Transporte alternativo en Bucarest
Empleada mucho en numerosos países de Europa como medio de transporte tanto divertido como saludable, la bicicleta también ha empezado a usarse paulatinamente en Rumanía.
România Internațional, 23.11.2016, 09:39
En los últimos años, en las grandes ciudades ha aumentado el número de ciclistas, jóvenes o mayores, que la usan para ir al trabajo o por afición. Ahora hay también varias tiendas que venden bicicletas y se organizan varios acontecimientos de ciclismo. Radu Mititean, presidente de la Federación de Ciclistas de Rumanía, ha hablado de los motivos por los que los rumanos han empezado a preferir la bicicleta:
“Es normal que aumente el número de ciclistas porque la gente ha empezado a darse cuenta de que el coche no puede ser una solución duradera para desplazarse en las grandes ciudades, que la bicicleta es normalmente más rápida. Esta es la razón principal, y no necesariamente la salud o la ecología. Vivimos en la era de la velocidad. Además, ir en bicicleta parece ser el único tipo de ejercicio físico que uno se puede permitir si no tiene tiempo para correr o ir a la piscina. Yo también voy al trabajo en bicicleta, llevando traje. Como vivo en Cluj, usando el transporte público o el coche llegaría en media hora, mientras que en bicicleta llego en 15 minutos.”
Pero, ¿están preparadas las ciudades para acoger esta afición por el ciclismo? Para saber la respuesta, hemos hablado con el director de programas de la Asociación “Green Revolution”, Corneliu Belciug:
“La bicicleta se convertirá en un medio de transporte alternativo en Bucarest, verdaderamente beneficioso, cuando junto a su promoción se desaliente el uso del coche. Nunca se podrá hablar de un Bucarest no contaminado, sin ruido y sin emisiones tóxicas, con un tráfico ligero, si las autoridades no toman dos medidas interconectadas. Una se refiere a desalentar el uso del coche, sea mediante tasas o mediante el pago del aparcamiento en cualquier lugar de la ciudad, y la otra es la construcción de carriles viables para los ciclistas. Todavía no estamos dónde debemos estar.”
Aunque existan políticas de la Unión Europea que fomentan el uso de la bicicleta y están disponibles financiaciones para crear una buena infraestructura para los ciclistas, en realidad las cosas no van bien, ha afirmado Radu Mititean, presidente de la Federación de los Ciclistas de Rumanía:
“En los últimos años, las autoridades locales de la mayoría de las ciudades grandes y medianas han empezado a crear la infraestructura específica para ir en bicicleta. Desgraciadamente, hay graves problemas respecto a la calidad. No tienen coherencia, hay mitades aisladas en los carriles bici, la mayoría son estrechos, sin continuidad, sin condiciones de seguridad. Sólo se han seguido algunas recomendaciones. Es decir que los carriles bici no tienen la utilidad que deberían tener y tampoco fomentan el uso de la bicicleta. A veces son incluso peligrosos para los biciclistas. Esto es lo que pasa porque no tenemos estándares actualizados o una legislación que imponga estos estándares.”
Las asociaciones de este ámbito en Rumanía han intentado negociar a lo largo de los años con las autoridades para obtener tanto la infraestructura necesaria, como la modificación de la legislación del transporte por carretera. Radu Mititeanu ha presentado los resultados:
“Desde hace más de 20 años, intentamos solucionar estos problemas respecto a la legislación del transporte por carretera, pero sólo recibimos promesas por parte de las autoridades sobre la actualización de las leyes. Desgraciadamente, más de veinte años de trámites no han tenido resultados. Parece que para los mandatarios, la bicicleta es un capricho. Al bajar del coche, uno se convierte en un ciudadano de segundo nivel.”
Al esperar unas intervenciones más eficientes por parte de las autoridades, la sociedad civil ha encontrado soluciones, incluso en colaboración con parte de la administración local, para que los ciclistas se encuentren mejor en las ciudades. La Asociación “Green Revolution” empezó a promover la bicicleta hace seis años mediante el primer proyecto de bicicleta compartida de Bucarest, junto con el ayuntamiento del sector 1. Corneliu Belciug ha contado cómo ha continuado:
“Después iniciamos el proyecto Ivelo, con las bicicletas amarillas conocidas en Bucarest. El proyecto se ha desarrollado en los parques de la capital y lo hemos extendido después a otras ciudades. Hemos hecho también un proyecto de bicicleta compartida gratuita para los estudiantes. En varios campus del país, hemos ofrecido bicicletas gratuitas para que los estudiantes se desplacen entre las residencias y las facultades. Ha habido también un proyecto denominado “Bicicletas con corbata”, para los empleados de las grandes empresas y llevamos bicicletas a sus sedes. El año pasado empezamos un proyecto europeo denominado Bike2Work, para completar el proyecto “Bicicletas con corbata”, y este año en septiembre iniciamos el primer proyecto de bicicleta compartida automatizado en Bucarest. Hay bicicletas aparcadas en las principales estaciones de metro y autobús de la ciudad, que se pueden alquilar. Queremos extender este proyecto en 2017. Este proyecto de bicicleta compartida automatizado se dirige al consumidor que desea desplazarse del punto A al punto B en bicicleta, durante 30 minutos. Estas paradas están pensadas sólo para este tipo de desplazamiento rápido, y 30 minutos son suficientes para esto.”
Estas asociaciones continúan esperando y negociando con las autoridades para que los cliclistas, que son cada vez más numerosos, se sientan bienvenidos en las ciudades.