Sociedad: ¿Madre-niña o niña-madre?
Hoy hablamos de embarazos a edades muy tempranas, en niñas menores de 15 años, hablamos de deficiencias del sistema y sobre lo que se puede hacer para mejorar este fenómeno.
Luiza Moldovan, 29.12.2021, 17:22
Pobreza extrema, falta de educación, falta de interés, nadie que les hable de cómo funciona su propio cuerpo. Estos son los desafortunados ingredientes de una experiencia de vida en la miseria. Hoy hablamos de embarazos a edades muy tempranas, en niñas menores de 15 años, hablamos de deficiencias del sistema y sobre lo que se puede hacer para mejorar este fenómeno. Rumanía ocupa el primer lugar en la Unión Europea en cuanto al número de madres adolescentes. Gabriela Alexandrescu, presidenta ejecutiva de Salvati Copiii, sabe más sobre este tema:
«Debo decir que una cuarta parte de las madres adolescentes de la UE proceden de Rumanía. Como sabemos, el 23 % de estas madres menores de 19 años son de nuestro país. Somos los primeros en la UE en cuanto al número de madres menores de 15 años y los segundos después de Bulgaria en cuanto al número de madres menores de 19 años. En Rumanía, casi el 10 % de los nacimientos provienen de madres adolescentes. Muchas de estas madres proceden de localidades que no tienen ningún médico de familia o no tienen los suficientes. Estas chicas recurren a la automedicación durante el embarazo, no acuden al médico para registrar y monitorear el embarazo y esperan hasta que su condición se descontrole o empeore. Salvati Copiii ha participado activamente en el campo de la salud infantil en Rumanía, contribuimos a garantizar el derecho a la vida mediante cinco ámbitos de intervención. Uno es el relativo a la dotación de equipos médicos de alto rendimiento a los centros de maternidad, de pediatría y de recién nacidos; el segundo es el que se refiere al desarrollo de redes de apoyo especializadas para madres e hijos en comunidades rurales; el tercero es mediante el cual organizamos cursos de especialización para equipos de profesionales (especialmente equipos médicos); el cuarto es el desarrollo de programas de educación para la salud y el desarrollo de investigaciones y debates con autoridades y especialistas para cambiar las políticas sociales y las leyes, siempre y cuando sea necesario. Hasta ahora, hemos trabajado con más de 56 000 mujeres embarazadas (de 15 años) y hemos visto el cambio. Cada año trabajamos en 46 comunidades con equipos mixtos de especialistas, con enfermeros, trabajadores sociales y psicólogos que conocen la realidad de las zonas y tratan las situaciones concretas de las madres y los hijos”.
Oana Motea, especialista en salud de UNICEF Rumanía, señala que el fenómeno de los embarazos muy jóvenes se transmite de una generación a otra, dentro de la misma familia:
“Las conclusiones del informe de Unicef y SAMAS lanzado a principios de año muestran que los embarazos de madres mayores de 15 años podrían prevenirse con la educación y con programas para educar a las familias adaptados al entorno sociocultural en el que estas adolescentes y los futuros padres viven. El fenómeno es cíclico y se repite dentro de una misma familia, de una generación a otra, junto con la precariedad económica, social y sanitaria. No existe una delimitación del papel o de la correlación de funciones que tienen las autoridades en materia de reproducción de las generaciones más jóvenes y de prevención de embarazos en menores. Se necesitan políticas públicas integradas y orientadas a la educación para la salud, la sensibilización comunitaria y la adecuación de las intervenciones en psicología y emociones de los adolescentes».
¿Madre-niña o niña-madre? Difícil de decir. Los datos que UNICEF muestra sobre Rumanía son impactantes. Oana Motea:
“En 2019 se registraron más de 16 600 embarazos entre adolescentes, un 9 % menos que en 2018. Sin embargo, en el caso de las adolescentes menores de 15 años, observamos un aumento del 11 % en las regiones del noroeste y del noreste. Estas cifras ilustran la magnitud del problema y la necesidad de acciones educativas dirigidas a todos los grupos de adolescentes, en canales de comunicación específicos, con diferentes formas de presentar el mensaje, adaptadas a sus necesidades».
¿Una solución para paliar este fenómeno que tiende a convertirse en una epidemia? Consultorios médicos en zonas rurales y programas concretos. De lo contrario, no es posible, según Gabriela Alexandrescu, de Salvati Copiii:
“Recientemente hemos enviado un análisis sobre niñas adolescentes de comunidades vulnerables, en asociación con las autoridades pertinentes, al Senado rumano, un análisis sobre las madres adolescentes de zonas rurales y desfavorecidas. Justo lo hemos llevado a cabo en julio y agosto de 2021, en 46 comunidades de Rumanía y, lamentablemente, el análisis revela una deficiencia alarmante y crónica de los servicios de salud para las madres jóvenes y señala aspectos sociales desfavorables, relevantes en este contexto. Podemos decir que 16 años y tres meses es la edad promedio para tener el primer hijo en adolescentes de zonas rurales desfavorecidas. Las que tienen más de un hijo tienen de media 18 años y un mes para su segundo hijo y 19 años y cinco meses para el tercero. El 40 % de las madres y embarazadas adolescentes de las zonas rurales han afirmado que nunca se habían hecho las pruebas recomendadas durante el embarazo por falta de acceso a los servicios médicos o falta de los recursos económicos necesarios. El 87 % no ha utilizado ni conoce ningún método anticonceptivo, el 72 % de las mujeres jóvenes y niñas dice vivir en condiciones extremadamente modestas, en una habitación o como mucho dos, con personas de otra familia. El 55 % declara que el dinero no les llega para las necesidades básicas, muchas viven de la manutención de los hijos y muchísimas han dicho que la pandemia ha afectado negativamente a las oportunidades que tienen los adultos de trabajar para llevar dinero a sus familias. Hay madres que, con menos de 25 años, ya han dado a luz a su quinto hijo. Esta es una situación, un fenómeno preocupante. Por ello, es necesario que nosotros, Salvati Copiii, nos impliquemos activamente en la mejora de este fenómeno en las comunidades rurales desfavorecidas y desprotegidas con recursos materiales e informativos. Y debemos continuar estos programas de información y de intervención concreta para facilitar los servicios sociales y médicos”.
La buena noticia es que la organización Salvati Copiii también se ha extendido a la República de Moldavia, porque los programas llevados a cabo e implementados por ellos han demostrado ser fiables. Gabriela Alexandrescu:
“Extendemos nuestro ejemplo de éxito en Rumanía a la República de Moldavia, donde colaboramos con la Asociación de Salud Juvenil y el Centro de Información y Documentación sobre los Derechos del Niño en Chisináu. Entonces, a partir de este año, tendremos este programa comunitario integrado en 16 municipios de Rumanía y 15 distritos de la República de Moldavia. Este esfuerzo es fundamental dado que se sabe que el embarazo a una edad temprana se asocia con mayores riesgos durante el embarazo: hipertensión arterial, anemia, parto prematuro, bajo peso al nacer y depresión posparto entre otros y, por otro lado, la maternidad prematura expone a estas madres jóvenes al riesgo de abandonar la escuela y de entrar en el círculo vicioso de la pobreza, pasando sus efectos de generación en generación. Dentro de las intervenciones integradas en zonas rurales desfavorecidas, tanto los adolescentes como sus familias son asesorados por especialistas locales. Es importante comunicarnos directamente con las niñas».