La exposición «Entre Rumanía y Francia. Un viaje plástico extraordinario»
En el centro de Bucarest, en el Palacio Suțu, se puede visitar la exposición Entre Rumanía y Francia. Un viaje plástico extraordinario.
Ion Puican, 17.02.2024, 10:44
La exposición anual de la Galería de Arte de Bucarest, dentro del Museo del Municipio de Bucarest (MMB), tiene una importancia especial porque se enmarca en el contexto general de celebración de los 30 años de francofonía en Rumanía. Así, en el Palacio Suțu, en el centro de la capital, uno de los lugares emblemáticos del Museo del Municipio de Bucarest, tiene lugar la exposición Entre Rumanía y Francia. Un viaje plástico extraordinario, que podrá visitarse hasta el otoño de este año, a finales de septiembre.
Sobre la exposición hablamos con la directora adjunta del Museo del Municipio de Bucarest, Elena Olariu:
«La exposición se inauguró el 17 de noviembre de 2023 y permanecerá abierta hasta el 26 de septiembre de 2024, por lo que hay mucho tiempo para que los amantes del arte la vean. En 2023 se celebraron los 30 años de la francofonía en Rumanía y por ello también se inauguró esta exposición. La idea más importante que se desprende a través de las obras expuestas es el vínculo intrínseco entre el arte rumano y francés. A partir del siglo XIX, en la segunda mitad del siglo y sobre todo en la primera parte del siglo XX, hasta la instauración del régimen comunista, los jóvenes rumanos iban a Europa a estudiar arte. Estudiaban en Múnich y París. En París estudiaban en la academia de arte más grande del mundo, la Beaux Arts, porque París se había convertido en el centro mundial del arte, al menos en la segunda mitad del siglo XIX».
Elena Olariu nos dio más detalles sobre la historia de la francofonía rumana desde la perspectiva de las artes plásticas y la atracción de los artistas rumanos hacia Francia y, especialmente, hacia París. Elena Olariu también nos habló del inicio del arte moderno en Rumanía y de la fundación de la escuela superior de arte, iniciada por el pintor Theodor Aman (1831-1891).
«Theodor Aman, por ejemplo, va a la capital de Francia y completa sus estudios de arte en París. Con él abrimos nuestra exposición. Aman incluso empieza a exponer en los salones oficiales de allí, salones que eran grandes exposiciones de arte, las más grandes de Europa, donde exponían artistas franceses, pero también artistas que estudiaban en Francia o artistas que se quedaban después de sus estudios en París, para continuar una brillante carrera. Así Theodor Aman cumple su gran sueño de estudiar en la capital europea del arte. Regresa a Rumanía y funda aquí la Escuela de Bellas Artes».
La directora adjunta del Museo del Municipio de Bucarest pasa revista a algunos nombres importantes de artistas rumanos (como Nicolae Grigorescu, 1838-1907, Ion Andreescu, 1850-1882 o Ștefan Luchian, 1869-1916), artistas cuyas obras se pueden ver en la exposición del Palacio Suțu, influenciados por Francia y por los vínculos artísticos con el arte de allí:
«Otro artista importante, un gran maestro, pintor nacional, Nicolae Grigorescu, también viaja a París para completar sus estudios de arte. Muchos de ellos fueron anteriormente pintores de iglesias e iban a París para aprender arte moderno, el arte de la pintura de caballete, diríamos hoy. Lo mismo hizo Andreescu. Tenemos una obra interesante en la exposición. (…) Después de Grigorescu y Andreescu, llega a París Ștefan Luchian, quien, aunque inicialmente había estudiado en Múnich, se queda un tiempo en París. Por lo tanto, esta peregrinación, digamos muy interesante entre Múnich y París, se conserva durante mucho tiempo».
Elena Olariu describe también la extraordinaria relación entre el pintor rumano Theodor Pallady y el gran pintor francés Henri Matisse:
«En Francia, los artistas rumanos también conocen a grandes maestros franceses. Pallady, por ejemplo, se hace amigo de Matisse… y, para los que no lo saben, contamos la extraordinaria historia de las blusas tradicionales rumanas (denominadas «ii» en rumano. Pallady le regala al gran artista francés una pequeña serie de blusas tradicionales rumanas, cosidas de una manera extraordinaria. Se las regala a Matisse, quien también realiza una importante serie de obras de arte, no solo arte gráfico sino también pintura, con estas blusas tradicionales campesinas rumanas, llevadas por mujeres jóvenes que posan como modelos. (…) Estas conexiones extraordinarias no solo dieron resultados a nivel artístico, sino también a nivel de promoción de la cultura rumana en general, y es muy importante señalarlo».
¿Qué otros artistas están presentes en la exposición «Entre Rumanía y Francia»?
«Otros artistas importantes, que podemos ver en la exposición, son Ștefan Popescu, que realmente estudió en Múnich, pero vivió muchos años en París. Kimon Loghi, por ejemplo, es otro artista importante que pinta, viaja por Francia y pinta. Iosif Iser, Max Arnold, Ștefan Constantin y muchos otros artistas que oscilan entre Rumanía y Francia. Por último, también me gustaría mencionar a Cecilia Cuțescu-Storck, que está representada en la exposición con una serie de obras de arte gráfico y una pintura».
Al final de nuestra charla, Elena Olariu nos declaró:
«Creemos que esta exposición refleja plenamente estas importantes relaciones establecidas entre Rumanía y Francia, especialmente en el período de entreguerras, y el apogeo que el arte rumano alcanzó durante ese período».