Un Maratón por el corazón de los niños
Esta primavera, del 6 al 12 de abril, el desierto marroquí albergó nuevamente el famoso Marathon des Sables, el Maratón de las Arenas. Entre las competiciones de ultramaratón, nada escasas en el mundo, el Maratón de las Arenas se ha ganado la fama debido
Ana-Maria Cononovici, 25.04.2014, 15:40
Esta primavera, del 6 al 12 de abril, el desierto marroquí albergó nuevamente el famoso Marathon des Sables, el Maratón de las Arenas. Entre las competiciones de ultramaratón, nada escasas en el mundo, el Maratón de las Arenas se ha ganado la fama debido a las condiciones drásticas impuestas a los participantes. De este modo, a lo largo del concurso, los corredores llevan encima la mochila cargada con el kit de supervivencia, ropa y comida para toda la semana, todo esto con un peso de alrededor de 11 kilos. Los organizadores ofrecen solamente agua y alojamiento en tiendas bereberes y, en caso de necesidad, asistencia médica. El saco de dormir y la colchoneta corren también a cargo de los competidores.
Por cuarta vez consecutiva y por la tercera junto con la asociación “El Corazón de los Niños”, Paul Dicu recorrió los 250 kilómetros de desierto del Sáhara en seis días. Al regresar del maratón, Paul Dicu nos explicó cuál fue su motivación:
“Igual que en los años anteriores, competí en el marco de una campaña de recogida de fondos para la Asociación “El Corazón de los Niños”, destinada a los niños que padecen enfermedades del corazón. Esta asociación realizó también la sección de cirugía cardiaca pediátrica de la clínica Marie Curie de Bucarest y otra sección de cuidados intensivos. Esta es la razón principal que me determina a correr, año tras año, en el Maratón de las Arenas. No es una obligación sino un honor porque estoy al lado de personas muy especiales.”
Llevamos el paso de Paul. Corre tú también por los niños enfermos de corazón” es el lema de la campaña cuyo modelo es Paul Dicu.
“El patrocinador principal aportó una suma de dinero adicional y este año hemos recaudado 25.000 euros, dado que el patrocinador paga 2 euros por cada kilómetro recorrido por cualquier persona del mundo. Participaron alrededor de 1.400 corredores de todo el mundo, inclusive de plataformas petroleras. En los dos últimos años habían participado alrededor de 1.100, pero este año el número de competidores alcanzó la cifra de 1.400, lo que me produjo una gran satisfacción.”
Aunque las condiciones son duras y los participantes en el maratón son perseverantes, la carrera no es una deportiva. Paul Dicu nos amplía más detalles:
“Es más bien como una obra de caridad. No se trata de récords, clasificaciones o medallas. Esta carrera la creó hace 29 años Patrick Bauer, quien quiso demostrar al mundo qué bello es correr por una causa y qué puede salir de esto. Desde entonces, al menos mitad de los participantes corren en el marco de acciones de caridad, e incluso cuando ellos mismos se enfrentan a problemas de salud. Corren en el Maratón de las Arenas enfermos de cáncer, invidentes, personas sin un pie, y es increíble lo que se puede ver allí. Uno sale de allí con una percepción completamente cambiada acerca de los así llamados problemas personales de vida.”
¿Qué enseñanzas deberíamos sacar de aquí? ¿Qué podría hacer cada uno de nosotros para ayudar a sus prójimos? Paul Dicu contesta:
“Personalmente, incluiría esta carrera en un tipo de programa obligatorio. Cada uno de nosotros debería hacer esto para comprender qué significa el otro y qué puede hacer él mismo por los demás. La campaña de la Asociación “El corazón de los niños” se basa precisamente en la idea de ayudar al prójimo. Lamentablemente, los problemas cardíacos infantiles siguen existiendo y precisamente porque nacen niños con semejantes enfermedades, nosotros seguimos participando en el maratón, que nos enseña a ser generosos sin esperar nada a cambio. En estos casos seguimos los pasos de Paul, hacemos donaciones por SMS al número 8861 y comprendemos que con este dinero podemos aliviar la vida de un niño enfermo. Lo importante es desear hacer esto.”