Brancusi – El Conjunto Monumental de Targu Jiu
Solo en Targu Jiu, Rumania, pueden ver esta magnífica obra de Brancusi
Brigitta Pana, 20.06.2013, 12:44
“Quiero que mis obras se levanten en parques y jardines públicos, que los niños jueguen sobre ellas, como si fuesen piedras o monumentos nacidos de la tierra, que nadie sepa que son y quien es su autor, pero que todo el mundo sienta su necesidad y su amistad, como parte del alma de la Naturaleza” – declaró el escultor rumano Constantin Brancusi, nacido el 19 de febrero de 1876, en el pueblo Hobita del distrito Gorj, a más o menos 24 kilómetros de la ciudad de Targu-Jiu. Es considerado el padre de la escultura moderna y el escultor más grande del siglo XX. Sus obras destacan por la elegancia de las formas y la utilización sensible de los materiales, combinando la simplicidad del arte popular con el refinamiento de la vanguardia parisina. Más tarde, el escultor confesó que quería modelar formas “capaces de traer alegría para la gente”.
A los 61 años de edad, a la propuesta de la Liga Nacional de las Mujeres del distrito Gorj, Brancusi realiza el Conjunto concebido como un homenaje para los héroes caídos en la Primera Guerra Mundial. El artista siempre había querido “hacer algo por su país”, así que aceptó con alegría la propuesta, considerándola un punto culminante de su carrera. El Conjunto de Targu-Jiu, conocido y admirado en todo el mundo, es considerado una de las ejecuciones esculturales más importantes del siglo XX, “la única escultura moderna que se puede comparar con los grandes monumentos de Egipto, de Grecia o del Renacimiento”.
El Conjunto completo fue estrenado en octubre de 1938, forma un eje de 1.275 metros de largo orientado de oeste a este y está formado por: la Mesa del Silencio, la Puerta del Beso y la Columna del Infinito. Brancusi había pensado en hacer solamente la Columna del Infinito siendo obsesionado por el tema de la columna, que la talló primero en madera. Es una estructura especial, que se diferencia de las columnas clásicas con base y capitel, ya que ella no tiene ni pie ni cabeza. Representa La Columna del Sacrificio Infinito dado por los héroes rumanos para la unificación de la nación. La Columna del Infinito de Targu-Jiu tiene una altura de 30 metros y un peso de 14 kg. A su base, se apoya en un impresionante pedestal de cemento circular, cubierto con tierra, que le asegura la estabilidad. La estructura contiene 17 elementos en forma de reloj de arena. Fue incluida entre las obras más importantes del siglo XX, junto con las obras de Pablo Picasso, Henri Matisse y Andy Warhol, según los resultados de una encuesta on-line realizada por la editorial francesa Le Figaro.
Obra testamentaria, La Mesa del Silencio aparece como una expresión final de la meditación filosófica del escultor hacia la significación del silencio. El mensaje de la obra nos invita a descifrar el silencio de la sabiduría, la entrada hacia las tierras del silencio y de la armonía, la reconciliación con sí mismo y con los demás. Las doce sillas en forma de reloj de arena, lugar de descanso, de tranquilidad y de pensamiento, parecen organizar, de esta manera, en espacio y tiempo, sin discriminación, a todos los seres que podían ocupar los asientos alrededor de la mesa redonda, símbolo de la unión concéntrica, de la igualdad, de la solidaridad y la armonía. La línea de la Mesa del Silencio, como decía Brancusi, le sugiere la curva cerrada del círculo que junta, une y acerca.
La Puerta del Beso, que se ubica en la alameda de la entrada principal del parque de la ciudad, es tallada de piedra porosa siendo compuesta por columnas gruesas, rectangulares, que apoyan un arquitrabe de tamaños más grandes que las columnas, con una latitud de casi 7m, altura de 5m y una espesor de casi 2m. En las facetas de cada columna se encuentra el símbolo del beso, muy característico en la obra de Brancusi. Se parece a un arco de triunfo, simbolizando el triunfo de la vida sobre la muerte. La Puerta del Beso, como decía Brancusi, le habla sobre la gran alegría de que el amor sigue siendo inmortal.
Cabe destacar que durante la segunda guerra mundial, la Columna del Infinito resistió ante los esfuerzos de derribarla con tanques alemanes y rusos. Después de estos eventos, la columna se quedó con una desviación significativa en la parte superior. De su obra la Columna del Infinito, el escultor decía: No busquéis fórmulas oscuras o misterios. Lo que les ofrezco es pura alegría. Contemplen las pinturas hasta que sí las entienden. Los que son más cerca de Dios, las entendieron. Pero más tarde, añadió: Mirar más allá es una cosa, llegar allá es otra muy diferente. Su creencia entera se reduce a sus famosas palabras, que — a través de una síntesis lapidaria y esencial como la que está a base de sus obras — expresa la profunda verdad de la obra de Brancusi: La simplicidad no es una meta en el arte, pero llegas a ella sin proponerte, acercándote del sentido real de las cosas. Desde que era niño, soñaba con volar en los árboles y en el cielo. Quedé con la nostalgia de este sueño, y desde 45 años tallo aves. No al ave quiero expresar, sino su talento, el vuelo. No creo que pueda lograrlo alguna vez, afirmó el escultor.
Brancusi fue uno de los artistas que ejercitaron la influencia más grande sobre la evolución de la escultura moderna del siglo XX. Ofreció a nuestro siglo la conciencia de la forma pura, aseguró la transición de la representación figurativa de la realidad, a la expresión de la esencia de las cosas, y modernizó el lenguaje plástico, enriqueciéndolo con una dimensión espiritual.
El gran escultor Constantin Brancusi murió el 16 de marzo de 1957, a la edad de 81 años, dejando atrás más de 1200 fotografías y 215 esculturas, de un inmenso valor estético y cultural.
“Hay que intentar continuamente a subir muy alto, si quieres vislumbrar muy lejos”.