Terapia con caballos
Los estudios científicos efectuados a lo largo del tiempo han demostrado los efectos beneficiosos que aporta la tenencia animales de compañía para las personas solas, enfermas,o para los niños con discapacidades.
Ana-Maria Cononovici, 28.03.2014, 16:47
El psiquiatra estadounidense Dr. Boris Levinson fue uno de los primeros profesionales en la salud humana en escribir sobre el valor psicoterapéutico de los animales en su libro publicado en 1969. Su perro Jingles se encontró de forma accidental con uno de sus pacientes jóvenes y este acontecimiento ayudó en la comunicación y en el proceso de curación.
Las investigaciones demuestran que los perros son capaces de anticipar ataques de epilepsia en sus dueños, que los papagayos habladores alivian los dolores cardiacos, que acariciar gatos disminuye la presión arterial y ayuda a reducir el estrés. Los delfines consiguen comunicarse con los niños autistas, la equitación puede beneficiar a personas con alguna disfunción cognitiva, física o emocional y mirar un acuario puede tener un efecto relajante.
El objetivo de la Terapia Asistida con Animales es mejorar la calidad emocional de las personas con distintas formas de discapacidady ofrecer apoyo a su inserción social.
En Rumanía esta terapia alternativa esmuy reciente y se aplica para recuperar a los presos y a los niños con discapacidades.
Lilica Frățiman, catedrática universitaria, pediatra en el hospital de Constanza y decana de la Facultad de Psicología Andrei Șaguna de Constanza, nos ha hablado sobre el papel de la hipoterapia, terapia con caballos:
“La hipoterapia sirve para varias cosas. Nosotros consideramos que es una terapia alternativa útil para las personas con problemas de adaptación social ode salud. Hablamos de personas con deficiencias psicomotrices, niños con parálisis cerebral, con síndromes genéticos, como es el síndrome Down. Hemos desarrollado la psicoterapia con caballos para niños con autismo o trastornos del espectro del autismo. Luego hemos aplicado esta terapia para otros tipos de enfermedades. Como bien se sabe, los niños autistas no viven en nuestro mundo, sino que viven en su mundo propio. No están enfermos, sino que no consiguen conectarse con la realidad social tal como la conocemos. El caballo, con su instinto protector y su paso sosegado, consigue acercar al niño a nuestro mundo. El caballo ayuda un poco al niño a tomar contacto con la realidad y el trote del caballo le ayuda a lograr un estado de relajación quele puede ayudar a aprender nuevos movimientos, incluso palabras nuevas. Se consiguen progresos extraordinarios en la evolución del niño autista. Lo mismo ocurre en otros tipos de enfermedades genéticas o enfermedades degenerativas o enfermedades secundarias como las hipoxias de nacimiento.”
Los estudios científicos efectuados a lo largo del tiempo han demostrado los efectos beneficiosos que aporta la tenencia animales de compañía para las personas solas, enfermas,o para los niños con discapacidades. Se ha comprobado que los animales pueden mejorar el estado psíquico y el nivel de comunicación interpersonal, pueden aumentar la autoestima. Si la terapia con perros y gatos es más habitual, la terapia con caballos es menos conocida. Varios centros del país se han organizado para promover este tipo de terapia. Al comienzo solo se podía practicar en verano cuando hacía buen tiempo, pero ahora hay varios centros cubiertos que se pueden utilizar todo el año.
La terapia con caballos o ponis se recomienda también a los niños demasiado dinámicos, porque el ritmo del trote del caballo se parece al ritmo cardiaco de la madre y relaja a estos niños. Se aplica como terapia alternativa en los casos de autismo severo. Al interaccionar con el cuerpod el caballo, el niño autista descubre su propio cuerpo y se crean las premisas para distinguir entre su mundo, que considera el único universo, y el mundo exterior que es separado de él.
Sobre la eficiencia de esta terapia nos habla de nuevo Lilica Frățiman.
“Los resultados dependen de la gravedad del caso y del tipo de enfermedad. He visto niños con autismo que han cambiado su comportamiento de una sesión para otra. He visto niños que llegaron llorando y gritando porque no querían contactar con las personas de su alrededor y una vez a lomos del caballo, sonreían y acariciaban al caballo al cabo de solo 30 minutos. Hablar de resultados estables solo se puede hacer tras varias semanas de terapia y hay dos o tres sesiones a la semana.”
Una sesión de hipoterapia dura entre 30 minutos y una hora en función del estado del paciente y de su deseo de colaborar. Hay asociaciones que luchan por introducir la hipoterapia como una terapia complementaria para enfermedades psíquicas y pretenden introducir en el sistema nacional un curso de psicoterapia con caballos.
(trad. Irina Calin)