La miscelánea: Flores, fe y cultura: El Domingo de Ramos en Rumanía y más allá
El Domingo de Ramos conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, un evento que es símbolo de humildad y victoria. Vamos a descubrir cómo diferentes culturas y países, incluyendo Rumanía, celebran este día tan significativo.

Brigitta Pana, 14.04.2025, 15:00
En Rumanía, el Domingo de Ramos marca el inicio oficial de la Semana Santa. Esta festividad tiene un profundo significado religioso, especialmente dentro de la Iglesia Ortodoxa. En las iglesias rumanas, durante la Misa, los fieles asisten con ramas de sauce, que representan las palmas que las multitudes agitaron al recibir a Jesús en su entrada a Jerusalén. Estas ramas, que son bendecidas por los sacerdotes, se llevan luego a las casas, donde se colocan sobre los iconos o las puertas como símbolo de protección y bendición divina. El sauce es la planta más comúnmente utilizada, ya que florece justo antes de la Pascua, lo que simboliza la nueva vida que viene con la Resurrección de Cristo. Sin embargo, en algunas regiones, como en las zonas más cálidas, se pueden ver ramas de palma. En las aldeas rumanas, también existe la tradición de ‘bătutul sălciilor’ (golpear los sauces), donde los niños golpean suavemente entre sí con las ramas bendecidas, como un gesto simbólico para alejar el mal y atraer la prosperidad. Además, en muchas casas se preparan dulces especiales o panes que se comparten en familia, reforzando el sentido comunitario de esta celebración.
El Domingo de Ramos es un día de gran solemnidad en las iglesias rumanas. Durante la Misa, los fieles reciben las ramas de sauce bendecidas por el sacerdote, mientras cantan himnos que celebran la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén. Sin embargo, este día no solo es un momento de alegría, sino también de reflexión, ya que marca el comienzo de la Semana Santa, una semana de profundas connotaciones espirituales. A través de la bendición de las ramas, los fieles buscan obtener protección divina para el año venidero, al tiempo que se preparan espiritualmente para los días que siguen, que nos llevarán a recordar el sacrificio de Cristo y su Resurrección. Este es un momento de transición hacia la reflexión más profunda sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
En Rumanía existe una tradición muy especial relacionada con los nombres de flores y el Domingo de Ramos. En el contexto de esta festividad, las personas que llevan nombres de flores o nombres que están asociados con la naturaleza, como «Floarea» (flor), «Lăcrămioara» (muguete), «Violeta», «Camelia», «Liliana» (lirio), entre otros, celebran su onomástico o santo en el Domingo de Ramos.
Este es un fenómeno cultural y religioso en Rumanía que vincula el Domingo de Ramos con la celebración de aquellos que tienen nombres de flores, porque el día está asociado con la primavera, el renacer de la naturaleza y la belleza floral, lo cual se conecta simbólicamente con el significado de la festividad de la Pascua. Es decir, el Domingo de Ramos no solo es una festividad religiosa que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, sino que también es un día en que las personas que tienen nombres de flores reciben felicitaciones y celebran su santo, lo que hace que este día tenga un carácter doble: espiritual y personal.
El Domingo de Ramos no es exclusivo de Rumanía, por supuesto. En muchos otros países del mundo, se celebran tradiciones similares que marcan el comienzo de la Semana Santa. En España, por ejempo, el Domingo de Ramos es una de las festividades más destacadas de la Semana Santa. En ciudades como Sevilla, Málaga y otras del sur, las calles se llenan de procesiones religiosas donde los fieles acompañan a las imágenes de Jesús y de la Virgen, representando su entrada triunfal a Jerusalén. Las palmas y los ramos de olivo, que son bendecidos en la misa, se llevan a las casas como símbolo de protección. Las procesiones están llenas de fervor religioso, música solemne y el olor del incienso, creando un ambiente único de devoción y recogimiento.
En Italia, especialmente en Roma y Nápoles, el Domingo de Ramos es celebrado con grandes procesiones. Los fieles llevan las ramas de palma y olivo a la iglesia para que sean bendecidas. En algunas regiones, como Nápoles, es tradicional preparar figuras de pan en forma de palma, que luego se entregan como obsequios. En Roma, el Papa celebra una misa en la Plaza de San Pedro, donde miles de peregrinos participan en la bendición de las palmas. El Domingo de Ramos en Italia es, por tanto, un día muy especial en la Semana Santa, que combina el aspecto religioso con una gran parte de tradición cultural.
México tiene una rica tradición en la celebración del Domingo de Ramos. En ciudades como Taxco, Cuernavaca o Puebla, se realizan procesiones llenas de color y fervor. Los feligreses se reúnen para recibir la bendición de las palmas, que en algunas zonas se elaboran trenzadas o adornadas con flores. Este es un gesto simbólico de recibir a Cristo con alegría y esperanza. En algunas zonas rurales, las procesiones son acompañadas por representaciones vivientes de la entrada de Jesús a Jerusalén, donde los habitantes del pueblo se visten como personajes bíblicos. Además, la gastronomía también juega un papel importante, ya que en muchas regiones se preparan platillos típicos para compartir con la familia y los amigos.
El Domingo de Ramos es más que solo un día de celebraciones. Es el primer paso hacia la reflexión profunda de la Semana Santa, una semana que recuerda el sacrificio de Cristo y su victoria sobre la muerte. Aunque las costumbres y las tradiciones varían un poco de un país a otro, la esencia del Domingo de Ramos es universal: es un día de alegría, pero también de recogimiento, que nos invita a prepararnos espiritualmente para vivir la Pasión de Cristo y, finalmente, su Resurrección. Este día también nos recuerda que la fe cristiana está llena de contrastes: la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén con la misma humildad que lo llevará a la cruz.