La Avenida de la Victoria (Calea Victoriei) de Bucarest
La Avenida de la Victoria (Calea Victoriei), que cruza la ciudad del norte al centro, es la arteria más importante de Bucarest y también la más antigua.
Christine Leșcu, 01.02.2015, 16:35
La Avenida de la Victoria (Calea Victoriei), que cruza la ciudad del norte al centro, es la arteria más importante de Bucarest y también la más antigua. Su historia comienza a finales del siglo XVII y, desde entonces, su importancia en la vida cultural de los rumanos ha aumentado. Ahí están algunas de las instituciones gubernamentales y culturales más importantes, las sedes de algunos periódicos, pastelerías, restaurantes y hoteles. La Avenida de la Victoria ha sido también escenario de novelas, dado que algunos escritores han situado ahí varias escenas esenciales de sus libros. El historiador Dan Falcan nos ha contado cómo comenzó el “mito” de la Avenida de la Victoria:
“En 1692, el príncipe Constantin Brâncoveanu decidió construir un camino entre la corte real (la actual Corte Vieja del casco viejo) y su palacio de Mogoşoaia, una aldea situada al norte de la capital. Por ello, fue denominado el Puente de Mogoşoaia. Además del Puente de Mogoşoaia, existía también el Puente de la Feria Exterior (Podul Târgului din Afară, actualmente Calea Moşilor – la Avenida de la Victoria), el Puente de los Pobres (Podul Calicilor, la actual Calea Rahovei — la Avenida de Rahova). Pero el Puente de Mogoşoaia es la primera arteria de Bucarest. En octubre de 1878, después de la independencia, decidieron volver a nombrar varias calles. El Puente de Mogoşoaia fue nombrado Calea Victoriei (la Avenida de la Victoria), y ahí se organizaron los desfiles de las tropas victoriosas que regresaron de la Guerra de la Independencia. Decidieron también volver a nombrar otras arterias de Bucarest. La Calle Alemana fue nombrada la Calle de Smârdan, Calea Herăstrăului (la Avenida de Herăstrău) fue nombrada Calea Dorobanţilor (la Avenida de Dorobanţi). Lo mismo pasó con otras calles.”
La longitud de la Avenida de la Victoria ha variado a lo largo del tiempo según la evolución de la ciudad. Actualmente, la avenida comienza en la Plaza de la Victoria, donde está también la sede del Gobierno y acaba a las orilla del río Dâmboviţia, cerca del casco viejo. La actual extensión data de la mitad del siglo XIX, al igual que algunos de los edificios más importantes ahí situados. Estaba muy de moda que los artistócratas construyeran casas en esa calle. El historiador Dan Falcan nos invita a conocer los edificios históricos de la Avenida de la Victoria:
“Si cruzamos la avenida desde la Plaza de la Victoria hacia las orillas del río Dâmboviţa, podemos ver el actual Museo Enescu, es decir, el antiguo Palacio Cantacuzino, construido entre 1901 y 1904. En frente está la Casa Dissescu, después, la Casa de Cleopatra Trubeţkoi, construida en los años 1850-1860. Siguen las Casas Vernescu, Manu y Romanit, unos edificios que actualmente tienen otras funciones. Por ejemplo, uno de ellos alberga un casino, y otro, el Museo de las Colecciones de Arte. La Avenida de la Victoria no se ha visto muy afectada por el desastre urbanístico de los años del comunismo y no han cambiado muchas cosas. La mayoría de los edificios han permanecido en su lugar. Uno de ellos es la Iglesia de la Señora, que lleva el nombre de la persona que la construyó, la Señora María Cantacuzino. Muy cerca de ahí está la Calle de la Señora. Es la calle más antigua de Bucarest que ha mantenido su recorrido inicial de 1792.”
Otro célebre edificio de la Avenida de la Victoria es el Ateneo Rumano, que fue terminado en 1888 y construido según los planes del arquitecto francés Albert Galleron, y el Palacio Real, que alberga actualmente el Museo Nacional de Arte, y que comenzó su construcción en 1906 y fue terminado durante la Primera Guerra Mundial. Durante el período de entreguerras, se construyó también el primer edificio modernista de la Avenida de la Victoria. Dan Falcan nos ha ampliado más detalles:
“El único edificio modernista fue el Palacio de los Teléfonos, construido en 1931 por la compañía telefónica estadounidense ITT. El edificio generó mucha controversia en la época. La opinión pública consideraba que era horrible, no se adecuaba a la Avenida de la Victoria y estrechaba la calle. Además, para construir el Palacio de los Teléfonos fue necesario demoler las célebres terrazas Oteteleşanu, un lugar importante en el ámbito cultural bucarestino. En aquella época, el Palacio de los Teléfonos era el edificio más alto de Bucarest. Ahora, después de más de 80 años, forma parte de la conciencia pública y no nos podemos imaginar la Avenida de la Victoria sin este edificio.”
Por lo tanto, un paseo por la Avenida de la Victoria representa otro viaje al pasado de Bucarest.