La miscelánea – Un año después de la tragedia que cambió a Rumanía
Se cumple un año del siniestre ocurrido en la discoteca Colectiv de Bucarest.
Brigitta Pana, 30.10.2016, 15:06
El 30 de octubre de 2015, a las diez y media de la noche, en la discoteca Colectiv de Bucarest se produjo un gran incendio, la mayor tragedia de la historia contemporánea de Rumanía. La causa del incendio fueron los fuegos artificiales utilizados durante el concierto gratuito ofrecido por la banda rock Goodbye to Gravity. En tan sólo un minuto el fuego trajo el infierno sobre la Tierra. En el presente Colectiv significa sólo cifras y preguntas dolorosas sin respuesta. Todos los rumanos sabemos cómo sucedieron las cosas, pero lo que sí no podemos entender es cómo fue posible. Aunque médicos del oeste de Europa afirmaron que tampoco hubieran podido hacer frente a semejante tragedia, sin embargo los rumanos siguen preguntándose si en realidad se hizo todo lo que se debía hacer para evitar la muerte de tantos jóvenes. Como siempre las autoridades rumanas fueron tomadas por sorpresa y las personas responsables no supieron, no quisieron o no pudieron gestionar de manera eficiente la peor situación de crisis después de 1989. La misión del Estado rumano es proteger a sus ciudadanos. Tal vez ésta es la única versión con la que todos, desde víctimas hasta gente común o incluso responsables del sistema, estamos de acuerdo. Durante la noche de la tragedia, 27 jóvenes perdieron su vida y 172 heridos llegaron a los hospitales de la capital. De éstos, 147 estuvieron ingresados, casi 100 se encontraban en estado crítico y grave y 47 fueron trasladados a clínicas del extranjero. Un mes después del incendio, el número de fallecidos había alcanzado 60 personas y hasta el 14 de marzo de 2016, otros 4 heridos habían perdido su vida en el hospital. En total, fallecieron 64 personas. En el presente, 27 heridos en el incendio del club nocturno Colectiv reciben tratamiento médico en varios hospitales del país y del extranjero, pero su número viene modificándose permanentemente en función de las necesidades concretas y las evoluciones que surgen en el proceso de recuperación. Aunque las autoridades no han declarado ninguna cifra exacta, según fuente médicas, el Estado rumano ha pagado 10 millones de euros por el tratamiento de los heridos del país y del extranjero. El Gobierno ha decidido prolongar por dos años la posibilidad de liquidar los tratamientos recibidos por las víctimas de la tragedia en el extranjero. Asimismo se han simplificado los procedimientos para la concesión de ayudas y se ha introducido la posibilidad de pagar de antemano los tratamientos del extranjero.
En memoria de las víctimas del incendio ocurrido el pasado 30 de octubre se hicieron gestos simples pero significativos. La Compañía de Transporte Público de Bucarest anunció que dos paradas de tranvía y autobús recibirían el nombre de ‘Colectiv, como homenaje en memoria de los jóvenes inocentes que perdieron la vida en el club de la capital rumana. Conviene recordar que decenas de miles de rumanos se unieron y ofrecieron su energía, talento y tiempo libre para ayudar a las víctimas de la tragedia del club Colectiv, como prueba de solidaridad y espíritu cívico. En nuestro país, debido a la gravedad de la tragedia, las autoridades declararon 3 días de luto nacional. Desafortunadamente, después de un año no se encontró a ningún culpable y tampoco empezó el proceso de los 4 expedientes abiertos tras la tragedia. En el expediente principal, instrumentado por la Fiscalía General, los tres patrones de la discoteca Colectiv y tres representantes de la empresa pirotécnica que instaló los fuegos artificiales son acusados de homicidio involuntario y lesiones físicas. El expediente llegó al Tribunal pero todavía no ha sido fijada una fecha para este proceso.
Parece que el incendio del 30 de octubre de 2015 no ha cambiado nada en el sistema médico nacional. Al menos hasta ahora. En el caso de una tragedia parecida a la de la discoteca Colectiv, “hacemos lo que hubiéramos debido hacer también el año pasado: enviamos a los pacientes al extranjero, afirma 12 meses después de la tragedia el ministro de Sanidad Vlad Voiculescu porque en Rumanía se pueden tratar simultáneamente tan sólo 10-20 pacientes con quemaduras. Sin embargo, luego del siniestro del año pasado se han descubiertos algunas heridas purulentas del sistema sanitario rumano. Los médicos han empezado a hablar y así se han descubierto las bacterias multirresistentes de los hospitales. La situación de las infecciones nosocomiales también denominadas hospitalarias era bien conocida en el sistema, pero estaba oculta constantemente. Un balance no oficial indica que más de la mitad de los heridos fueron matados por las infecciones contraídas en los hospitales. El principal motivo por ocultar la situación de las infecciones intrahospitalarias es el hecho de que en el contrato de los gerentes de hospitales están previstas medidas punitivas si las infecciones superan un cierto nivel y los que deciden decir la verdad serán despedidos. La identificación de las infecciones intrahospitalarias ha aumentado en un 25% en el primer trimestre de este año frente al mismo período del año pasado.
La tragedia de Colectiv ha cambiado por completo el escenario político. En la noche del 3 de noviembre del 2015, decenas de miles de rumanos protestaron en la calle pidiendo una reforma de la clase política bajo el lema “Todos los partidos, la misma miseria. Las protestas de las grandes ciudades del país finalizaron con la dimisión del primer ministro Victor POnta el 4 de noviembre de 2015. Los liberales forzaron inicialmente el escenario de las elecciones anticipadas, pero el presidente Klaus Iohannis, tras las consultas con los partidos parlamentarios y los representantes de la sociedad civil, nombró como primer ministro al comisario europeo Dacian Cioloş. El 17 de noviembre del 2015, el Gobierno de Ciolos recibió el voto de investidura del Parlamento. Los tecnócratas representaron la solución de crisis reemplazando a las elecciones anticipadas propuestas en aquel período por los líderes liberales.