla. Nombres como Diamant, Sirius, Olt y el televisor portátil Sport se impusieron en un mercado cerrado donde no había otros competidores. El televisor Olt incluía una opción de videojuegos integrados. A finales de 1980, la industria rumana de televisores fabrica los primeros televisores en color, también bajo licencias extranjeras: Telecolor, Cromatic y Elcrom. Después de 1989, Electronica empieza a fabricar el televisor en color rumano Nei, con tecnología surcoreana.
(Traducido por Simona Sirbescu)