El Martisor, entre la tradición y la actualidad
El primer día de marzo trae consigo toda una serie de costumbres y tradiciones del Martisor, una fiesta que da la bienvenida a la llegada de la primavera.
Simona Sarbescu, 04.03.2015, 18:31
El primer día de marzo trae consigo toda una serie de costumbres y tradiciones del Martisor, una fiesta que da la bienvenida a la llegada de la primavera. Detrás de esta tradición rumana se encuentra una multitúd de símbolos que se refieren a la transición entre las estaciones y a los rituales que atraen la buena suerte todo el año.
Precisamente, el nombre de la fiesta Martisor deriva de la palabra rumana martie (marzo). Entre las costumbres asociadas a esta fiesta, destaca la de regalar el famoso martisor, un pequeño objeto enlazado con una cuerda roja y blanca que se utiliza como amuleto para atraer la buena suerte. En la actualidad, no obstante, este talismán es considerado más bien como un ornamento y una prueba de amor y de amistad.
Baba Dochia: La traducción de esta fiesta es Vieja Dochia. Este término está relacionado con la celebración, en el calendario bizantino, del día de la mártir Evdokia, que para los rumanos simboliza el comienzo de la primavera. Los días de celebración van del 1 de marzo al 7 del mismo mes.
Una leyenda del Martisor cuenta cómo el Sol descendió a la Tierra en forma de chica muy bella. Pero un dragón la robó y la encerró en su palacio. Entonces los pájaros dejaron de cantar, los niños se olvidaron del juego y la alegría, y el mundo entero cayo en la tristeza. Viendo lo que pasaba sin el Sol, un joven valiente comenzó el camino hacia el palacio del dragón para liberar la chica. Estuvo buscando el palacio un año entero y cuando lo encontró, llamó al dragón a una lucha justa. El joven derrotó al dragón y así liberando a la hermosa chica bella, que ascendió al cielo para iluminar de nuevo toda la tierra. Llegó la primavera, la gente recuperó la alegría, pero el joven valiente estaba tumbado y herrido en el palacio del dragón después de las luchas. Su sangre caliente se derramó sobre la nieve hasta que el joven se quedó sin respiración. En los lugares donde la nieve se había derretido, salieron de la tierra las «Campanillas del invierno» heraldos de la primavera. Se dice que desde entonces, la gente honra la memoria del joven valiente con un hilo y dos flores: una blanca y otra roja. El color rojo simboliza el amor y recuerda la valentía del joven y el blanco es de la flor campanilla de invierno, la primera flor de la primavera.[1]
En el calendario antiguo, el 1 de Marzo marcaba el comienzo de un nuevo año. El Martisor, este pequeño amuleto colgado de un hilo rojo y blanco, apareció como un talismán destinado a traer suerte y a acompañar los deseos de amor, salud, felicidad y bienestar. Desde la época romana, la llegada de la primavera era un motivo para honrar al dios Marte, el patrón de la naturaleza y la agricultura.
Las investigaciones arqueológicas realizadas en Rumanía han encontrado objetos similares al Martisor que remonta a unos 8000 años. Los amuletos fueron hechos de piedras pintadas de rojo y blanco y diseñados para ser usados al cuello.
En Moldavia y Bucovina desde la antigüedad, el Martisor estaba compuesto por una moneda de oro o plata colgada en un hilo blanco y rojo. Los niños la llevaban alrededor del cuello y las muchachas en el pelo hasta que los árboles estában en flor. A finales de marzo, el martisor se colgaba en un árbol, una costumbre que se ha conservado hasta hoy en día.
En la actualidad, el hilo del martisor se pone en varios objetos en forma de animales, flores, letras y otros símbolos de varios significados.
En Bucovina, en el norte de Rumanía, se cree que el martisor es el hilo de los días del año tejido por la vieja Dochia al subir las ovejas a la montaña, que se parece al hilo de la vida humana que representa el destino . El color blanco simboliza el frío del invierno que termina y el rojo, es el calor del verano que pronto vendrá.
En algunas regiones rumanas, las madres cuelgan un martisor con una moneda de oro o plata de las manos de los niños antes del amanecer del 1 de marzo como protección o amuleto contra las enfermedades. En las comunidades tradicionales de Moldavia, las muchachas regalan con mucha alegría el martisor, el 1 de marzo a los muchachos de la aldea.
En Dobruja, los martisoare se llevan hasta la llegada de los pájaros y luego se arrojan al aire para que la felicidad sea grande y alada. Los transilvanos cuelgan el hilo rojo y blanco en las ventanas, las puertas o los cuernos de los animales para protegerse de los malos espíritus.
Cada vez mas rumanos prefieren ofrecer flores o chocolate en lugar del tradicional mărţişor, por razones practicas. Por otro lado, hay mujeres que reciben los mărţişoare y ya han dejado de llevarlos colgados en el pecho.
Los Mărţişoare tradicionales se regalan cada vez con menos frecuencia a las mujeres o adquieren nuevas formas, con significados muy diferentes en comparación con lo original.
En algunas ocasiones el mărţişor regalado en el comienzo de la primavera para traer buena fortuna ya no es solo símbolico. Se ha visto reemplazado por un elemento practico o uno de valor como un perfume o un broche, un colgante, una pulsera o un par de pendientes de oro o plata.
Muchos rumanos buscan la utilidad del mărţişor, porque no saben su antiguo significado. Ofrecer un objeto útil no tiene ninguna relevancia para la fiesta del 1 de marzo. Tal vez esta tendencia se explica por la ignorancia en cuanto a los valores tradicionales.
Para muchos hombres, la costumbre de ofrecer un mărţişor es un gesto rituálico, una obligación más bien que un placer. Por lo tanto, el mărţişor se convierte en una forma de agradecimiento, un modo de transmitir un mensaje, y la alegría de regalarlo desaparece .
Los Mărţişoare son símbolos del renacimiento de la naturaleza junto con la llegada de la primavera y tienen la función de talismanes. De hecho, el primer mărţişor fue el hilo rojo y blanco. El blanco significa la pureza y la energía y el rojo nos protege de los malos, según la tradición popular. El hilo es más importante que el amuleto que lo acompaña colgado. Este es el mărţişor auténtico.
Los primeros objetos atados con el hilo rojo y blanco fueron las monedas de oro y plata. Siguieron los mărţişoare hechos de madera o cáñamo.
En la tradición popular, la buena suerte la traen los mărţişoare en forma de trébol o de deshollinador. El corazón es el símbolo del amor y el ancla , de la fe. Esta celebración conmemora tradicionalmente la llegada de la primavera y, por tanto, de la alegría y el volver a disfrutar de la flores y la naturaleza después de un largo invierno.
El martisor se tiene que llevar hasta comprobar que, efectivamente, la primavera ha llegado ,que ya podemos disfrutar de las flores, los cantos de los pájaros , el sol y la hierba !
La fiesta del Mărțtișsor también se celebra en otros países de los Balcanes como la Rep. de Moldavia, Bulgaria, donde se llama Martenitsa, y también en zonas de Macedonia y Albania donde viven arrumanos.
La tradición manda que cuelgues el martisor después de llevarlo durante un mes en las ramas de un árbol florido, lo que te traerá mucha suerte!